<<
VOLVER
Análisis de la
dinámica política, económica y social
de Asia-Pacífico
en sus relaciones con la Argentina.
La
globalización de la economía coreana y América Latina (1)
Won Ho-Kim
Introducción
En Santiago de Chile en Septiembre de 1997, se realizó la
XII Reunión General del Consejo de Cooperación Económica del
Pacífico (PECC, por sus siglas en inglés) y el tema central
fue "Cooperación Trans-Pacífica: Implementando Oportunidades
Comerciales y de Inversiones". Con posterioridad a la reunión,
se celebró un histórico encuentro entre América Latina y Asia,
representados por los ministros de economía, comercio e industria.
Este proceso se intensificó a través de preparación para un
Foro América Latina y Asia del Este cuya reunión iniciativa
tuvo lugar en Singapur en septiembre de 1999. En su conjunto,
estos encuentros han señalado significativamente un gran movimiento
y el desarrollo de la cooperación económica interregional
entre las dos regiones más dinámicas del mundo, en una era
signada por la globalización. América Latina ha surgido en
el escenario de fortalecimiento del regionalismo como uno
de los principales actores, al mismo tiempo que se esfuerza
por integrarse a la economía mundial con una nueva estrategia
de desarrollo orientada hacia el exterior; Asia ha empezado
a ver en América Latina a un nuevo socio, al mismo tiempo
que hace grandes esfuerzos por ingresar a la etapa de desarrollo
económico avanzado y expandir la esfera de alcance de sus
actividades económicas desde sus mercados tradicionales. Mientras
las relaciones económicas entre América Latina y Asia son
cada vez más importantes, aquellas entre América Latina y
Corea (Corea del Sur) se presentan muy dinámicas, y uno de
los campos más significativos en el marco de las relaciones
interregionales transformadoras.
Hasta hace pocos años, América Latina no era una región significativa
para Corea, así como Corea tampoco lo era para América Latina.
Sus relaciones se vieron limitadas por la distancia geográfica
así como por la limitada interdependencia económica. Para
la segunda mitad de los años ochenta, las relaciones entre
Corea y América Latina estaban dominadas por los "tres pilares
tradicionales": ideología anticomunista, emigración internacional
y relaciones comerciales limitadas. Aun en el escenario político
internacional, los dos ex-partidarios anticomunistas ya han
perdido capacidad de construcción de consenso después de la
caída de el Muro Berlín (Kim 1998a). Sin embargo, en la medida
en que Corea emerge como el décimo país en el mundo en términos
de su comercio y la undécima economía en términos de su tamaño
a mediados de los años 90, a la vez que América Latina transforma
sus estructuras económicas y su régimen comercial al renacer
como otra región económicamente dinámica, las complementariedades
e interdependencias entre ambos se han vuelto significativas.
La globalización de producción por parte de los conglomerados
coreanos, o chaebol, fue sumamente agresiva en años recientes.
Como lo muestran las estadísticas, el porcentaje del comercio
de Corea con América Latina en relación a su comercio total
incrementó rápidamente, y ya es el más alto de Asia, superando
a veces el de Japón (Véase Cuadro 1).
Cuadro
1. Comercio de Asia con América Latina (US$ millon, %) |
|
|
1992
|
1993
|
1994
|
1995
|
1996
|
1997
|
1998
|
Corea
|
Comercio total trade
|
157,23
|
162,7
|
198,39
|
260,52
|
280,9
|
280,59
|
243,43
|
|
Con AmLat
|
7,388
|
5,675
|
7,764
|
9,163
|
10,88
|
12,306
|
9,274
|
|
AmLat/total(%)
|
4.7
|
3.5
|
3.9
|
3.5
|
3.9
|
4.3
|
3.8
|
Japón
|
Comercio total trade
|
572,67
|
604,19
|
669,32
|
778,94
|
760,75
|
732,39
|
677,76
|
|
Con AmLat
|
23,42
|
24,047
|
26,747
|
30,159
|
28,069
|
31,111
|
29,133
|
|
AmLat/total(%)
|
4.1
|
4.0
|
4.0
|
3.9
|
3.7
|
4.2
|
4.2
|
China
|
Comercio total trade
|
166,08
|
195,16
|
236,45
|
280,96
|
289,92
|
325,08
|
301,99
|
|
Con AmLat
|
2,975
|
3,717
|
4,689
|
6,097
|
6,717
|
8,095
|
8,358
|
|
AmLat/total(%)
|
1.8
|
1.9
|
2.0
|
2.2
|
2.3
|
2.5
|
2.7
|
Hong Kong
|
Comercio total trade
|
242,96
|
273,6
|
313,16
|
366,31
|
379,08
|
396,49
|
358,3
|
|
Con AmLat
|
3,861
|
4,397
|
5,204
|
6,14
|
6,01
|
6,851
|
6,283
|
|
AmLat/total(%)
|
1.6
|
1.6
|
1.7
|
1.7
|
1.6
|
1.7
|
1.7
|
Singapor
|
Comercio total trade
|
135,32
|
159,11
|
199,55
|
242,58
|
256,62
|
257,16
|
216,33
|
|
Con AmLat
|
1,834
|
2,113
|
2,276
|
2,717
|
3,398
|
3,519
|
3,282
|
|
AmLat/total(%)
|
1.4
|
1.3
|
1.1
|
1.1
|
1.3
|
1.4
|
1.5
|
Tailandia
|
Comercio total trade
|
73,158
|
83,223
|
100,13
|
126,81
|
129,27
|
120,36
|
109,31
|
|
Con AmLat
|
1,075
|
1,005
|
1,331
|
1,733
|
1,932
|
1,815
|
1,564
|
|
AmLat/total(%)
|
1.5
|
1.2
|
1.3
|
1.4
|
1.5
|
1.5
|
1.4
|
Malaysia
|
Comercio total trade
|
80,636
|
92,744
|
118,3
|
151,34
|
156,04
|
158,77
|
153,81
|
|
Con AmLat
|
982
|
1,186
|
1,517
|
2,072
|
2,029
|
2,382
|
2,456
|
|
AmLat/total(%)
|
1.2
|
1.3
|
1.3
|
1.4
|
1.3
|
1.5
|
1.5
|
|
Fuentes:
Fondo Monetario Internacional, Direction of Trade Statistics
Yearbook, 1997; Direction of Trade
Statistics Quarterly, junio de 1998.
Mientras tanto, la crisis asiática desde 1997 y su contagio
posterior en América Latina hicieron que surgiese el escepticismo
sobre ese paradigma: ¿Fue ilusión o realidad la globalización
de la economía coreana y la transformación de las relaciones
económicas coreano-latinoamericanas? No será simple contestar
estas preguntas. Lo complica también el hecho de que la globalización
de la economía coreana y la crisis financiera sucedieron consecutivamente.
Pero no se puede decir sencillamente que aquélla provocó ésta.
Tampoco se puede negar la irrevocabilidad de la globalización
de producción en el mundo de hoy y el potencial de la economía
coreana. Al contestar esa pregunta, este artículo trata de
analizar críticamente el cambio cualitativo de las relaciones
económicas coreano-latinoamericanas en los años recientemente
transcurridos dentro del marco del nuevo orden económico internacional.
Luego de las observaciones paradigmáticas sobre las economías
coreana y latinoamerica analizará el progreso de sus relaciones
comerciales y de inversión. Posteriormente, se orientará hacia
la consecuencia de la crisis coreana en esas relaciones, y
hacia algunos factores que se deben considerar como trampas
y oportunidades delante de las relaciones de ambos.
La economía coreana globalizante. Desarrollo y sector
externo
Este trabajo no intenta explicar detalladamente lo que sucedió
a la economía coreana en en años anteriores, pero será importante
revisar su desarrollo para sacar las implicaciones para el
progreso de las relaciones económicas coreano-latinoamericanas,
y especialmente entender bien los determinantes de su globalización
para explorar vías futuras más allá de la crisis. Como es
bien conocido, Corea es una de las naciones más pobres en
recursos naturales del mundo. Luego de ser liberada tras 35
años de dominio colonial japonés en 1945, la península coreana
fue dividida entre el norte industrial y el sur agrícola,
y durante 1950-1953 se convirtió en un perenne campo de batalla,
siendo devastada su industria. El desarrollo económico de
Corea empezó en 1962 mediante una serie de planes quinquenales
de desarrollo económico implementados por el gobierno militar
del presidente Park Chung Hee, de acuerdo a un modelo basado
en la producción de manufacturas para la exportación: entre
otras políticas, la industria manufacturera fue adoptada como
la de alto valor agregado, con extensos vínculos hacia otros
sectores productivos y factible de ser exportada. La gran
mayoría de los recursos financieros fueron invertidos en capital
industrial y capital humano; este último subsecuentemente
indujo al desarrollo tecnológico a partir de los años 80.
Sosteniendo una tasa anual promedio de crecimiento del 9%,
Corea se transformó desde una de las economías más pobres
en el mundo en una potencia media industrial en menos de medio
siglo. Antes de la recién crisis, Corea ocupó el segundo lugar
en el mundo en construcción naval, el tercero en la manufactura
de semiconductores y el quinto en la producción de hierro
y la manufactura de automóviles. Sin lugar a discusiones,
el comercio ha contribuido decisivamente al desarrollo económico
nacional. Pero la economía coreana empezó a enfrentarse a
varias dificultades a mediados de los años 90. Estas se caracterizaron
por el alto déficit comercial de US$ 15,2 mil millones para
1996, y el déficit de cuenta corriente de US$ 23,7 mil millones
para el mismo año. En otras palabras, los desequilibrios del
sector externo colocaron a la economía coreana en problemas,
en la medida en que su dinamismo era muy dependiente del comercio.
En el transcurso de los años 1996 y 1997, se destacó el debate
sobre las razones de las dificultades y una posible crisis.
Algunos análisis ocasionales mostraron que el emergente déficit
comercial había sido principalmente atribuido a la brusca
reducción de los precios de las más importantes exportaciones
como los semiconductores, el constante debilitamiento del
yen japonés, y huelgas ocasionales. Estructuralmente, sin
embargo, los principales problemas de la economía coreana
se derivaron de la pérdida de su competitividad internacional:
"altos costos y baja eficiencia". Los costos laborales constituyen
el mayor factor por el lado de los costos, y el ineficiente
sistema bancario había sido acusado de inhibir el desarrollo
de la economía nacional. En especial, los salarios habían
estado creciendo a una tasa mucho más acelerada en comparación
con otras naciones competidoras. Durante los diez años que
van de 1987-1996, la tasa anual de crecimiento de los salarios
fue de 19,7% en Corea, mientras que los salarios en Taiwán
y Hong Kong se incrementaron en 14,5% y 10,8% respectivamente.
Los costos del embarque y manejo de manufacturas en 1994 era
15,7% del PIB en tanto que las cifras para los EE.UU. y Japón
eran de sólo 10,5% y 8,8% respectivamente. Eso explica la
explosión de la demanda del sector laboral después de la redemocratización
en 1987, anteriormente el crecimiento de la economía se había
basado en un modelo exclusivo en términos de las relaciones
industriales. También, las exportaciones coreanas a los mercados
industriales seguían reduciéndose por la pérdida de competitividad.
En paralelo con las negociaciones de la Ronda Uruguay del
GATT, Corea enfrentó una competencia llamada "sin límites"
mientras que el mundo industrializado conformaba bloques económicos.
La integración regional con sus vecinos países no podía ser
una opción seria y factible para Corea por causa de las herencias
históricas y las situaciones políticas regionales al menos
hasta fines de Siglo XX. La economía coreana tenía que buscar
salidas y más oportunidades en los países en desarrollo ante
el deterioro de sus relaciones comerciales con las economías
industriales. En este punto el objetivo consistía en estimular
la diversificación regional de las exportaciones coreanas
a través de penetración en mercados emergentes, y estabilizar
la balanza de pagos internacionales.
Desafíos y oportunidades en la globalización de la economía
coreana
En ese entorno, la estrategia de globalización surgió por
parte del empresariado coreano, con el principal propósito
de incrementar su competitividad internacional. Se adoptaron
en su proceso de globalización, la racionalización de las
estructuras organizativas y la relocalización de los sitios
de producción entre otras medidas. Los ejecutivos de las corporaciones
coreanas promovieron la estrategia de globalización para tomar
ventaja del nuevo patrón de división internacional del trabajo,
posibilitado por cambios tan fundamentales en el mundo como
el fin de la Guerra Fría, y la tecnología de la informática.
En consecuencia, "Gerencia Global (Global Management)" se
ha convertido en el nuevo slogan para ellos entre quienes
Kim Woo-choong el presidente del Grupo Daewoo se presentó
como el protagonista de ese paradigma empresarial al invertir
agresivamente en las economías en transición de Europa del
Este tales como Polonia, la República Checa y Rumania, y en
América Latina. Como muchas de las industrias ya no eran competitivas
en los precios, la inversión directa en el extranjero se convirtió
en una alternativa práctica para sustituir la producción doméstica.
En este contexto, las inversiones de las corporaciones coreanas
se han incrementado en forma más activa en el Sureste asiático,
China, y Europa Occidental así como en Europa del Este y América
Latina. Con la activa inversión en el extranjero, se previó
en 1996 que la producción extranjera de los televisores a
color, artefactos electrodomésticos, vestido, calzado y envases,
sobrepasaría el nivel de producción nacional dentro de dos
a tres años, y que la de los sectores estratégicos tales como
las industrias de semiconductores, acero y automóviles superaría
la producción a nivel nacional en el transcurso de una década
(Choi 1998). Es muy interesante observar que en Corea se entendió
la palabra "globalización" como equivalente de "estandarización
global", "modernización", aun "renovación de modo de pensar"
(Yoo 1999). En el nivel gubernamental, se iniciaron medidas
para promover las decisiones de la globalización por parte
de los empresarios. La decisión coreana de formar parte de
la OCDE en 1993 y la conclusión de las negociaciones para
acceder a este organismo en 1996, fueron también el resultado
de opciones de política para enfrentar derechamente el cambiante
entorno global de los negocios, para profundizar la liberalización
y la desregulación de la economía, y para entregarle la iniciativa
y la responsabilidad al sector privado, sin protección gubernamental
ni regulaciones. Es importante destacar que las regulaciones
sobre las inversiones en el exterior, las cuales estuvieron
restringidas por políticas estrictas de control de cambios,
fueron eliminadas para incentivar los negocios en el exterior.
En particular, desde el 1o. de Agosto de 1997, las compañías
coreanas tenían libertad para realizar inversiones en el exterior,
debiendo simplemente reportar sus operaciones a sus principal
bancos acreedores. Bajo las regulaciones anteriores, las compañías
debían obtener el visto bueno del Banco de Corea si el monto
de la inversión excedía los US$ 50 millones. A este respecto,
las implicancias para las relaciones económicas entre Corea
y América Latina fueron enormes.
Cambios en las economías y en los mercados en América
Latina
La liberalización económica latinoamericana
La mayoría de los países latinoamericanos encontraron
la salida a la "década perdida" de los años 80, marcados por
las severas recesiones económicas, y el rumbo hacia la "década
de la esperanza" de los años 90, a través de programas serios
de austeridad y de reestructuración. Aún cuando hay todavía
serios debates sobre las políticas económicas "neoliberales"
(Canak 1989; Bird & Helwege 1994; Smith et al. 1994), parece
emerger un consenso en que los anteriores programas económicos
proteccionistas y populistas ya no dan resultado aunque los
neoliberales no sean una panacea. Ya han abandonado prácticamente
el anterior modelo dominante de industrialización vía sustitución
de importaciones, y ha comenzado a promover el desarrollo
liderado por las exportaciones, junto a la liberalización
de la economía: liberalización del comercio, desregulación
y privatización. La internacionalización de las economías
latinoamericanas también han emergido como un nuevo slogan
necesario para sobrevivir en este mundo que se integra sin
cesar (CEPAL 1994a). Tras esta transformación fundamental
del modelo de desarrollo, la mayoría de los países latinoamericanos
han tenido éxito al estabilizar la economía y obtener modestas
tasas de crecimiento económico. Aun cuando la brecha entre
las tasas de crecimiento económico de los países latinoamericanos
es muy amplia, la tasa de crecimiento regional promedio durante
1991-98 fue de 3.3%, comparada con el 1.0% durante 1981-90:
el 3,9% en 1993, 5,8% en 1994, 1,0% en 1995, 3,6% en 1996,
5,2% en 1997, y 2.3% en 1998 (CEPAL 1998). En paralelo, el
comercio exterior total de los países latinoamericanos creció
muy rápidamente. La hiperinflación, muy extendida hace poco,
ha sido estabilizada en el nivel de un dígito en la mayoría
de las economías. El caso más notorio ha sido Brasil desde
la implementación del "Plano Real" en Julio de 1994, el cual
ha sido capaz de controlar la espiral inflacionaria que alcanzara
una tasa de 2.500% en 1993, reduciéndola a 9,1% ya en 1996.
Aún cuando todos los esfuerzos realizados por los gobiernos
latinoamericanos se han visto empañados por una serie de crisis
económicas en la región, tales como el "Efecto Tequila" y
el "Efecto Tango" en 1995, y el "Efecto Capirinha" en 1999,
éstas fueron consideradas más bien como transitorias antes
que el presagio de otra crisis generalizada en América Latina.
Fue porque el nuevo modelo económico gana una importante confianza
internacional así también como nacionalmente. Sin embargo,
resultó en un extenso desempleo debido a drásticos ajustes
estructurales, intensificando la necesidad de creación de
puestos de trabajo debido al número creciente de población
económicamente activa. Solo las inversiones pueden resolver
el problema de la creación de puestos de trabajo y modernizar
las industrias exportadoras con transferencia tecnológica.
Es evidente que el nuevo modelo de desarrollo económico en
América Latina solo puede tener éxito en el largo plazo en
la medida en que las inversiones sigan a un nivel tal que
los costos sociales puedan ser absorbidos y que una transferencia
tecnológica moderada tenga lugar como requisito para lograr
un desarrollo sostenido. América Latina ha respondido al imperativo
de las inversiones extranjeras al modernizar su sistema bancario,
desregular las actividades económicas y privatizar las empresas
públicas para mejorar su credibilidad y facilitar flujos de
capitales extranjeros. Adicionalmente, los gobiernos latinoamericanos
persiguen agresivamente el establecimiento de bloques económicos
como MERCOSUR, NAFTA, Comunidad Andina y del Mercado Común
de Centroamérica, con el propósito de alcanzar economías de
escala a través del comercio intrarregional, y también de
inducir inversiones extranjeras orientadas hacia los mercados
regionales. Aún cuando estos acuerdos subregionales no satisfacen
plenamente las tendencias liberalizantes a nivel multilateral,
podrán ser una opción transitoria válida para los latinoamericanos
mientras mantengan principio de "regionalismo abierto" (CEPAL
1994b). Como América Latina por lo general está enviando positivos
mensajes macroeconómicos e ideológicos al mundo capitalista,
los flujos de capitales extranjeros han seguido creciendo
en una escala que excede el monto del déficit de cuenta corriente.
Especialmente las inversiones extranjeras directas netas registraron
una notable ampliación a mediados de los años 90 a pesar de
las ocasionales fluctuaciones financieras de los mercados
emergentes: US$ 24.471 millones en 1994, US$ 26.958 en 1995,
US$ 37.584 millones en 1996, US$ 57.131 millones en 1997,
y US$ 53.195 millones en 1998.
Implicancias para Corea y América Latina
La liberalización económica de América Latina y la globalización
de la economía coreana finalmente contribuyeron a que las
relaciones coreano-latinoamericanas llegaran a un punto de
despegue. Mientras la estabilidad económica basada en la baja
inflación, la consolidación de la democracia y la expansión
de los mercados con la integración regional de América Latina
atraen viejos y nuevos socios al ciclo latinoamericano de
negocios, la política coreana de "globalización" sería puesta
a prueba mediante su participación en el nuevo orden económico
latinoamericano. Principalmente, los capitales industriales
coreanos encontrarían oportunidades estratégicas en América
Latina. Así como la Guerra de Vietnam en los años 60, el boom
del Medio Oriente en los años 70 y de las economías del Sudeste
Asiático en los años 80, proporcionaron oportunidades para
que la economía coreana creciera, América Latina en los años
90 llegó a ser el nuevo horizonte, entre otros, incluyendo
Europa Oriental, para Corea en sus esfuerzos por globalizarse.
En especial, fue un signo alentador el que la demanda de los
sectores públicos y privados en América Latina estuviesen
creciendo sostenidamente. La necesidad de capital de parte
de América Latina abrió la ventana hacia los capitales industriales
coreanos. Respecto a este punto, América Latina no debiera
seguir siendo simplemente el lugar de destino de exportaciones
para el sector privado coreano. La región debiera ser una
región en donde las industrias coreanas se propusiesen a invertir
su capital y tecnología para aprovisionarse de los recursos
naturales que necesita, establecer nuevos socios industriales,
abrir nuevos mercados, y participar activamente en el desarrollo
económico y social de América Latina. En pocas palabras, Corea
empezó a ver a América Latina como uno de sus socios más importantes
en el comercio y las inversiones, en la medida en que los
países latinoamericanos emergen como economías rediseñadas
por reajustes estructurales en favor del mercado. La visita
histórica de estado que el Presidente Kim Young Sam realizó
a los principales países de América Latina en Septiembre de
1996 (Guatemala, Chile, Argentina, Brasil y Perú) y en Junio
de 1997 (México) reconoció la nueva importancia de la región
para la economía coreana. En el plano transpacífico, este
nuevo paradigma también tiene significado en que el comercio
entre Asia y América Latina ha crecido prominentemente en
recién años. En términos de inversiones, las inversiones asiáticas
en América Latina han empezado a ser significativas en un
ambiente ya dominado por los inversionistas originarios de
las naciones industrializadas.
Las relaciones comerciales y de inversión entre Corea y
América Latina
Perspectiva histórica
En 1962 el volumen total de las exportaciones coreanas
era de apenas US$ 50 millones, cuando el primer plan quinquenal
de desarrollo fue lanzado bajo la meta de establecer un "país
orientado hacia las exportaciones". En 1977, alcanzó US$ 10
mil millones, y excedió los US$ 50 mil millones 11 años más
tarde. El año de 1995 marcó un hito en la historia del comercio
internacional de Corea. A fines de Octubre de 1995, el volumen
de sus exportaciones superó los US$ 100 mil millones. Corea
se ha convertido en uno de los mayores países del mundo en
términos del tamaño de su comercio internacional. Cuando las
exportaciones de Corea alcanzaron los US$ 100 millones en
1964, Corea sólo representaba el 0,08% del total de las exportaciones
en el nivel mundial, ocupando el lugar 84. Sin embargo, en
1994, Corea representó 2,32% del total de las exportaciones
mundiales, ocupando el decimotercer lugar. Junto a esto, el
número de socios comerciales de Corea aumentó de 41 a 216.
Tradicionalmente, el mercado de las exportaciones de Corea
ha sido muy dependiente del mercado de los EE.UU., así como
del mercado japonés y europeo. Sin embargo, cambios en la
situación política y económica internacional como la Guerra
de Vietnam en los años 60, el florecimiento del mercado de
la construcción en el Medio Oriente en los años 70, el fenómeno
de amplitud mundial conocido como de los "tres bajos" (bajos
precios del petróleo, bajo valor del dólar y bajas tasas de
interés) en los años 80 y la apertura del mercado en Rusia,
Europa del Este y China recientemente, dieron un fuerte respaldo
al incremento de las exportaciones coreanas. Aunque se han
registrado altos y bajos, el comercio entre Corea y América
Latina se ha incrementado sostenidamente en la medida en que
el gobierno coreano ha prestado atención a la necesidad de
diversificar sus mercados de ultramar. En los años 60, Corea
exportó bienes de consumo hacia América Latina. Cuando las
exportaciones de Corea en total excedieron por primera vez
los US$ 100 millones en 1964, las exportaciones hacia América
Latina eran de solo US$ 300.000 y representó un insignificante
0.3% del total de las exportaciones. En 1970, el total del
volumen del comercio entre Corea y América Latina era de US$
11 millones, el que representaba solo el 0.4% del total del
comercio de Corea con el mundo. En los años 80, Corea podía
asegurarse una base estratégica para exportar indirectamente
al mercado norteamericano a través de la Iniciativa de la
Cuenca del Caribe y de otros programas de subsidios por parte
de las naciones avanzadas en favor de los países centroamericanos
y caribeños. También el superávit de las cuentas corrientes
coreanas en 1986 facilitó la consiguiente liberalización de
las inversiones en ultramar. Pero Corea todavía había visto
en América Latina un mercado de exportaciones alternativo
para bienes terminados, incluyendo bienes de consumo, cuando
la situación en los mercados principales tales como los EE.UU.,
Japón y Europa, se agrava. En los años 90, sin embargo, el
mercado latinoamericano dejó de ser un mero mercado consumidor
de bienes terminados o un mercado alternativo para las exportaciones
coreanas y pasó a constituirse en un importante mercado de
exportación. La tasa reciente de crecimiento de las exportaciones
coreanas hacia esta región fue la más alta comparada con la
de otras regiones durante 1991-94: 199%, comparado con 96%
hacia Asia, aun cuando la diferencia entre sus volúmenes son
significativos (US$ 6,5 mil millones hacia América Latina;
US$ 31,8 mil millones hacia Asia en 1994). En 1994, las exportaciones
hacia América Latina alcanzaron los US$ 6,43 mil millones
y representaba 6,7% del total de las exportaciones (Véase
Cuadro 2).
Cuadro
2. Comercio de Corea con América Latina (US$ millón, %)
|
|
Exportación
|
|
Importación
|
|
Comercio
Total
|
|
Balanza
|
Total
(A)
|
A América Latina (B)
|
(B/A)
|
Total
(C)
|
Desde América Latina (D)
|
(D/C)
|
(A+C)
|
(B+D)
|
(B+D)
/(A+C)
|
(B-D)
|
1964
|
119
|
0.3 (-)
|
0.3
|
404
|
1.5 (-)
|
0.4
|
523
|
2.3 (-)
|
0.4
|
-1.2
|
1965
|
175
|
0.4 (33.3)
|
0.2
|
463
|
2.2 (46.7)
|
0.5
|
638
|
2.4 (4.3)
|
0.4
|
-1.8
|
1966
|
250
|
0.9 (125.0)
|
0.4
|
716
|
4.2 (90.9)
|
0.6
|
966
|
4.9 (104.2)
|
0.5
|
-3.3
|
1967
|
320
|
0.8 (-11.1)
|
0.3
|
996
|
4.2 (0)
|
0.4
|
1,316
|
4.8 (-2.0)
|
0.4
|
-3.4
|
1968
|
445
|
1.5 (87.5)
|
0.3
|
1,463
|
3.5 (-16.7)
|
0.2
|
1,908
|
5.0 (4.2)
|
0.3
|
-2.0
|
1969
|
623
|
5.3 (253.3)
|
0.9
|
1,824
|
7.5 (114.3)
|
0.4
|
2,447
|
13 (160.0)
|
0.5
|
-2.2
|
1970
|
835
|
4.2 (-20.8)
|
0.5
|
1,984
|
6.6 (-12.0)
|
0.3
|
2,819
|
11 (-15.4)
|
0.4
|
-2.4
|
1971
|
1,068
|
9.2 (119.0)
|
0.9
|
2,394
|
13 (97.0)
|
0.5
|
3,462
|
22 (100.0)
|
0.6
|
-3.8
|
1972
|
1,624
|
13 (41.3)
|
0.8
|
2,522
|
7 (-46.2)
|
0.3
|
4,146
|
20 (-9.1)
|
0.5
|
6
|
1973
|
3,225
|
54 (315.4)
|
1.7
|
4,24
|
14 (100.0)
|
0.3
|
7,465
|
68 (240.0)
|
0.9
|
40
|
1974
|
4,46
|
85 (57.4)
|
1.9
|
6,852
|
144 (928.6)
|
2.1
|
11,312
|
229 (236.8)
|
2.0
|
-59
|
1975
|
5,081
|
49 (-42.4)
|
1.0
|
7,274
|
51 (-64.6)
|
0.7
|
12,355
|
100 (-56.3)
|
0.8
|
-2
|
1976
|
7,715
|
62 (26.5)
|
0.8
|
8,774
|
164 (221.6)
|
1.9
|
16,489
|
226 (126.0)
|
1.4
|
-102
|
1977
|
10,046
|
177 (185.5)
|
1.8
|
10,811
|
89 (-45.7)
|
0.8
|
20,857
|
266 (17.7)
|
1.3
|
88
|
1978
|
12,711
|
243 (37.3)
|
1.9
|
14,972
|
172 (93.3)
|
1.1
|
27,683
|
415 (56.0)
|
1.5
|
71
|
1979
|
15,055
|
355 (46.1)
|
2.4
|
20,339
|
296 (72.1)
|
1.5
|
25,394
|
651 (56.9)
|
2.6
|
59
|
1980
|
17,505
|
492 (38.6)
|
2.8
|
22,292
|
369 (24.7)
|
1.7
|
39,797
|
861 (32.3)
|
2.2
|
123
|
1981
|
21,254
|
808 (64.2)
|
3.8
|
26,131
|
724 (96.2)
|
2.8
|
47,385
|
1,532 (77.9)
|
3.2
|
84
|
1982
|
21,853
|
740 (-8.4)
|
3.4
|
24,251
|
1,001 (38.3)
|
4.1
|
46,104
|
1,741 (13.6)
|
3.8
|
-261
|
1983
|
24,445
|
509 (-31.2)
|
2.1
|
26,192
|
984 (-1.7)
|
3.8
|
50,637
|
1,493 (-14.2)
|
2.9
|
-475
|
1984
|
29,245
|
1,079 (112.0)
|
3.7
|
30,631
|
1,419 (44.2)
|
4.6
|
59,876
|
2,498 (67.3)
|
4.2
|
-340
|
1985
|
30,283
|
1,078 (-0.1)
|
3.6
|
31,136
|
1,859 (31.0)
|
6.0
|
61,419
|
2,937 (17.6)
|
4.8
|
-781
|
1986
|
34,714
|
906 (-16.0)
|
2.6
|
31,584
|
1,258 (-32.3)
|
4.0
|
66,298
|
2,164 (-26.3)
|
3.3
|
-352
|
1987
|
47,281
|
1,224 (35.1)
|
2.6
|
41,02
|
1,184 (-5.9)
|
2.9
|
88,301
|
2,408 (11.3)
|
2.7
|
40
|
1988
|
60,696
|
1,597 (30.5)
|
2.6
|
51,811
|
1,444 (22.0)
|
2.8
|
112,51
|
3,041 (26.3)
|
2.7
|
153
|
1989
|
62,377
|
1,738 (8.8)
|
2.8
|
61,465
|
1,544 (6.9)
|
2.5
|
123,84
|
3,282 (7.9)
|
2.7
|
194
|
1990
|
65,016
|
2,102 (21.0)
|
3.2
|
69,844
|
1,726 (11.8)
|
2.5
|
134,86
|
3,828 (16.6)
|
2.8
|
376
|
1991
|
71,87
|
2,860 (36.1)
|
4.0
|
81,525
|
2,296 (33.0)
|
2.8
|
153,4
|
5,156 (34.7)
|
3.4
|
564
|
1992
|
76,632
|
4,962 (73.5)
|
6.5
|
81,775
|
2,521 (9.8)
|
3.1
|
158,41
|
7,483 (45.1)
|
4.7
|
2,441
|
1993
|
82,236
|
4,922 (-0.8)
|
6.0
|
83,8
|
2,384 (-5.4)
|
2.8
|
166,04
|
7,306 (-2.4)
|
4.4
|
2,538
|
1994
|
96,013
|
6,430 (30.6)
|
6.7
|
102,35
|
3,280 (37.6)
|
3.2
|
198,36
|
9,710 (32.9)
|
4.9
|
3,15
|
1995
|
125,06
|
7,370 (14.6)
|
5.9
|
135,12
|
3,964 (20.9)
|
2.9
|
260,18
|
11,334 (16.7)
|
4.4
|
3,406
|
1996
|
129,72
|
8,961 (21.6)
|
6.0
|
150,34
|
4,392 (10.8)
|
2.9
|
280,05
|
13,353 (17.8)
|
4.8
|
4,569
|
1997
|
136,16
|
8,668 (-3.3)
|
6.4
|
144,62
|
4,076 (-7.2)
|
2.8
|
280,78
|
12,744 (-4.6)
|
4.5
|
4,592
|
1998
|
132,31
|
8,867 (2.3)
|
6.7
|
93,282
|
2,197 (-46.1)
|
2.4
|
225,6
|
11,064 (-13.2)
|
4.9
|
6,67
|
1999
|
143,69
|
8,645 (-2.5)
|
6.0
|
119,75
|
2,865 (30.4)
|
2.4
|
263,44
|
11,510 (4.0)
|
4.4
|
5,78
|
|
*
Variación en paréntesis. Fuente: Korea Trade Information Service
(KOTIS)
En los años 60, Corea importó varios productos mineros desde
Brasil, Chile y otros países latinoamericanos. En 1964, las
importaciones coreanas desde América Latina totalizaron US$
1,5 millones y representaron un mero 0,4% del total de las
importaciones. Cuando las importaciones coreanas superaron
la valla de los US$ 100 mil millones en 1994, las importaciones
desde América Latina también aumentaron a 3,2%, alcanzando
los US$ 3,28 mil millones. En el mismo año, el volumen del
comercio coreano con América Latina fue de US$ 9,71 mil millones,
representando 4,9% del total del comercio coreano.
Importaciones y sectores de inversión
Los mayores socios comerciales latinoamericanos de Corea
son Panamá, Brasil, México, Chile y Argentina en su orden.
Panamá se destaca por su política de registro de naves combinada
con la fuerte industria naval coreana, y por su Zona Franca
de Colón, la cual funciona como base de logística reexportadora
hacia Colombia, Ecuador y Venezuela. Brasil, la economía más
grande en la región, es el socio más importante de hecho para
Corea. La exportación a Brasil creció impresionantemente por
un promedio anual de 113% durante 1993-95 debido al auge del
poder adquisitivo brasilero. Unos 70% de exportaciones de
Corea a México cuentan con las partes para las maquiladoras
coreanas en las fronteras mexicanas-estadounidenses quienes
exportan a los EE.UU. Chile es la fuente más importante de
importación de cobre para Corea, y registra superávit en su
balanza de comercio con Corea. Toma el quinto lugar Argentina,
seguida de Ecuador, Guatemala, y otros países andinos. Los
países de América Central y del Caribe son las sedes de las
medianas maquilas coreanas. Unas 400 empresas coreanas operan
en confecciones en Guatemala, El Salvador, Honduras, República
Dominicana, etc. Durante 1964-94, el número de rubros de exportación
coreana se incrementó desde 142 a 7.648. En los primeros días,
los mayores rubros de exportación fueron los productos del
mar incluyendo el alga, el agar-agar, los recursos mineros
y el grafito. Hoy en día, la participación de los productos
industriales es de 95% gracias a la agresiva política industrializadora
y el dinámico modelo exportador. Y la industria química y
pesada, tales como bienes electrónicos, semiconductores y
automóviles, representan 72% del total de las exportaciones.
De esta manera, los principales rubros coreanos de exportación
hacia América Latina son los bienes manufacturados, entre
otros productos, los electrónicos incluyendo televisores a
colores, hierro y automóviles. Además, naves tales como buques
cisternas y contenedores son exportados a Panamá. Recientemente,
están en alza las exportaciones de partes electrónicas para
ensamblaje en México, Brasil y Argentina, en conformidad con
el incremento de la inversión directa coreana en estos países,
y las exportaciones de materia prima y materiales subsidiarios
incluyendo textiles para la industria de confección. Sin embargo,
las exportaciones de productos de alto valor agregado, como
bienes de capital, maquinaria industrial, instalaciones y
productos químicos, no se realizan en gran medida. Las importaciones
coreanas desde América Latina están concentradas en petróleo,
productos minerales y agrícolas. Por consiguiente, se puede
afirmar que el comercio entre Corea y América Latina ha mostrado
un patrón "interindustrial" más que "intraindustrial". Dicho
esquema de comercio intraindustrial fue presentado como un
modelo ideal de cooperación entre las economías en desarrollo.
Las relaciones entre Corea y América Latina tienen límites
inherentes a una cooperación intraindustrial básicamente debido
a la diferencia de las estructuras industriales. Los países
del Sureste asiático tendrán más ventajas en un comercio intraindustrial
con sus socios latinoamericanos gracias a la semejanza de
sus estructuras industriales. Sin embargo, la globalización
de producción debe cambiar esas condiciones inherentes para
un más eficaz logro del comercio y cooperación entre Corea
y América Latina. Aquí importa el grado e intensidad de globalización.
Con las decisiones empresariales de la globalización de producción,
la industria electrónica y la textil constituyeron los sectores
de más rápida localización entre otras industrias coreanas.
Especialmente, las tres principales compañías coreanas de
electrodomésticos, Samsung, LG y Daewoo invirtieron competitivamente
y notablemente en México y Brasil. Esto principalmente se
debe a la rápida ampliación del mercado local o a la integración
regional, y también al creciente costo laboral en Corea. Entre
otros sectores de la economía latinoamericana, MERCOSUR se
destacó por su atractivo para los intereses de los empresarios
coreanos. La estabilidad político-económica de sus países
miembros, así como su potencial mercado, indujeron a las compañías
coreanas a ingresar a Latinoamérica con una mayor predisposición
para la localización. La anterior prioridad de Corea hacia
Centroamérica, el Caribe y México, como una base para llegar
al mercado final de Estados Unidos, contrastaba con su nueva
concentración en mercados locales y con las significativas
inversiones en Sudamérica, particularmente en Brasil. Para
diciembre de 1993 no había casi ninguna inversión directa
de Corea en Brasil; pero desde 1995 los inversores coreanos
se han abalanzado sobre ese país. Además, el aumento brasileño
de los aranceles sobre las importaciones, adoptado a principios
de 1995 para corregir su déficit comercial, favoreció a los
inversionistas locales, es decir, animó a las firmas coreanas
a producir localmente. Las reglas de origen del MERCOSUR y
del NAFTA de nuevo forzaron a los empresarios coreanos a cambiar
sus proyectos de negocios. Así pues, la estrategia de penetración
en la región reemplazó el "desvío" con la "localización".
Esto significó que Corea, desechando una política exterior
obsoleta hacia América Latina, la cual ya no funcionaba en
los cambiantes ámbitos políticos y económicos internacionales,
empezó a tomar en cuenta a los países latinoamericanos como
importantes socios estratégicos dentro de su nuevo enfoque
hacia la globalización. En relación al control de la participación
en América Latina, el sector electrónico prefiere una propiedad
total mientras que el sector de fabricación de maquinarias
y equipos no eléctricos registró un patrón de propiedad compartida
que oscila entre 50% y 70%. En contraste, en el sector orientado
a recursos tales como la minería y la pesca hay una fuerte
tendencia a promover una empresa conjunta como en la minería
chilena y en la pesca argentina y el sector petrolero en donde
el total de la propiedad abarca aproximadamente 60% a 70%
(Choi 1998).
La crisis de Corea y su impacto en sus relaciones económicas
con América Latina
Orígenes de la crisis
El alcance del presente artículo no incluirá la discusión
profunda de la crisis de Corea y lo que sucedió en la economía
coreana después de rescate del FMI. Pero la crisis financiera
de Corea en noviembre de 1997 fue importante en las relaciones
económicas entre Corea y América Latina en términos de su
repercusión en el comercio entre ambos y en inversión directa
coreana en América Latina. La consecuencia inmediata de la
crisis involucra más competitividad de precio de los productos
coreanos, menos demanda y reducción de las importaciones,
y la escasez de los recursos financieros para la inversión
en el extranjero. Más importante, sin embargo, es la implicación
de la crisis para el futuro de las relaciones económicas.
Para explorarla, se necesita investigar las causas de la crisis,
los ajustes estructurales empresariales, y las medidas reformadoras
gubernamentales en respecto a los chaebol. Aunque siempre
ha habido debate sobre las causas de la crisis, el gobierno
post-crisis de Corea y el FMI prefirieron una explicación
con crisis estructural más que la de crisis de liquidez. Se
habló mucho, después del estallo de la crisis, como el problema
estructural más importante, la llamada "crony capitalism"
o "relación confabulada entre políticos y hombres de negocios".
Esta relación se creó durante el período de la formación económica
de la nación en la década del 60. La nación necesitaba establecer
sectores industriales líderes para completar su naciente estrategia
de desarrollo orientada a la exportación, y el gobierno ayudaba
a los chaebol a dominar y liderar el alto y rápido crecimiento
económico a través del control de la asignación de créditos.
En ese momento, el banking dirigido por el gobierno era uno
de los requisitos indispensables. Esa explicación con el concepto
de "crony capitalism" no es suficiente porque todavía falta
explicar porqué funcionó ese modelo antes, y porqué no en
recién años. El control de los bancos por parte del gobierno
como herramientas de la política industrial estatal funcionaba
suficientemente bien mientras la economía era relativamente
simple y la productividad incrementaba dependiendo de una
gran cantidad de inversiones. Sin embargo, no había lugar
para un sistema efectivo de gobernabilidad corporativa, ni
para un sector bancario eficiente dentro de este modelo. Los
gerentes de los principales bancos fueron virtualmente designados
por el gobierno, y el sistema de regulación prudencial de
instituciones financieras era muy inefectivo. Todo esto trajo
como resultado la cultura de la consideración política en
lugar de una adecuada evaluación de riesgo entre bancos y
empresas, y creó la expectativa entre ellos de que el gobierno
los sacaría de apuros en el caso de que se presentaran problemas.
Pocos bancos comerciales eran capaces de efectuar correctamente
una evaluación de proyecto científico o un manejo de riesgo
prudente bajo esta práctica financiera. Esta vulnerabilidad
se había acumulado y finalmente provocó la crisis, combinada
con factores políticos. Como arriba mencioné, el gobierno
de Kim Young Sam (1993-98), el que se identificó como "gobierno
civil" después de presidentes militares, perdió el control
del mercado laboral, lo que fue una herramienta del modelo
de rápido crecimiento de la economía coreana en las décadas
de los 60 y los 70. Como compensación, el gobierno también
dejó al sector empresarial autónomamente invertir en sectores
antes más rigurosamente regulados, pero en nombre de la globalización
de la economía coreana. En los años 90, con abundante liquidez
en los mercados financieros internacionales, los bancos coreanos
y los chaebol adquirían libremente préstamos en el exterior.
El bajo costo del capital, combinado con la cada vez más intensa
competición en el mercado doméstico entre los chaebol ahora
dirigidos más frecuentemente por la segunda generación, menos
prudente, de sus dueños, era una invitación para las inversiones
financiadas con deuda y la elevada relación de endeudamiento
de capital, de hasta 470,2 por ciento en el caso de los cinco
mayores chaebol, tres veces más el promedio para las grandes
empresas de Estados Unidos, se convirtió en la mayor característica
de la estructura financiera de los chaebol. El retraso de
la economía en 1996 fue seguido de un gran número de insolvencias
corporativas, y especialmente aquellas de los chaebol. En
principios de 1997 uno de los conglomerados de tamaño intermedio,
Grupo Hanbo, quebró bajo el peso de sus voluminosas deudas.
Grupos Sammi, Jinro y Dainong siguieron, todos entre la segunda
línea de chaebol. Una vez que los bancos anticiparon quiebras
adicionales de otros conglomerados, tendían a ser más conservadores
en sus préstamos. Esta situación, la restricción del crédito,
ya podía llevar a la quiebra a firmas relativamente fuertes
y a que empeorara la acumulación de préstamos incobrables
por parte de los bancos (Hyundai 1997; Hahm 1997). Once chaebol
cayeron juntos en 1997, incluyendo ocho que solicitaron la
protección de los tribunales antes de producirse la emergencia
de la crisis financiera de los bancos y otras instituciones
financieras al aumentar la cantidad de préstamos no redituables
que ellas mantenían. Las deudas a corto plazo aumentaron.
Para el 20 de diciembre de 1997, el país tenía una deuda externa
total de $153 mil millones, de los cuales $80 mil millones
o el 52% era deuda a corto plazo con vencimiento de menos
de un año. El gobierno de Kim Young Sam quedó indeciso con
la pérdida de su legitimidad y la planeada elección presidencial
para diciembre de 1997, provocando finalmente la absoluta
desconfianza internacional (Kim 1998b).
Reforma y situaciones empresariales
Con la crisis, se combinaron dos importantes programas para
producir una severa reforma económica. El programa del ajuste
financiero del FMI es uno, y los proyectos reformantes del
nuevo gobierno fue otro. Sus enfoques estaban en restructuración
del sistema financiero y la reforma de la estructura chaebolista
además de la flexibilización del mercado laboral y la racionalización
del sector público. Entre otros, para el sector financiero,
se enfatizaron la prudencia en prestación y la supervisión
de las autoridades. Para el sector empresarial, se enfatizó
la reducción de las deudas. El presidente Kim Dae-jung avanzó
más delante del programa del FMI en términos de las medidas
reformistas empresariales. El y sus asesores realmente habían
sido críticos de los chaebol por largo tiempo. Especialmente,
Kim reforzó sus cinco puntos de reforma de los chaebol que
se acordaron durante su período de presidente electo: (1)
mejoramiento de la transparencia en la gerencia empresarial,
(2) mejoramiento de la estructura financiera de chaebol, reduciendo
su relación de endeudamiento de capital a un 200 por ciento
o menos en dos años, (3) preparación temprana de los balances
consolidados, y prohibición de las garantías de pagos mutuos,
(4) la implementación de medidas que mantengan a los propietarios
responsables por su gerencia, y (5) desarrollo cooperativo
de las firmas grandes, pequeñas y medianas. Y proclamó tres
puntos más en agosto de 1999: (6) prohibición de control de
los chaebol sobre el sector financiero, (7) prohibición de
inversión mutua entre las filiales de chaebol, y (8) la prohibición
de inherencia anormal de riqueza (KOTRA 1999). Además, se
promocionaron mutuas fusiones y adquisiciones entre chaebol
para concentrar mejor en los sectores principales. Para fines
del 2000, se espera otra onda de restructuración empresarial
con motivo de mayor prudencia financiera. Esta reforma empresarial
por el nuevo gobierno determina las capacidades de los chaebol
en su inversión en el extranjero. Principalmente, todos estos
puntos quieren decir, a corto y mediano plazo, la contracción
de operación de los chaebol quienes habían podido movilizar
libremente recursos financieros, e invertido agresivamente
en América Latina en años recientes. Muchos de ellos postergaron,
redujeron, y cancelaron sus proyectos de inversión en el extranjero.
Algunos otros ya no existen, o fueron fusionados y adquiridos
por otros, quienes a veces no decidieron en anteriores proyectos
heredados.
Impacto de la crisis
Impacto de la crisis La crisis financiera de Corea de
noviembre de 1997 y la de recesión económica siguiente tenía
un número de implicaciones negativas para las relaciones coreano-latinoamericanas.
Primero, las inversiones agresivas de los empresarios coreanos
en la región fueron paradas repentinamente. De repente se
encontraron con las deudas acumuladas bajo sus esquemas de
la "Gerencia Global" y rodeados por los acreedores internacionales
y domésticos algo hostiles. Mientras que el gobierno obligaba
a los chaebol a reducir su relación de la deuda-a-equidad
a 200% o menos, el negocio antes de gran poderío, ya no lograban
gozar de la ayuda política para sus proyectos expansionistas.
La estadística muestra que las inversiones totales de Corea
en América Latina en 1998 disminuyeron casi a la mitad, comparado
con el año anterior (Véase Gráfica 1). Entre otros, el retardo
del proyecto de Bahía de Asia Motors ha sido polémico. Debido
a su problema financiero, el proyecto ha estado inactivo después
de la colocación de la piedra inaugural de agosto de 1997.
Asia Motors podía aprovecharse del proyecto de Bahía para
desviar la alta barrera arancelaria para exportar sus vehículos
a Brasil. Asia Motors y Kia Motors, su filial importante,
fueron adquiridos por Hyundai Motors, el primer fabricante
de automóviles. No se publicó ninguna decisión inmediata con
respecto al proyecto de Bahía de parte del nuevo propietario,
y pronto se convirtió en un tema álgido bilateral entre los
dos países.
Gráfica
1. Inversión directa coreana en América Latina (US$ mil) |
|
Fuente: Ministerio de Finanzas y Economía, Tendencia en Inversiones
Internacionales y Transferencia Tecnológica.
31 de enero de 1999.
En segundo lugar, la devaluación de la moneda coreana recuperó
rápidamente la competitividad de precio de los productos coreanos.
Al mismo tiempo, el nuevo gobierno promocionó las exportaciones
y animó nuevas inversiones extranjeras como una medida para
solventar las dificultades financieras. Aunque la devaluación
no dio lugar directamente a un claro aumento de las exportaciones
totales de Corea a América latina, había aumentos evidentes
a varios países tales como México, los de América Central y
del Caribe, y a varios sectores con una tendencia existente
de la penetración. Algunas economías latinoamericanas categóricamente
respondieron al choque asiático con restricciones preventivas
arancelarias y no arancelarias. Específicamente, la afluencia
de los productos coreanos causó fricciones comerciales potenciales
y esporádicas aunque fue poco conflicto oficial que ha entrado
en erupción. Por ejemplo, las industrias de textil mejicanas
y colombianas se movieron para hacer cumplir medidas del antidumping,
y los fabricantes colombianos del automóvil empujaron el gobierno
colombiano a tomar una decisión en salvaguardia contra los daños
alegados por las importaciones de los automóviles coreanos.
En tercer lugar, la recesión coreana ocasionó una fuerte reducción
de importaciones. Tradicionalmente, Corea había importado desde
Latinoamérica productos primarios, tales como mineral de hierro,
cobre, acero, aluminio, pulpa, productos agrícolas, etc. Al
cerrar varias fábricas u operar muy por debajo de su capacidad,
la demanda de materias primas y de productos semiprocesados
experimentó una drástica contracción. En 1998 las importaciones
provenientes de la región disminuyeron en 46,1 por ciento. El
fuerte decrecimiento de las importaciones aunado al moderado
aumento del 2,3 por ciento en las exportaciones, produjo un
amplio desequilibrio comercial. Como se muestra en el Cuadro
2, el balance comercial ha sido favorable a Corea del Sur desde
1977, excepto durante la crisis de la deuda latinoamericana
de 1982-1986. Tal desequilibrio comercial se ha agravado en
los últimos años debido al lento aumento de las importaciones
desde América Latina, el cual contrasta con la rápida expansión
de las exportaciones. El pobre aumento de las importaciones
se atribuye a la reducción de los precios de los bienes primarios,
el debilitamiento de la competitividad de los precios latinoamericanos
debido a la apreciación de sus monedas locales, y la confianza
de Corea en el Sudeste de Asia para satisfacer gran parte de
sus necesidades de materias primas. El actual desequilibrio
comercial se ha convertido en el tema de discusión más popular
en cada encuentro de los diplomáticos de América Latina. Las
relaciones económicas de Corea con Latinoamérica han tenido
que ajustarse a las medidas preventivas y la recesión económica
de América Latina, al igual que al más reciente impacto de la
crisis financiera internacional sobre la región. La austeridad
preventiva y la recesión de los principales países latinoamericanos,
como Brasil, Argentina y Chile ha ocasionado un decrecimiento
de la demanda de capital coreano y de productos de consumo.
Esto se ve muy claramente en la tendencia del comercio coreano
con MERCOSUR en recién años (Véase Gráfica 2).
Gráfica
2. Comercio de Corea con el Mercosur |
|
Fuente:
Korea Trade Information Service (KOTIS), 2000.
La recuperación económica coreana y la perspectiva de sus relaciones
con América Latina La situación de la economía coreana se mejoró
a los dos años del comienzo de las dificultades. El won, la
moneda coreana, recuperó su valor desde casi 1.800 por un dólar
estadounidense a fines de 1997 a 1.100 en abril de 2000; las
tasas de interés registraron una caída drástica desde 29% a
unos 10%; y la reserva de divisas internacional se acumulo de
$3,9 mil millones a más de US$ 80 mil millones durante el mismo
periodo. Esta estabilidad financiera contribuyó la reactivación
de la economía real: el PIB registró una severa recesión de
-5,8% en 1998, y una drástica recuperación de 10.7% en 1999.
Aunque todavía hay peligro de otra crisis financiera con problemas
de bancos y de algunos chaebol, la prominente tendencia de recuperación
reconfirma y refleja fuerzas fundamentales de la economía coreana:
la elevada taza de ahorro doméstico, recursos humanos con el
alto nivel de educación, el desarrollo de alta tecnología, etc.
(Véase Cuadro 3).
Cuadro
3. Indices de la economía coreana |
|
Unidad
|
1996
|
1997
|
1998
|
1999
|
Crecimiento de PIB
|
%
|
6.8
|
5.0
|
-5.8
|
10.7
|
IPC
|
%
|
4.9
|
4.5
|
7.5
|
0.8
|
Déficit fiscal/PIB
|
%
|
0.03
|
-0.02
|
-2.9
|
-2.9
|
Desempleo
|
%
|
2.0
|
2.6
|
6.8
|
4.8
|
Tasa de interés
|
%
|
11.87
|
13.39
|
14.99
|
9.85
|
Exportación
|
US$ mil millón
|
129.7
|
136.2
|
132.3
|
143.7
|
Importación
|
"
|
150.3
|
144.6
|
93.3
|
119.8
|
Balanza de cuenta corriente
|
"
|
-23.0
|
-8.2
|
40.6
|
25.0
|
Reserva internacional
|
"
|
33.2
|
0.9
|
52.0
|
74.1
|
Deuda externa
|
"
|
164.4
|
158.1
|
148.7
|
136.4
|
Tipo de cambio
|
Won/US$
|
844.2
|
1,572.9
|
1,369.4
|
1,145.4
|
|
Fuente: Ministerio de Finanzas y Economía; Banco de Corea, 2000.
Aunque la estructura chaebolista está en la guillotina, las
empresas grandes más independientes una vez terminada esa reforma,
o los chaebolitos más encogidos de tamaño con una reforma medio
cumplida y medio abandonada, deben ser más eficientes, modernizados
y competitivos en sus propios sectores. El imperativo de la
globalización en el mundo de hoy no se puede evadir ni revocar.
No se puede dudar que estas nuevas e importantes empresas coreanas
van a seguir practicando sus anteriores esquemas globalizantes
para finalmente ser competitivas. Además, se destaca una posición
neutral gubernamental hacia la inversión en el extranjero. Aunque
el nuevo gobierno coreano ante la crisis financiera se contrastó,
en su enfoque en atraer las inversiones extranjeras directas,
con el gobierno anterior que estimuló las inversiones en el
extranjero en nombre de la globalización, el actual no ha pronunciado
ninguna medida de control de capital, ni control contra las
inversiones en el extranjero. Se necesitará una evaluación balanceada
de los varios factores para predecir la perspectiva de las inversiones
coreanas en América Latina. Como factor a favor de ellas, la
crisis asiática despertó a los empresarios coreanos de la ilusión
de un permanente milagro asiático. La pérdida de confianza en
el Sureste asiático y la subsiguiente inestabilidad política
en Malasia e Indonesia los estimularon a buscar mercados sustitutivos.
América Latina como otra región dinámica, surge como alternativa.
Como factor negativo, la renovación de un ambiente de crisis
en Latinoamérica en 1998 y 1999 ha servido para hacer recordar
a muchos empresarios coreanos y encargados de formular las políticas,
con altas expectativas de un boom regional, la notoria crisis
de la deuda de los años ochenta. La inolvidable imagen creada
de la región en aquel momento los disuade de seguir adelante
con sus actividades e inversiones agresivas en América Latina.
También la reciénte tendencia hacia cada vez un más intensivo
intercambio económico de Corea (del Sur) con Corea del Norte
desvía la atención y recursos empresariales desde sus socios
del mundo en vías de desarrollo. Así fue en los casos de Hong
Kong y Taiwan después de la apertura de China a fines de los
70, y el caso de Alemania después de la unificación nacional.
Especialmente, la falta de institucionalización de las relaciones
de Corea con América Latina es responsable de la vulnerabilidad
del boom y del deterioro de las relaciones económicas. El hecho
de que las relaciones económicas coreano-latinoamericanas fueron
tanto afectadas en 1998 señala que las mismas todavía están
inmaturas e inestables. Los factores más crónicos y estructurales
que puedan determinar su madurez y estabilidad en el mediano
y largo plazo pueden identificarse como (1) diversificación
de las inversiones, cuya mayoría se concentra actualmente en
las manufactureras, (2) cooperación gubernamental transpacífica,
a la cual le falta todavía más institucionalización, y (3) lazos
de confianza a nivel cultural (Kim 1998). Sin embargo, irónicamente,
la crisis financiera internacional ha ofrecido un espacio más
amplio para mejores relaciones coreano-latinoamericanas. Los
desafíos en adelante incluyen: (1) mejor entendimiento mutuo,
con la experiencia de la estructura comercial y de inversión
interdependiente, (2) más institucionalización a nivel bilateral
y biregional, y (3) alianzas estratégicas, orientadas a compartir
modelos y metas de desarrollo (Véase Kim 1999).
Entre otras, la iniciativa de Corea para concluir su primer
acuerdo de libre comercio con Chile, cuya negociación oficial
empezó a fines de 1999, abre la nueva página de su relación
con América Latina. El real efecto de esa oportunidad dependerá
del entendimiento de su implicancia histórica de parte de formuladores
de políticas en ambas regiones.
Conclusión
A pesar de su potencial, las relaciones comerciales y financieras
entre Corea y América Latina no se habrían desarrollado lo suficiente
desde la perspectiva del beneficio mutuo. Sin embargo, desde
los inicios de la década de los 90, la relación complementaria
entre Corea y América Latina ha empezado a ser ampliamente percibida
por ambos. Desde la perspectiva coreana, los países latinoamericanos
pueden proporcionar a las firmas coreanas recursos naturales
y mano de obra. América Latina, gracias a la estabilidad económica,
se está transformando en un gran mercado potencial para las
empresas coreanas, las que han debido diversificar desesperadamente
sus mercados de exportación. Desde la perspectiva latinoamericana,
Corea es uno de los mayores compradores de bienes primarios.
Además, en el marco de las políticas latinoamericanas de industrialización,
Corea es uno de los candidatos para desarrollar la cooperación
intraindustrial. Corea también puede ser un proveedor adicional
del capital y de la tecnología que los países latinoamericanos
están buscando en diversas fuentes. Antes de la crisis financiera
de Corea, sus relaciones económicas con América Latina culminaron
con el aumento del comercio y una activa inversión, muy prominentes
entre otros países asiáticos. Mientras el comercio y las inversiones
estuvieron reservados para las principales economías de Latinoamérica,
se cooperó con el desarrollo de otras economías más pequeñas
por medio de dos vías utilizadas para llevar a cabo la política
coreana oficial de asistencia para el desarrollo: el Fondo de
Cooperación para el Desarrollo Económico (EDCF) y la Agencia
Coreana de Cooperación Internacional (KOICA). La globalización
de la economía coreana se debe entender no como el resultado
de los factores coyunturales sino como la respuesta a la transformación
profunda de la economía mundial que trajo una competencia más
severa internacional. Eso quiere decir que la globalización
de producción ya es un imperativo para los importantes industriales
coreanos, y que los factores coyunturales domésticos e internacionales
solo determinarán la hora de decisión, y el tamaño y sitio de
inversión. En este sentido, las oportunidades de negocio y el
progreso de la integración regional en América Latina todavía
siguen siendo factores de atracción mientras las situaciones
financieras de las empresas coreanas van a detener otros factores
domésticos de empuje por el momento. La rápida recuperación
de la economía coreana debe contribuir a la reactivación de
la presencia coreana en la región. Como factor negativo para
el futuro, puede haber una desviación de la atención y el reparto
de recursos para un intercambio más intensivo intercoreano.
También, la crisis asiática y el contagio de la crisis financiera
internacional en América Latina hacen que los analistas y los
inversionistas sean más cautos acerca de las perspectivas a
mediano plazo de cada región. Sin embargo, y en forma también
clara, la comunidad económica internacional reconoce también
el hecho que Asia se ya va a recuperar rápidamente y que la
América Latina de hoy no es la misma de los años 70 y 80. En
lo que se refiere a las relaciones coreano-latinoamericanas,
sería difícil convencerse de que los que toman las decisiones
mantuvieron una estrategia coherente tanto en el plano público
como en el privado. Aunque persiste la duda acerca de la capacidad
en este sentido de los actuales tomadores de decisiones. Es
enorme el potencial que tiene la iniciativa de libre comercio
de Corea y Chile para dar un nuevo e inesperado inicio a las
estancadas relaciones de Corea con América Latina, y que la
globalización de la economía coreana ya se lleva su propio momentum
incesante.
Bibliografía
Bird, Graham; Helwege, Ann (eds.) 1994:
Latin America's Future. London: Academic Press.
CEPAL. 1994a: América Latina y el Caribe: Políticas para Mejorar
la Inserción en la Economía Mundial. Santiago de Chile. CEPAL.
1994b: El regionalismo abierto en América Latina y el Caribe:
La integración económica al servicio de la transformación productiva
con equidad. Santiago de Chile. CEPAL. 1998: Balance Preliminar
de las Economías de América Latina y el Caribe. Santiago de
Chile. Canak, William L. (ed.) 1989: Lost Promises: Debt, Austerity,
and Development in Latin America. Boulder: Westview Press. Choi,
Dae Won. 1998: Hacia nuevas relaciones económicas entre la República
de Corea y América Latina. En: Moneta, Carlos Juan; Noto, Gerardo
Orlando (eds.): Dragones, Tigres y Jaguares: Relaciones América
Latina/Asia-Pacífico más allá de la crisis. Corregidor, 151-183.
Hahm, Sang-moon. 1997: Strengthening the Financial Industry´s
Competitiveness. En: Korea Economic Weekly, 29 de Septiembre.
Hyundai Research Institute. 1997: Continued Bankruptcies and
Worries about a Banking Crisis. En: VIP Economic Report (Hyundai
Research Institute), Septiembre. KOTRA (Korea Trade-Investment
Promotion Agency). 1999: To Rein a Chaebol. En: Korea Trade
& Investment, Noviembre-Diciembre, 12-16. Kim, Won-Ho. 1998a:
Relaciones entre Corea y América Latina: Tendencias y Perspectivas.
En: Revista Coreana de Estudios Latinoamericanos Vol. 1, 25-48.
http://plaza.snu.ac.kr/~kjlas/PDF/KIMWH.PDF Kim, Won-Ho. 1998b:
La crisis de Corea y su impacto en las relaciones con la Argentina,
En: Asociación de Bancos de la República Argentina (comp.):
La Economía en la Transición Política: Las relaciones con Asia,
Buenos Aires: ABRA, 305-330. Kim, Won-Ho. 1999: El fin de la
luna de miel entre Corea y Latinoamérica? En: Capítulos, Núm.
56 (Mayo-Agosto), 132-147. http://lanic.utexas.edu/~sela/capitulos/rcap56-7.htm
Smith, William C.; Acuña, Carlos H.; Eduardo A. Gamarra (eds.)
1994: Latin Aemerican Economy in the Age of Neoliberal Reform:
Theoretical and Comparative Perspectives for the 1990s. Miami:
North-South Center. Yoo, Jang-Hee. 1999: Real Success, Financial
Fall: A Reassessment of the Korean Dynamism. Seoul: Ewha Woman's
University Press.
Notas
(1) La versión anterior de este trabajo fue presentada
a la serie de conferencias Corea y América Latina, realizadas
en el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales, el Instituto
de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, y Fundación
Instituto de Pesquisas Económicas de la Universidad de Sao Paulo,
17-23 de Octubre de 1997. |