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Análisis de la dinámica política, económica y social de Asia-Pacífico
en sus relaciones con la Argentina.


Expectativas de inversión y de las relaciones comerciales entre Japón y América Latina, especialmente
el caso de la Argentina

Luis María López del Carril

Introducción

Ante todo agradezco al Comité de Estudios de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales el haberme distinguido permitiéndome participar en esta publicación donde se han dado cita tan respetados especialistas. Asomé mis ojos a Japón allá por los años 70. En 1973 hice mi primer visita y desde entonces no he cesado de tener contacto permanente con su geografía, su gente, su cultura y su mística. Tampoco he cejado en todos estos años en el esfuerzo por tratar de convencer a mis compatriotas de que Japón es un ámbito social único e irreproducible, que merece nuestra especial atención y dedicación y que no admite improvisación. Afortunadamente hoy asistimos a un cambio sustancial en los ámbitos académicos e institucionales privados donde se han conformado grupos de especialistas en países asiáticos. Sería deseable que tal experiencia se trasladara a los sectores de negociación directa tanto públicos como privados. En esta colaboración hacemos un análisis de la relación económica de Japón con Latinoamérica y con Argentina desde el ángulo de la inversión y el comercio bilateral. Hemos recorrido con algún detalle el pasado y el presente en busca de signos y diagnósticos que permitan responder la eterna pregunta: ¿Por qué Argentina y Japón no han logrado un grado de relación más intenso? ¿Qué mandato surge de las experiencias pasadas?. El análisis de la realidad nos será más útil para iniciar acciones nuevas que la repetición memoriosa de historias emotivas que han pasado y hoy son solo eso: pasado. Intentamos trepar a la evaluación de la situación presente, para imaginar afanosamente un mejor futuro.

América Latina y Argentina vistos por Japón
Hemos tomado como punto de partida de este ensayo la visión que Japón tiene de América Latina y Argentina, la que obviamente condiciona acercamientos de todo tipo. Después del camino errático de los 80, América Latina en general ingreso a los 90 bajo la advocación del Consenso de Washington basado en procesos de liberalización, desregulación y privatización. Los japoneses piensan que dicho Consenso ha derivado en graves impactos de índole social y económico en la región. El desempleo y el deterioro en la distribución de ingresos desde el primer punto de vista y la inestabilidad del sistema financiero y las crisis monetarias desde el segundo. Ante esta realidad la pregunta que se hacen los japoneses es ¿cómo han reaccionado los gobiernos e instituciones latinoamericanas?. La impresión es que el resultado se puede resumir en 4 aspectos principales:

1) Los políticos han recibido una tremenda presión.
2) Se generó una fuerte dependencia de las exportaciones primarias y de los ingresos de capital extranjero.
3) Se produjo una injusta distribución de bienes e ingresos A ello agregan como un aspecto negativo de la región, la diversidad étnica. Por tanto piensan que Latinoamérica no mantendrá su crecimiento por estar expuesta a crisis monetarias y que mantener las políticas de ajuste traerá aparejado un aumento peligroso del costo social.

Las políticas implementadas en Latinoamérica para obtener una fuerte caída de la inflación se basan en anclajes cambiarios que implicaron un fuerte deterioro en el ámbito del comercio internacional. Piensan que para potenciar el comercio exterior solo hay dos caminos: el de la alta producción o el de la alta recesión y que Latinoamérica ensayó equivocadamente este último. Por eso sus desequilibrios internos aumentan. Esto demuestra, piensan, la dificultad intrínseca que existe en sincronizar las políticas de liberalización con las políticas de estabilización macroeconómica. Los procesos de descentralización implicaron un aumento del gasto público que empeoró la situación. La liberalización de los mercados en Latinoamérica también ha producido un dramático impacto en la distribución de ingresos. Los sistemas de intermediación financiera en Latinoamérica son subdesarrollados y existe una inadecuada intermediación para transferir recursos de los agentes de ahorro a los agentes de inversión. Esto último implica un requisito básico para un crecimiento económico sostenido. A todo ello se suma una baja tasa de ahorro, poca inversión en infraestructura, escaso desarrollo de los recursos humanos y una insuficiente capacidad de los gobiernos. Dentro del mismo cuadro los resultados de los ajustes económicos que han significado una mala distribución del ingreso, desocupación y caída del salario real si bien se presentan en todo el sistema, son significativamente mas graves en Argentina. También en Argentina se concentran casos de manifiesta ineptitud del sistema financiero, que en el ámbito privado registra constantes casos de prestamos deshonestos o actos fraudulentos como el del Banco de Crédito (BCP) y en el ámbito público presiones políticas inaceptables que conducen a graves pérdidas del sector (Yoma). Los fabricantes japoneses tienen un creciente interés en Brasil que es seleccionado como uno de los 10 más atractivos destinos de inversión en términos de mediano y largo plazo. La inversión directa japonesa en Brasil creció últimamente en participaciones mineras y en negocios financieros y de seguros. Como vemos la visión de Latinoamérica en general y de Argentina en particular no la convierte en un destino atractivo para la inversión directa japonesa. En la bibliografía del presente trabajo se encuentran citados los principales autores japoneses que investigan la economía latinoamericana y las obras donde puede encontrarse el esquema que venimos de describir (ver p. ej: Nishijima Shoji "The role of Market, Goverment, and Institutions in Latin American" en Exim Review, Vol 18, 1999). Por contraposición con este panorama, según la visión japonesa Asia presenta una serie de ventajas indiscutidas:
Asia ha dejado en principio 8 lecciones fundamentales:

1) Obtuvo macroestabilidad.
2) Una importante acumulación de recursos humanos capacitados.
3) Una alta tasa de ahorro.
4) Un importante desarrollo del mercado de capitales.
5) Un sano estímulo a las exportaciones.
6) Un lazo conveniente entre el gobierno y sector privado.
7) Para los japoneses el ranking de países receptores de inversión con mayor estabilidad política es el siguiente: China, Singapur, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Tailandia, Taiwán, Corea y Malasia.
8) Los países asiáticos con filiales japonesas exportadoras tienen mejores niveles de venta exportadora que el resto (Singapur, Hong Kong, China y Malasia).


Esta experiencia asiática a su vez, según piensan, es imposible de aplicar a Latinoamérica. La razón principal es que las políticas de intervención exitosas de Asia se debieron a que el nivel de educación era alto en los años 50 en Asia y la distribución de ingresos equitativa. Creen que Latinoamérica no tenía esas condiciones y que el fetichismo exportador de hoy no es mas que eso porque el crecimiento de Asia se produjo a partir de un alto nivel de inversión interna y el crecimiento de las exportaciones es posterior al crecimiento doméstico.

La coyuntura prioriza Asia
La actual coyuntura derivada de la crisis Asiática de 1997 hace que el interés de la inversión japonesa directa en Asia, siempre importante, haya cobrado una dimensión inusual. Japón ha establecido un sistema de división internacional del trabajo con los países del ASEAN, del cual resulta una fuerte interdependencia de comercio e inversiones en el área. Para las empresas japonesas es muy importante mantener un flujo significativo de inversiones directas a la región para mantener su fuerza y competitividad. El llamado "Miyazawa New Initiative" es un plan de asistencia de Japón a países asiáticos anunciado antes de la reunión del Fondo Monetario Internacional de octubre de 1998.
El plan prevé una asistencia financiera de 30 billones de dólares a los países sudasiáticos afectados por la crisis: Corea, Tailandia, Indonesia, Filipinas y Malasia. Otras medidas de asistencia consisten en el otorgamientos de créditos ODA para la misma zona, el Asian Currency Crisis Support Facility (ACCSF) establecido dentro del Banco Asiático de Desarrollo, el AGRI (Asian Growth and Recovery Initiative) completan el cuadro del plan de salvataje. También se generaron facilidades a través de la Japan Finance Corporation y la People´s Finance Corporation. La inversión directa japonesa fue un agente de desarrollo básico de las economías de los países asiáticos receptores. Hoy, frente a la crisis, Japón debe defender sus inversiones en esos países. El proceso que los japoneses denominaron "kudoka" que implicaba el desembarco de factorías en los países asiáticos vecinos a Japón ha generado hoy esta acción prioritaria de ayuda y concentración de esfuerzos en el área. Japón adopto un papel de liderazgo en la resolución de la crisis asiática. La inversión directa japonesa en países asiáticos se acentuó notablemente desde fines de los 80. Esta relación mutuamente beneficiosa se baso en seis factores básicos:

1) El rol de las bases de exportación establecidas en Asia por las empresas japonesas orientadas hacia los mercados de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea.
2) El rol de las mismas bases de exportación para proveer a Japón. Japón fabricaba, especialmente en momentos de "endaka" (yen alto) en los países asiáticos para a su vez exportar a Japón.
3) El mayor nivel de ganancias respecto de inversiones en otras regiones. De hecho las ganancias satisfactorias en Asia y las bajas ganancias en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos en el comienzo de los 90 determinaron un mayor nivel de inversión en Asia.
4) Una estrategia pro-inversora de los países receptores.
5) El bajo costo laboral.
6) El crecimiento de los mercados asiáticos. Si bien algunos de esos factores, como veremos, cambiaron en los últimos años, las inversiones ya se habían producido y Japón prioriza el defenderlas.

Hay casos en que no importa el tamaño del mercado sino la cercanía con Japón para derivar exportaciones. Hoy 7 de cada 10 países considerados promisorios por Japón para la inversión directa se encuentran en Asia. Las alternativas de interés se limitan a Estados Unidos y la Unión Europea. De acuerdo a los informes producidos por JOI y el JEXIM las inversiones japonesas tienen la siguiente distribución en cuanto numero de inversores y no a su monto: El 25.9% se concentra en el sudeste asiático, el 18.8% en Canadá el 17.1% en China y 11% en Estados Unidos. El 60% de las bases manufactureras japonesas fuera de Japón están concentradas en Asia. Si se investiga cuales son los países que aparecen como mas atractivos en el futuro para la inversión japonesa, China aparece como el preferido, seguido de Estados Unidos. Luego las preferencias convergen en países asiáticos, y más luego en Brasil y el Reino Unido. (Cuadros 1 y 2) En el Cuadro 3 resumimos las condiciones de mérito que el inversor japonés adjudica a cada uno de los países seleccionados. Lamentablemente Argentina no figura en puestos destacables del ranking.

Cuadro 1. Destinos atractivos para la inversión a corto plazo (aproximadamente 3 años)

Posición

Ejercicio 1998
Estudio-299

Porcentaje %

Ejercicio 1997
Estudio-342

Porcentaje %

Ejercicio 1996
Estudio-351

Porcentaje %

1

China

163

55

China

219

64

China

240

68

2

EE.UU.

124

41

EE.UU.

123

36

Tailandia

126

36

3

Tailandia

68

23

Tailandia

97

28

Indonesia

119

34

4

Indonesia

49

16

Indonesia

84

25

EE.UU.

112

32

5

India

46

15

India

77

23

Vietnam

96

27

6

Filipinas

43

14

Vietnam

66

19

Malasia

71

20

7

Malasia

42

14

Filipinas

47

14

India

64

18

8

Vietnam

41

14

Malasia

46

13

Filipinas

45

13

9

Brasil

34

11

Brasil

28

8

Singapur

34

10

10

Reino Unido

31

10

Taiwán

28

8

Reino Unido

23

7

Taiwán

23

7


Cuadro 2. Destinos atractivos para la inversión a largo plazo (aproximadamente 10 años)

Ejercicio 1998
Estudio-237

Porcentaje %

Ejercicio 1997
Estudio-269

Porcentaje %

Ejercicio 1996
Estudio-264

Porcentaje %

China

150

64

China

196

73

China

195

74

EE.UU.

80

34

India

98

36

India

103

39

India

59

25

EE.UU.

83

31

Vietnam

87

33

Indonesia

47

20

Vietnam

64

24

EE.UU.

81

31

Tailandia

45

19

Indonesia

57

21

Indonesia

64

24

Vietnam

42

18

Tailandia

44

16

Tailandia

63

24

Brasil

32

14

Brasil

30

11

Malasia

31

12

Filipinas

30

13

Filipinas

29

11

Myanmar

29

11

Malasia

17

7

Malasia

25

9

Filipinas

28

11

Reino Unido

14

6

Myanmar

14

5

Méjico

16

6


Cuadro 3

1

1

2

3

China

Sistema jurídico local (58.3%)

Infraestructura local (55.8%)

Sistema de impuestos local (51.5%)

EE.UU.

Personal contratado localmente (29.4%)
(Nivel de administración)

Costo laboral local (21.0%)

Tailandia

Estabilidad de la moneda Local (69.1%)

Personal contratado localmente (29.4%)
(Nivel de administración)

Situación local política y social (25.0%)

Indonesia

Situación local política y social (73.5%)

Estabilidad de la moneda local (65.3%)

Infraestructura local (30.6%)

India

Infraestructura local (60.9%)

Situación local política y social (34.8%)

Sistema jurídico local (30.4%)
Sistema local de impuestos (30.4%)
Estabilidad de la moneda local (30.4%)

 Filipinas

Estabilidad de la moneda local (53.5%)

Infraestructura local (41.9%)

Sistema jurídico local (23.3%)

Malasia

Estabilidad de la moneda local (50.0%)

Personal contratado localmente (28.6%)
(Nivel de administración)

Infraestructura local (14.3%)
Sistema jurídico local (14.3%)

Vietnam

Infraestructura local (73.2%)

Sistema jurídico local (56.1%)

Sistema local de impuestos (43.9%)

Brasil

Estabilidad de la moneda local (41.2%)

Infraestructura local (38.2%)

Situación local política y social (32.4%)
Personal contratado localmente (32.4%)
(Nivel de administración)

Reino Unido

Personal contratado localmente (19.4%)
(Nivel de administración)
Costo laboral local (19.4%)

Sistema local de impuestos (12.9%)

La reseña que antecede condensa la concepción más difundida que sobre Latinoamérica y Argentina circula en Japón (los trabajos del Profesor S. Nishijima de la Universidad de Kobe citados en nuestra bibliografía constituyen un destacado ejemplo). Debemos eludir la resignación y la inacción y, buscar una forma de cambiar esa imagen o bien de demostrar que América Latina y especialmente Argentina, tienen ventajas relativas.

El revisionismo posible
Con ese espíritu podemos hacer las siguientes reflexiones y tratar de resultar persuasivos a través de ellas.

1) El rol de las bases de exportación de las subsidiarias japonesas en Asia hacia Occidente y Japón perdió importancia desde mediados de 1995 en que se comenzó a depreciar el yen. Como sea es un factor coyuntural dependiente del tipo de cambio.
2) La ventaja referida a la mayor rentabilidad se debilita también ya que desde 1992/3 las ganancias de las empresas japonesas en Occidente y Latinoamérica se incrementaron notoriamente. Esto motivo un aumento de la inversión directa en 1996/7 en Occidente y Latino América.
3) La ventaja referida a tamaño de los mercados domésticos también es objetable desde la creación de la Unión Europea, el Nafta y el Mercosur.
4) En cuanto a las políticas de intercambio internacional del sudeste asiático, las mismas fueron abandonadas desde la crisis de 1997.
5) El bajo costo laboral también se ha ido perdiendo. El éxito en el desarrollo económico de los países asiáticos ha estimulado rápidamente el aumento del ingreso per cápita.
6) La crisis asiática de 1997 dañó seriamente las motivaciones de los inversores japoneses para las inversiones directas a corto plazo en Asia.
7) Como consecuencia de las depreciaciones de sus monedas los países asiáticos obligarán a las subsidiarias japonesas a incrementar el uso de partes y componentes locales (no japoneses).
8) El deterioro en las ventas y ganancias en las subsidiarias japonesas en Asia debería acelerar la diversificación de inversiones directas a otras zonas.
9) Existió un pacto tácito entre Japón y Estados Unidos respecto a sus áreas de inversión. "Los lazos entre las compañías americanas y Asia no alcanzaron el nivel para establecer una relación estable y recíproca.

Estados Unidos tiene ese tipo de relación con Latinoamérica. Considerando este antecedente si la inversión japonesa en Asia decae, Estados Unidos reducirá sus inversiones en la región" Tejima S. (ver bibliografía) pág. 146. Pero ese pacto tácito ya había sido de algún modo violado por Estados Unidos, que ve Asia como un lugar apto para invertir, antes y después de la crisis. Antes de la crisis (y después las posiciones relativas se mantuvieron) la región del sudeste asiático detentaba para las empresas americanas un promedio de 4.1 como lugar preferido de inversión, ocupando el segundo lugar después de Latinoamérica (4.6). Sería deseable observar en espejo que Latinoamérica ocupa para Japón el segundo puesto de interés de inversión después del sudeste asiático. La argumentación que venimos de reseñar se ve acompañada por algunos analistas académicos como el caso del citado Tejima, profesor de la Universidad de Nishogakusha. Pero si queremos que algo cambie alguien desde Argentina debe exponer este análisis y procurar convencer a Japón de la veracidad del mismo. Alguien debe usar estos caminos, saber como completarlos e intentar el cambio. Nunca podremos lograr que Japón deje de considerar Asia como prioritaria. Las empresas japonesas tienen como principal estrategia sus fábricas y redes de venta ya establecidas en la región y en tal sentido las inversiones directas japonesas se irán gradualmente incrementando en ese área para construir una nueva relación complementaria entre Japón y Asia. A lo que podemos aspirar es a que tal vector no sea excluyente. Esto exige de un arduo trabajo y de negociadores sumamente entrenados.

La experiencia argentina
En términos generales podemos decir que Argentina atravesó algunos períodos aislados en los cuales logro atraer brevemente la atención de inversores directos japoneses. La experiencia demuestra que no supimos aprovechar esos momentos y que hemos pagado por ello el alto precio de la indiferencia. Durante los 60 Argentina estaba en condiciones similares a las de otros países de América Latina para ser receptor de inversiones directas japonesas. Por aquellos años recordamos la aparición en Argentina de algunas empresas e instituciones oficiales japonesas interesadas en Argentina: JICA (por aquellos años Servicio de Emigración del Japón), JETRO, JAL, TAIYO, las "shosha" (traiding) Marubeni, Nissho Iwai (en aquellos años Iwai) Sumitomo, Mitsui, Mitsubishi, el Banco de Tokio y algunas otras. No supimos alimentar al recién nacido y Brasil resultó el preferido. Hacia allá partieron IHI (Ishikawashima Harima Heavy Industries) Kawasaki Heavy Industries, Taiyo, Toyota, y tantas otras. La mayoría tuvo magros resultados, pero no se retiraron. En los 70 Argentina desaprovechó una segunda oportunidad cuando Japón considero entre 1977 y 1980 que era posible invertir en nuestro país. En esos momentos desembarcaron NEC, Fujitsu, JEXIM y algunas representaciones bancarias como Sanwa, Sumitomo, y Mitsui, YKK, y logramos también interesar a Nippon Steel por Somisa. Por esos años ya estaban instaladas también Kanematsu, Nichimen y alguna traiding más pequeña. También Nippon Suisan fundó Pezpasa. JAL decidió fijar su sede y final de línea en Brasil. El gobierno militar decidió fusilar a Fujitsu, la echo del mercado y volvimos al principio. En los 80 atravesamos una década poco activa, con una excepción que podría haber modificado el panorama, la inversión de Honda en Córdoba. El proyecto no prosperó y seguimos perdiendo oportunidades. En los 90 no ha sido muy diferente la situación a excepción de la inversión de Toyota, producto del mercado de comercio administrado dentro del Mercosur. Toyota es una inversión en espejo con Brasil, mérito mas del comercio compensado que de nuestro atractivo como país receptor de inversiones. La llegada de Nippon Denso y Yazaki es efecto arrastre de Toyota pues son sus autopartistas cautivos. Fujita Corp. solo ha registrado una sucursal. Tomen esta pensando la posibilidad de instalarse en Argentina. Yakult es una inversión de origen japonés pero proveniente de Brasil. Otsuka Pharmaceutical era el único laboratorio que intento radicarse en Argentina en 1995. Se liquido en 1999. En el Cuadro 4 se registran las inversiones japonesas desde 1980 y se efectúa comparación con las de otros orígenes.

Inversiones japonesas en la economía argentina (millones de dólares)

I. Período 1990-98
1. Formación de Capital: 252.7
a. Ampliación: 178.6
b. Greenfield: 74.1
2. Compras: 114.4
a. Fusiones y Adquisiciones: 81.6
b. Privatización: 32.8
Total: 367.1

II. Año 1998
1. Formación de Capital: 53.8

a. Ampliación: 18.1
b. Greenfield: 35.7
2. Compras:
a. Fusiones y Adquisiciones: s/d
b. Privatizaciones: s/d
Total: 53.8

III. Año 1999
1. Formación de Capital: 35.2
a. Ampliación: 25.5
b. Greenfield: 9.6
2. Compras: s/d
a. Fusiones y Adquisiciones: s/d
b. Privatizaciones: s/d
Total: 35.2

IV. Programadas para el período 2000-2005
1. Formación de Capital: 196.6
a. Ampliación: 16.7
b. Greenfield: 179.9
Total: 196.6

Período 2000 - 2005

Situación actual
Mucho de lo invertido esta siendo repatriado. El Banco Tokyo Mitsubishi se esta reduciendo pasando a ser un banco de corporaciones, Otsuka se liquidó, PECOM-NEC desapareció como joint, y no se advierte un cambio de clima en el futuro próximo. En cuanto a las inversiones institucionales debemos aclarar que mas allá de la presencia de capitales japoneses en "hedge founds" de difícil detección, y en su momento la colocación de bonos de YPF, Japón no ha sido un inversor institucional habitual en Argentina. Las emisiones de bonos efectuadas en los 90 por underwriters japoneses (Shokengaisha): Yamaichi, Nikko, Nomura, etc. en realidad fueron de bonos que no cotizaron en el mercado japonés (bonos samurai daimyo o shibosai) sino que fueron los llamados "Euroyen bond" que cotizaban en yenes pero fuera de Japón. En los 60,70,80 y 90 mientras Argentina dejaba de convertirse en un país atractivo para la inversión japonesa, otros países latinoamericanos se convirtieron en destinos mas seductores: Brasil, Méjico, Chile, etc.

Razones posibles del fenómeno
Cada vez que se plantea la temática de las relaciones se genera un mecanismo muy interesante:
a) Todos marcamos que la relación es escasa.
b) Todos acordamos que debemos energizar la relación.
c) Todos coincidimos en que somos socios complementarios. Dando estas pautas como prefacio deberíamos preguntarnos entonces porque no hemos podido y tan difícil se nos hace potenciar la relación.

Aparecen aquí las explicaciones clásicas:
1) Son países muy distantes (Brasil también es distante).
2) A diferencia de Brasil no tenemos una colonia japonesa nutrida (ni japonesa ni ninguna otra que no sea de raza blanca).
3) Japón es un mercado muy difícil (lo es también para Brasil, Chile, Australia y Nueva Zelanda).
4) Argentina no es un país del Pacifico (Brasil tampoco).

La enumeración que antecede no puede satisfacer seriamente a nadie que se pregunte el real motivo por el cual no logramos mayores resultados en la relación bilateral en general, tanto en lo referente a inversiones como a relaciones comerciales. Es en este punto donde resulta más difícil el diagnostico y el remedio.

En lo personal tengo algunas reflexiones que pretenden explicar porque no hemos podido avanzar mas:
1) Argentina ha persistido en una actitud distante respecto de Asia en general, incluyendo Japón.
2) Los acercamientos han sido poco profundos, formales y generalmente estériles.
3) El diálogo ha sido conducido por no especialistas en el tema. En el mundo la niponología es un campo del conocimiento usado y respetado, no así en Argentina.
4) Existe una seria incompatibilidad entre el criterio empresario argentino y el japonés. Prueba de esta afirmación es que la mayoría de los JV entre empresas de ambos países han fracasado (Nec-Perez Companc, Otsuka-Syntial,Toyota-Decaroli, etc.). Las razones de ello implican una polémica que no abordamos, lo antedicho es solo un dato de la realidad. Vale como reflexión general decir que las empresas japonesas han sido muy presionadas en Argentina para constituir "joint" con empresas locales. La cita siguiente marca el error: "La actitud de las firmas fabricantes japonesas frente a M&A es muy diferente a la de los países occidentales. Las firmas japonesas, normalmente prefieren invertir en centros de producción nuevos, mejor que hacer M&A con firmas locales en los países receptores de la inversión. La crisis asiática de 1997 no cambió esta actitud enfrentada con las asociaciones" (Tejima, S. op. cit. pg.16)
5) No existe un ámbito confortable en la sociedad argentina para grupos étnicos diferenciados. Cuando hablamos del crisol de razas nos referimos a razas europeas (la Constitución de 1863 lo preveía explícitamente). A ello debe sumarse el complejo natural que tienen los japoneses cuando salen de su país. Lo que ellos mismos denominan "shimagumi konjo" (complejo de país isla) los hace seres tímidos y aislados que requieren de ambientes de continencia que esta sociedad no genera habitualmente.
6) El accionar oficial no ha cooperado a potenciar la relación.
7) La información mutua es pobre.

Comercio bilateral
Las cifras actualizadas del comercio bilateral son las siguientes:

Exportaciones de la Argentina (millones de dólares)
País Destino 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1er Cuatrimestre 1999 Var. %
Japón 395 454 375 467 445 457 513 557 657 197 165 -13,2

Importaciones de la Argentina (millones de dólares)
País Origen 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1er Cuatrimestre 1999 Var. %
Japón 181 602 1.095 1.039 986 711 725 1149 1451 550 341 -38

Esto implica que intercambiamos tan solo 2.000 millones de dólares por año. Nunca hemos logrado un comercio bilateral nutrido y solo evitamos el déficit en las épocas de sustitución de importaciones y economía cerrada. Argentina no ha sido exitosa en su acercamiento comercial con Japón. Veamos ahora que productos vende Argentina a Japón.

Cuadro 5. Principales exportaciones de la Argentina a Japón 1996/1997 (miles de dólares)
Denominación 1996 1997
Total General 512,455 552,921
Total 10 Principales Productos 343,962 423,456
Los demás, incluido harina, polvo, "pelelts" de inverteb., los demás 109,871 85,286
Aluminio sin alear 86,019 76,816
Las demás preparaciones y conservas de pescado 39,501 46,192
Maíz: los demás 26,015 45,712
Minerales de cobre y sus concentrados 0 44,762
Sorgo para granos 29,737 41,512
Filetes de pescados, congelados 20,687 25,317
Aleaciones de Aluminio 5,654 20,873
Los demás vinos; mosto de uva (con alcohol): en recip. > a 2L 9,088 19,511
Harina, polvo, "pellets", de carne o de despojos; chicharrones 17,391 17,474

Es muy poca la variación que se advierte en el componente de nuestras exportaciones a Japón desde hace tiempo.
Las explicaciones clásicas también suelen aplicarse a este fenómeno:
1) La distancia y la diferencia de uso horario complican las negociaciones.
2) Japón es un mercado muy difícil.
3) Es un problema de economía de escala.
4) Japón impone barreras parancelarias. Como en el caso de las inversiones incluimos algunas razones que no coinciden con esa enumeración clásica: a) El empresario argentino no se adapta a las exigencias del mercado japonés, no emplea interlocutores especializados y fracasa por una actitud equivocadamente personalista. b) El producto argentino requiere de modificación de gustos y embalajes para ingresar al mercado de Japón. Es meritorio en este sentido el trabajo de JETRO cooperando con las agroindustrias en planes como el "Plan Tango". c) No existe apoyo por parte del Estado. d) La presencia argentina en ferias y exposiciones como Foodex es pobre y no despierta interés en Japón. e) Los encargados de las negociaciones tanto desde el sector publico como desde el privado no siempre saben como negociar con Japón. Desde el punto de vista de la relación comercial con Japón, Argentina también se ha diferenciado claramente del resto de Latinoamérica por su baja performance. De todos modos en Latinoamérica en general tan solo el 7.5% de las exportaciones tienen Asia como destino mientras que Estados Unidos y Canadá concentran el 17.3% de las mismas. Los empresarios del sector agroindustrial reconocen que el futuro del comercio de alimentos se encuentra en Asia, pero a su vez reconocen sus limitaciones para abordarlo con éxito. En lo concreto no se detecta una actividad profesional constante destinada a obtener el objetivo comercial propuesto. Podemos recurrir a un ejemplo actual como es el referido a la venta de carnes argentinas. No es éste ámbito el apropiado para detallar la negociación; pero básicamente digamos que Argentina negocia la entrada de carnes argentinas a Japón del mismo modo que con Inglaterra o con España. Ocurre que Japón es diferente, no parece que podamos obtener grandes resultados por estos caminos. Argentina tampoco ha sabido usar el Mercosur para potenciar su desembarco en Asia. Tenemos socios en Mercosur que negocian mejor en Japón y en Asia en general, deberíamos aprovechar esa circunstancia.

El Informe Okita

Mas allá de la actividad de JETRO que ya hemos rescatado en otro pasaje de este ensayo, Japón ha colaborado en forma bien pragmática con Argentina incluyendo en el Plan Okita varias reflexiones y consejos que permitirían cambiar esta inercia. Es asombroso recorrer las páginas del informe de 1993 y advertir que la mayoría de las sugerencias no solo no han sido atendidas por Argentina sino que continúan vigentes y resultan claves para lograr mayor agresividad exportadora en general y específicamente con Japón. Repasemos algunas de las consignas:

1) Mayor capacitación de los recursos humanos como elemento crucial para el desarrollo y la inserción internacional competitiva.
2) Desarrollar actitudes de ""ir y ver" como es y que demanda el resto del mundo (kembutsu gemba).
3) Promoción genérica de productos argentinos.
4) Centros de información para el comercio exterior al estilo de Prochile.
5) Acción administrativa y geográficamente descentralizada evitando acuerdos marco demasiado ambiciosos
con el gobierno nacional.
6) El Estado debe capacitar funcionarios y equipar las agencias tanto públicas como privadas.
7) Dotar de instrumentos de competitividad a la pequeña y mediana industria.
8) Mayor contacto con organismos de promoción de Japón (JETRO; JICA, AOTS, etc.).

Conclusiones
Nos atrevemos a extraer las siguientes conclusiones:
1) América Latina no constituye una prioridad inversora para Japón y Argentina es uno de sus destinos menos apetecibles, siendo Brasil el país más atractivo.
2) Japón ha asumido un claro rol de liderazgo en Asia priorizando inversiones con el área.
3) Esta situación puede ser parcialmente revertida si se adoptan actitudes de seducción y argumentación desde
los sectores público y privado.
4) La situación se ve reproducida respecto del comercio bilateral, situación especialmente agravada en el caso
de Argentina.
5) Un cambio en esta inercia de la birelación requiere una serie de actividades explícitas y políticamente priorizadas tanto en el ámbito público como empresario.

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