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Análisis de la
dinámica política, económica y social
de Asia-Pacífico
en sus relaciones con la Argentina.
El ingreso de la carne vacuna
argentina a Japón
Luis
del Solar Dorrego
Introducción
En el año 1998 la Argentina
y Japón celebraron el Centenario del inicio de sus relaciones
diplomáticas. Si se realiza un balance global de la historia
de esa relación, queda claro el respeto y amistad mutua que
ha prevalecido entre ambos pueblos a través de esos cien años.
Sin embargo, algo que llama inmediatamente la atención de
un observador de esa relación es el bajo nivel del comercio
bilateral entre ambos estados, el cual desde hace unos años
esta estancado en una meseta de algo menos de 2000 millones
de comercio global bilateral y que en general es favorable
a Japón. Este limitado intercambio comercial es particularmente
notable por el hecho que ambos países son potencialmente complementarios
en su comercio bilateral, pues Argentina es un importante
exportador agrícola-ganadero mientras que Japón es un país
netamente importador de alimentos. Sin embargo por razones
que explicare posteriormente, Japón ha impedido el ingreso
a su mercado de un producto importante en la oferta de bienes
exportables argentinos:
la carne vacuna. Si bien en los últimos meses ha habido ciertas
señales por parte de Japón de que finalmente estos problemas
podrían comenzar a resolverse, es importante tener presente
que la apertura japonesa para este producto requerirá aun
cierto tiempo. Tiempo que el sector público y privado argentino
deberían utilizar para prepararse y comenzar a posicionarse
en ambos mercados a fin de estar en condiciones de competir
con otros países proveedores ya instalados en el mercado nipón.
Por ello, los objetivos de esta monografía son los siguientes:
a) realizar una breve descripción de las características del
mercado japonés de carnes vacunas, dando algunas razones por
las cuales Argentina debería continuar realizando esfuerzos
para ingresar a ese mercado; b) explicar las razones por las
cuales nuestro país en los últimos años no ha podido exportar
carne a Japón; c) realizar una breve síntesis de las acciones
que la Argentina ha realizado hasta el presente a fin de revertir
esta situación; d) proponer una serie de acciones a ser realizadas
por el sector público, el sector privado y aquellas que conjuntamente
ambos sectores deberían desarrollar para no solo obtener el
ingreso de este producto a ese mercado sino también para poder
posicionarse exitosamente en el mismo.
Algunos aspectos del mercado de carnes de Japón
A pesar de contar con un sector agrícola que recibe fuertes
subsidios del gobierno para poder producir, Japón es un país
netamente importador de alimentos en gran parte debido a que
solo el 11% del territorio nipón es cultivable, pues el resto
son bosques y montañas (1).
De acuerdo a estimaciones del Ministerio de Agricultura, Pesca
y Forestación de Japón (de ahora en mas denominado MAFF) ese
país solo produce el 41% de las calorías que consume, dependiendo
de la importación para el resto de los alimentos que necesita
para abastecer a su población de aproximadamente 125 millones
de habitantes (2). Esto ha hecho que Japón sea actualmente
el primer importador mundial de alimentos, pues eroga anualmente
en alimentos aproximadamente unos 50 mil millones de dólares.
Asimismo, cabe señalar que Japón es también el segundo importador
mundial de carnes luego de EE.UU. (3) Una de las principales
razones del crecimiento de las importaciones de alimentos
ha sido que a partir de los años '70, Japón ha ido gradualmente
diversificando y occidentalizando su dieta alimentaria, lo
cual tuvo como impacto el incremento del consumo de carne
vacuna particularmente por parte de la gente mas joven, como
así también en cuanto a los productos derivados del trigo:
pan, pastas, etc. De acuerdo a un estudio realizado en 1995
por la Fundación Okita indicaba que la población de este país
consumía en 1980 un promedio de 5,2 kilogramos de carne por
persona por año, mientras que en 1994 paso a 11,2 kg. por
persona por año y estimándose para los años 2003/5 un promedio
de 14,9 kg. por año y por persona. (4)
Ese mismo estudio señalaba que el auto-abastecimiento de carnes
vacunas en Japón en 1980 era del 69%, en 1994 cayo al 43%
y para el 2005 será del 40%. Asimismo es interesante mencionar,
que a partir de 1993 Japón comenzó a importar mas carne que
la que producía internamente.En 1994 como consecuencia de
la Ronda Uruguay del GATT, los gravámenes de la carne se redujeron
lo que generó un incremento en la importación de Japón de
ese producto. Según fuentes consultadas en nuestra Embajada
en Tokio, en 1998 los aranceles generales para las carnes
refrigeradas y congeladas eran del 50% y a partir de 1999
tienen un arancel temporario del 40,4%. En el año 1998 Japón
importo carne vacuna refrigeradas y congeladas por un total
de 681.000 Tm siendo sus abastecedores EE.UU. con unas 327.849,
seguido por Australia con un monto de 319.000, en tercer lugar
Nueva Zelandia con 18.486 TM y finalmente Canadá con 14.301
TM. Por su parte, Japón produce localmente aproximadamente
unas 371.698 TM. (5) De acuerdo al mencionado estudio
realizado por la Fundación Okita en 1995 se estima que para
el año 2003/2005 Japón importaría aproximadamente 1.273.000
Tm de carne vacuna. Si bien a través de los años Japón ha
expresado su deseo de diversificar el número de los países
proveedores de alimentos a fin de reducir su vulnerabilidad,
esto no se ha concretado mayormente en el caso de la carne
vacuna refrigeradas y congeladas pues desde varios años las
importaciones se han visto concentradas tal como hemos dicho
en cuatro proveedores: EE.UU., Australia, Nueva Zelanda y
Canadá salvo la aparición en 1997 de Uruguay que exporta en
muy pequeña escala. Sin embargo por las razones que explicaré
mas adelante esto esta empezando a cambiar.
En otro orden de cosas, el mercado de carne vacuna congeladas
y refrigeradas en Japón es sumamente sofisticado y diversificado.
Los principales tipos de carnes consumidas en ese país son:
(6)
a) La producida localmente y cuyo arquetipo es el llamado
"Kobe Beef", se caracteriza por ser marmolada debido a su
alto porcentaje de grasa intramuscular. Esta carne es la de
mayor precio localmente pues el mercado japonés tradicionalmente
la ha considerado como la de mejor calidad y es utilizada
generalmente para la preparación de diversos platos tradicionales
tales como el "shabu-shabu". Según estadísticas de la Agriculture
& Livestock Industries Corporation, ALIC, un kg. de lomo de
este producto puede alcanzar valores de hasta 100 dólares.
b) Las producidas en feed-lot alimentadas a grano y en corral,
importadas desde EE.UU. y en menor medida de Australia. Este
tipo de producto que tienen un menor contenido graso que la
local, es consideradas por los consumidores como de segunda
categoría y utilizadas para la preparación de platos occidentales.
En general los cortes provenientes de EE.UU. tienen un precio
mas alto que los de origen australiano.
c) El tercer tipo de carnes serian las producidas a pasto
y a campo entre las que podemos mencionar las provenientes
de Australia y Uruguay. Estas son consideradas como las de
menor calidad por los consumidores nipones, y sólo
representaban en 1994 unas 90.000 Tm, pero según comentarios
de funcionarios del MAFF a sus similares del SENASA (7)
en los últimos años su consumo esta creciendo, particularmente
en el segmento de la gente mas joven debiéndose esto tal vez
a su menor grado de colesterol y mejor precio. Este tipo de
carne, que es la que tradicionalmente nuestro país produce,
usualmente se comercializa a través de hoteles y restaurantes
con cocina internacional. Una importante característica de
los consumidores japoneses es el ser sumamente exigentes en
cuanto a la calidad y salubridad de los productos alimenticios
que consumen.
A tal efecto tanto el MAFF como el Ministerio de Salud y Bienestar
local han establecido muy altos estándares de controles de
calidad en los productos a ser importados y distribuidos localmente.
Esta tendencia se vio particularmente reforzada en la década
del 90 con el surgimiento de la Encefalopatía Espongiforme
Bovina mejor conocida como la "Vaca Loca" y en 1997 por la
muerte en Japón de decenas de personas debido al consumo de
productos contaminados con la bacteria E-coli, (cabe recordar
que nuestro país ha tomado todos los recaudos para impedir
la aparición en nuestro país de la "Vaca Loca").
De acuerdo a informes preparados por el MAFF los valores de
los productos alimenticios consumidos localmente en 1997 fueron
entre un 10 y un 20% superiores a los existentes en las principales
capitales del mundo. La razón principal de esa diferencia
se debería no solo al altísimo costo de vida de Japón, Tokio
es una de las ciudades más caras del mundo, sino a los altos
costos existentes en Japón para la distribución interna de
los productos, los cuales son recargados al precio que finalmente
el consumidor paga (8). Pero, en los últimos tiempos
el sumamente complejo sistema de distribución japonés, caracterizado
por numerosas etapas de intermediación y que tradicionalmente
ha sido una de las dificultades que han tenido los productos
extranjeros para penetrar en el mercado japonés, ha comenzado
a flexibilizarse y a modernizarse con la incorporación de
nuevos actores tales como supermercados mayoristas por ejemplo:
Daiei, Meidi-ya, Peacock, (aparentemente en el futuro cercano
también Carrefour), que están importando directamente productos
alimenticios para venderlos a un precio mas bajo que el de
los pequeños comercios tradicionales. En general y particularmente
durante la burbuja de los años 80 el japonés medio no hacia
cuestión sobre el precio de los productos, (es mas existía
la idea que siempre lo mas caro es lo mejor), pero la actual
recesión ha hecho que este sea cada mas consciente de la relación
precio-calidad. Un aspecto importante y no siempre tenido
en cuenta al realizar un análisis sobre el Japón, es que en
ese país el mercado interno, si bien en los últimos años ha
existido una tímida liberalización, está sumamente regulado
y dirigido a través de un consenso alcanzado entre el gobierno
y los empresarios de cada uno de los sectores. Ese mismo consenso
público-privado hace muy complejo para las autoridades niponas
imponer unilateralmente la incorporación de nuevos actores,
pues esto pondría en peligro importantes intereses creados.
Por lo tanto, antes de cualquier modificación al "status quo"
se requiere que las autoridades niponas realicen un profundo
análisis y hagan consultas con los potenciales perjudicados.
Otro aspecto digno de ser mencionado es el valor que el consumidor
nipón otorga a la excelencia en cuanto a la forma de presentación
de los productos alimentarios en los lugares de venta. En
ese sentido, el nivel de preciosismo es notable y cualquier
exportador que desee acceder al mercado nipón debe alcanzar
niveles de excelencia en ese sentido, sin el cual no tendrá
prácticamente posibilidades de éxito en el mismo.
Razones por las cuales Argentina debería intentar exportar
carne a Japón
a) La necesidad que tiene nuestro país de incrementar
sus exportaciones a fin de crear superávit de balanza comercial,
hace que nuestro país no deba solo fortalecer su presencia
en mercados tradicionales sino que debería intentar abrir
nuevos mercados, tales como el de la carne en Japón.
b) La Argentina tiene actualmente sus exportaciones de carne
congeladas y enfriadas es decir la de más alto valor, relativamente
concentrados en pocos mercados principalmente en Europa, América
del Sur e Israel. De acuerdo a estadísticas de la Dirección
de Mercados Agroalimentarios de la Secretaria de Agricultura,
Ganadería, Pesca y Alimentación en 1997 Argentina exportó
a todo el mundo (sin incluir la Cuota Hilton) un total de
171.832 Tm de carnes congeladas y enfriadas. De los cuales
Chile fue el primer comprador con 59.800 Tm, seguido por Brasil
con 33.871 Tm, Israel con 10.792, EE.UU. con 6.051 Tm, Alemania
con 5.956 Tm, Italia 5679 Tm, Gran Bretaña 5.278 Tm, Francia
4.238 Tm, etc.
c) Que Argentina penetre en el mercado nipón, probablemente
uno de los más exigentes del mundo en cuanto a calidad y salubridad,
sería una carta de presentación inmejorable para exhibir ante
otros eventuales mercados a los cuales se desee acceder en
el futuro o para incentivar a actuales compradores ocasionales
para que vean en Argentina un proveedor confiable e incrementen
sus compras.
d) Fortalecer nuestra presencia en el mercado de carnes internacionales,
frente al cual por diversas razones en algunos casos atribuibles
a razones internacionales y en otros casos producto de políticas
anti-exportadoras argentinas hemos perdido protagonismo en
los últimos años. Hecho que ha perjudicado y empobrecido no
solo al productor argentino sino también a las industrias
y servicios que dependen de este. A título indicativo se desea
señalar que en la década del '30 nuestro país representaba
aproximadamente el 50% de las exportaciones mundiales de carnes
mientras que en 1993 obtuvo un porcentaje de solo el 5% del
mercado mundial.Sin embargo según estadísticas de la SAGPYA
para la Argentina este sector sigue siendo un renglón importante
de su comercio exterior, pues en 1997 el total de carnes exportadas
al mundo fue de 437.214 Tm lo que equivalió un total de 813.768.000
U$.
d) Colocar este producto en un mercado que paga un precio
superior al aceptado por la mayoría de los países del mundo.
Cabe señalar que según la opinión de fuentes consultadas (9)
ese mayor precio permitiría cubrir los costos de flete y sin
que el producto congelado argentino pierda competitividad
frente al mismo producto de otros países.
e) Si bien es complejo y requiere mucho tiempo forjar lazos
comerciales con los empresarios nipones de alcanzarse, la
fidelidad que mantienen con aquellos que han cumplido a través
de los años con sus compromisos de calidad y puntualidad en
el servicio, es notable. Pues en mucho casos estas compañías
han continuado adquiriendo productos en los volúmenes habituales
a sus proveedores aunque estos no sigan siendo rentables.
f) Si bien en los comienzos los empresarios argentinos deberían
pensar en exportar cantidades limitadas de carnes congeladas,
en el futuro y con una adecuada promoción podrían posteriormente
incrementarse.
g) De ser exitosa la exportación de carne a Japón está podría
contribuir a mejorar la imagen país de Argentina en esa nación,
hecho que tal vez podría generar oportunidades para el acceso
de otros productos de origen agropecuario que todavía no ingresan
o no se comercializan aún en Japón.
Razones por las cuales Argentina aun no ha podido exportar
carnes congeladas y enfriadas a Japón
Japón es un país libre de la Fiebre Aftosa y como se ha dicho
precedentemente realiza enormes esfuerzos por mantener la
mayor calidad y salubridad de los alimentos consumidos por
su población y para mantener sus rodeos libres este virus.
Según la descripción que hace la Oficina Internacional de
Epizootias (OIE) la Aftosa es una de las enfermedades animales
virósicas más contagiosas. Ataca no solo a los vacunos sino
también a los ovinos, caprinos y porcinos, en algunos casos
extremos puede ser hasta mortal principalmente para los animales
de menor edad.
La Aftosa se caracteriza por producir en aquellos animales
afectados, lesiones en la lengua, encías, ubres y deformaciones
en las pezuñas, generando también bruscas caídas en el peso
de estos y disminuir en forma permanente la producción de
leche del animal. Por lo tanto esta enfermedad tiene además
de los aspectos sanitarios, fuertes costos económicos para
los países afectados. (10) Por ello y a fin de evitar
el ingreso a su territorio de está enfermedad el gobierno
de Japón en 1956 a través de la ley 166 estableció reglamentaciones
sanitarias sumamente estrictas que fueron confirmadas en 1957
con la sanción de la Ley sobre "Control de Enfermedades de
Enfermedades Infecciosas en los Animales Domésticos" (11).
Esta ley impide el ingreso de carnes vacunas congeladas y/o
enfriadas de países que no sean libres de Aftosa sin vacunación.
Cabe señalar que usualmente las leyes sancionadas por el Parlamento
de Japón son sumamente generales dando gran discrecionalidad
a los organismos de la administración pública encargados de
su aplicación. Desafortunadamente, para nuestro país los rodeos
argentinos han sufrido durante muchísimos años la endemia
de la fiebre Aftosa, (José Hernández, el autor del Martín
Fierro ya la mencionaba en 1882 en uno de sus libros (12)).
La existencia de este virus en la Argentina, hizo que Japón
al igual que muchos otros países desarrollados impidan el
ingreso de nuestras carnes congeladas y enfriadas a su mercado.
Esta razón sanitaria, obligó a vender en el "circuito aftósico"
(es decir a países en desarrollo que pagaban por la carne
proveniente de naciones con Aftosa un menor precio que el
que hubieran pagado los países desarrollados por el producto
sin Aftosa). La falta de solución a este problema hizo perder
muchas divisas al país y fue una de las principales razones
de la caída global de las exportaciones argentinas de carne.
(13)
Sin embargo la prohibición al ingreso de este producto argentino
no es absoluto pues nuestro país esta autorizado desde 1968
a exportar a Japón desde una serie de frigoríficos autorizados
por el MAFF carne vacuna y equina termo-procesada, es decir
cocida, (la cual es inocua desde un punto de vista sanitario).
Durante el año 1998 Japón adquirió 381 Tm de ese producto.
Sin embargo el mismo es de mucho menor calidad y por ende
precio que las carnes enfriadas o las congeladas. (A título
de ejemplo puede decirse que en 1996 el valor de la Tonelada
Métrica de las carnes vacunas enfriadas era de 4800 U$ contra
unos 1350 U$ por Tonelada Métrica de las carnes termo-procesadas).
Asimismo, Japón compra desde hace años a nuestro país menudencias
y vísceras (producto también de bajo precio) alcanzando en
1997 un total de 230 Tm de este producto. (14)
La Argentina ha sostenido tradicionalmente que las razones
sanitarias niponas han sido solo una restricción pararancelaria
que ha impedido el ingreso de nuestras carnes. Hasta fines
de la década del ochenta o comienzos de la década del 90 esta
medida sanitaria fue utilizada en Japón con el objeto de proteger
a su ineficiente y altamente subsidiado sector cárnico local
de la competencia externa. Tal vez ese deseo de autoabastecerse
de alimentos a pesar de los cuantiosos subsidios que implicaba
estaba vinculado a los recuerdos de la terrible crisis alimentaria
que sufrió el Japón de la postguerra, hecho que sin duda marco
a fuego la conciencia colectiva de esa nación.
Posteriormente de acuerdo a distintos analistas argentinos
a pesar de la gradual caída de la capacidad de auto-abastecerse
Japón utilizó la cuestión de la Aftosa no solo para beneficiar
a los productores locales sino también a los exportadores
de carne de EE.UU. y Australia. En el caso de EE.UU. las razones
niponas para preferir el producto de ese país serían no solo
su innegable calidad, las más que estrechas relaciones bilaterales,
los enormes gastos que realizan en promoción las organizaciones
que nuclean a los productores de ese país, sino también que
a través de la importación de "Commoditties" Japón compensa
parte del altísimo superávit comercial que tiene con EE.UU.
(46,6 mil millones de dólares en 1998) (15). En el
caso de la carne de Australia, (además de existir la mayoría
de las razones mencionadas precedentemente), es importante
tener en cuenta las considerables inversiones que poderosos
grupos empresariales japoneses entre otros Mitsubishi y Mitsui
han realizado en Australia en toda la cadena de producción,
exportación y también en la comercialización dentro de Japón
del mencionado producto.
Principales gestiones realizadas por nuestro país para
la apertura del mercado japonés
Desde la aprobación por Japón de la mencionada ley en
1957 el gobierno argentino ha realizado permanentemente ante
el gobierno y el sector privado local en el más alto nivel
posible gestiones que permitan el ingreso de la carne congelada
nacional, con muy pocos resultados positivos. Sin embargo,
se debe subrayar que además de la inflexibilidad japonesa
nuestro accionar fue poco constante y no existió una adecuada
coordinación entre el sector publico y privado argentino para
presionar en forma firme, coherente y sostenida al gobierno
nipón por este tema. Luego de largos años en las que nuestras
pretensiones languidecieron, a comienzos de la década del
90 se produjeron una serie de cambios sumamente importantes
que modificaron la situación general. Los hechos mas importantes
fueron (16):
a) El lanzamiento en Argentina a partir de 1990 de una costosa
pero exitosa campaña para la eliminación de la Aftosa (según
SAGYAP se invirtió en la misma aproximadamente unos 1500 millones
de U$S), que redujo en 1994 el numero de focos infecciosos
a cero permitiendo que en mayo de 1997 Argentina fuera declarada
por la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) como "país
libre de Aftosa con vacunación". Esa declaración de Argentina
como país sin Aftosa con vacunación, creó expectativas a mi
juicio tal vez desmedidas sobre la posibilidad que en el corto
plazo se abrieran nuevos mercados para nuestras carnes tales
como Japón, China, Corea, México países que exigen riesgo
cero. Por otra parte, se prevé que en mayo del 2000 Argentina
será declarada por la OIE como país libre de Aftosa sin vacunación.
Es decir un país con sin riesgo de transmitir la enfermedad
a través del comercio de carnes.
b) La firma por parte de la mayoría de los países del mundo,
incluido Japón, del "Acuerdo para la Aplicación de Medidas
Sanitarias y Fitosanitarias" de la Ronda Uruguay del GATT.
Por el cual sus signatarios se comprometieron a fin de evitar
barreras injustificadas al comercio internacional, no imponer
medidas sanitarias más estrictas que los estándares internacionales
de protección sanitaria, a menos que exista una justificación
científica que la respalde. Este Acuerdo explícitamente recomienda
el uso de los estándares y recomendaciones desarrollados por
la OIE.
c) La autorización que nuestro país recibió en 1997 por parte
de EE.UU., para exportar una cuota de 20.000 Tm de carnes
frescas, revirtiéndose de esta manera más de 60 años de prohibición
a las carnes frescas nacionales para ingresar a ese país.
Este hecho fue sumamente importante para la imagen de las
carnes argentinas, particularmente por la importancia que
EE.UU. tiene como referente técnico internacional en las normas
sanitarias. Al respecto debe señalares que ese país luego
de realizar largos estudios acepto cambiar su estándar tradicional
de riesgo cero a riesgo mínimo. Otros países como Canadá,
Ecuador Malasia, Sudáfrica, Taiwán, Singapur, etc. también
modificaron este principio y aceptaron el riesgo mínimo.
d) El creciente envejecimiento de la población japonesa y
particularmente de aquella dedicada a las labores agrícolas
locales, podría tener como consecuencia que Japón en el futuro
incremente aun más su dependencia de los alimentos importados.
(17)
e) El ingreso a Japón de carnes congeladas desde Uruguay en
1997, que si bien demoro más de tres años desde su declaración
por la OIE en 1995 como país libre de Aftosa, ha roto en forma
simbólica el hecho que EE.UU. y Australia, Nueva Zelanda y
Canadá sean los proveedores tradicionales y exclusivos de
este producto. Por estas razones en 1997-1998 nuestro país
lanzó una ofensiva con la esperanza de persuadir a la parte
japonesa que abra su mercado al producto argentino. Durante
las diversas reuniones en las que se trató el tema y a través
del frecuente envío de información técnica a la parte japonesa
la Argentina argumentó que nuestro país cumplía ampliamente
con lo establecido por las convenciones internacionales y
que de acuerdo a estudios realizados conjuntamente con los
servicios sanitarios de EE.UU., en el caso argentino la posibilidad
de contagio producto y país era de 1 en 20.000.000 casos,
es decir ínfimo. Asimismo se solicito a Japón que comunique
cuales son los requisitos sanitarios para exportar carnes
congeladas. (18) Desde la aprobación por Japón de la
mencionada ley en 1957 el gobierno argentino ha realizado
permanentemente ante el gobierno y el sector privado local
en el más alto nivel posible gestiones que permitan el ingreso
de la carne congelada nacional, con muy pocos resultados positivos.
Sin embargo, se debe subrayar que además de la inflexibilidad
japonesa nuestro accionar fue poco constante y no existió
una adecuada coordinación entre el sector publico y privado
argentino para presionar en forma firme, coherente y sostenida
al gobierno nipón por este tema. Luego de largos años en las
que nuestras pretensiones languidecieron, a comienzos de la
década del 90 se produjeron una serie de cambios sumamente
importantes que modificaron la situación general. Los hechos
mas importantes fueron (16):
a) El lanzamiento en Argentina a partir de 1990 de una costosa
pero exitosa campaña para la eliminación de la Aftosa (según
SAGYAP se invirtió en la misma aproximadamente unos 1500 millones
de U$S), que redujo en 1994 el numero de focos infecciosos
a cero permitiendo que en mayo de 1997 Argentina fuera declarada
por la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) como "país
libre de Aftosa con vacunación". Esa declaración de Argentina
como país sin Aftosa con vacunación, creó expectativas a mi
juicio tal vez desmedidas sobre la posibilidad que en el corto
plazo se abrieran nuevos mercados para nuestras carnes tales
como Japón, China, Corea, México países que exigen riesgo
cero. Por otra parte, se prevé que en mayo del 2000 Argentina
será declarada por la OIE como país libre de Aftosa sin vacunación.
Es decir un país con sin riesgo de transmitir la enfermedad
a través del comercio de carnes.
b) La firma por parte de la mayoría de los países del mundo,
incluido Japón, del "Acuerdo para la Aplicación de Medidas
Sanitarias y Fitosanitarias" de la Ronda Uruguay del GATT.
Por el cual sus signatarios se comprometieron a fin de evitar
barreras injustificadas al comercio internacional, no imponer
medidas sanitarias más estrictas que los estándares internacionales
de protección sanitaria, a menos que exista una justificación
científica que la respalde. Este Acuerdo explícitamente recomienda
el uso de los estándares y recomendaciones desarrollados por
la OIE.
c) La autorización que nuestro país recibió en 1997 por parte
de EE.UU., para exportar una cuota de 20.000 Tm de carnes
frescas, revirtiéndose de esta manera más de 60 años de prohibición
a las carnes frescas nacionales para ingresar a ese país.
Este hecho fue sumamente importante para la imagen de las
carnes argentinas, particularmente por la importancia que
EE.UU. tiene como referente técnico internacional en las normas
sanitarias. Al respecto debe señalares que ese país luego
de realizar largos estudios acepto cambiar su estándar tradicional
de riesgo cero a riesgo mínimo. Otros países como Canadá,
Ecuador Malasia, Sudáfrica, Taiwán, Singapur, etc. también
modificaron este principio y aceptaron el riesgo mínimo.
d) El creciente envejecimiento de la población japonesa y
particularmente de aquella dedicada a las labores agrícolas
locales, podría tener como consecuencia que Japón en el futuro
incremente aun más su dependencia de los alimentos importados.
(17)
e) El ingreso a Japón de carnes congeladas desde Uruguay en
1997, que si bien demoro más de tres años desde su declaración
por la OIE en 1995 como país libre de Aftosa, ha roto en forma
simbólica el hecho que EE.UU. y Australia, Nueva Zelanda y
Canadá sean los proveedores tradicionales y exclusivos de
este producto. Por estas razones en 1997-1998 nuestro país
lanzó una ofensiva con la esperanza de persuadir a la parte
japonesa que abra su mercado al producto argentino. Durante
las diversas reuniones en las que se trató el tema y a través
del frecuente envío de información técnica a la parte japonesa
la Argentina argumentó que nuestro país cumplía ampliamente
con lo establecido por las convenciones internacionales y
que de acuerdo a estudios realizados conjuntamente con los
servicios sanitarios de EE.UU., en el caso argentino la posibilidad
de contagio producto y país era de 1 en 20.000.000 casos,
es decir ínfimo. Asimismo se solicito a Japón que comunique
cuales son los requisitos sanitarios para exportar carnes
congeladas. (18)
Sin embargo, Japón consideró que la posición del SENASA sobre
la posibilidad de exportar carnes frescas a pesar que Argentina
continua vacunando, no era aceptable pues para este gobierno
la única forma de considerar la posibilidad de permitir el
ingreso de la carne argentina era luego que hubiera transcurrido
un año del fin la vacunación sin la aparición de focos de
la enfermedad. Japón basaba su argumentación en que si bien
clínicamente el animal puede no tener síntomas del virus,
ello no implica que no haya actividad viral en este. Asimismo,
Japón se negaba a enviar a la Argentina técnicos en epizootias
para que realizaran estudios "in situ" hasta tanto nuestro
país sea declarado "País libre de Aftosa sin vacunación".
Es decir una posición sumamente dura e irreductible no compartida
por la mayoría de los países miembros de la OMC. Sin embargo
a pesar que no había avances en la cuestión de fondo, ciertos
gestos realizados por el gobierno japonés indicaban que se
estaban produciendo ciertos cambios en la posición nipona
sobre el tema. En 1997 durante una reunión informal entre
un funcionario de la Embajada argentina en Tokio y una alta
autoridad del MAFF, este insinúo que existía una mejor predisposición
que en el pasado para revertir la prohibición a la carne argentina.
Otro hecho a tener en cuenta fue la decisión de la Agriculture
& Livestock Industries Corporation (ALIC), entidad mayoritariamente
administrada por el gobierno de Japón de abrir en enero de
1999 una oficina en Buenos Aires similar a las que posee en
Bruselas, Denver, Singapur y Sydney. Esta entidad cuasi-gubernamental
nipona, tiene entre sus objetivos primordiales recopilar información
sobre el funcionamiento del mercado de carnes y asesorar al
gobierno japonés en los avances de orden higiénicos y sanitarios
a fin de buscar hacerlos compatibles con sus requerimientos
para el ingreso de carnes vacunas.
Cabe señalar que durante, la reunión en la que ALIC anunció
en Tokio a la Embajada argentina en Japón la apertura de esa
oficina, veladamente los funcionarios de ALIC insinuaron que
existía una opinión favorable a la apertura en el mediano
plazo del mercado japonés a la carne argentina. En ese contexto
cabe también recordar que tres años después de la apertura
de la sedes de ALIC en Denver y Sydney, Japón abrió las puertas
al ingreso de la producción de EE.UU. y Australia, respectivamente.
Sin embargo a pesar de esta ambigüedad y debido a la falta
de progresos en los contactos bilaterales oficiales, en la
visita que el Presidente Menem realizó en diciembre de 1998
a Tokio con motivo de los festejos del Centenario de las relaciones
de amistad con Japón, el Presidente argentino presentó al
Primer Ministro Keizo Obuchi y a las autoridades sanitarias
niponas un documento preparado por la Asociación de Industrias
Argentinas de Carnes titulado "Acceso de Carnes Vacunas Argentinas
a Japón. Fundamentos Técnicos y Comerciales".
En este documento el sector privado nacional expresaba el
deseo de nuestro país de comenzar a exportar a la brevedad
carnes congeladas a Japón. Asimismo, intentaba rebatir la
posición del riesgo cero sustentada por Japón tratando de
demostrar científicamente el riesgo prácticamente nulo que
las exportaciones argentinas puedan transmitir la fiebre Aftosa.
Realizando también una descripción de la situación sanitaria
argentina y sobre las garantías que esta otorgaba al consumidor
nipón. Otro aspecto importante de este documento es que veladamente
indicaba que de no abrirse próximamente el mercado japonés
el gobierno argentino podría solicitar consultas con los organismos
multilaterales (OMC) a fin de resolver las diferencias de
criterios existentes con Japón. Cabe señalar que ese gobierno
si bien se comprometió a hacer llegar su opinión al respecto,
este aun no fue contestado. Al mismo tiempo y en el contexto
de la visita presidencial se le entregó al Primer Ministro
K. Obuchi un memorando preparado por la Cancillería, que puntualizó
los criterios técnicos y políticos esgrimidos por el gobierno
argentino para presionar a su contraparte nipona. Ambos documentos,
al margen de su importante valor intrínseco, demostraron una
muy saludable aunque poco habitual decisión del sector público
y privado nacional para trabajar en forma conjunta en solucionar
este tema. Asimismo, durante esta visita nuestro país informó
a Japón que dejaría de vacunar contra la Aftosa a partir de
abril de 1999 a fin de procurar que en mayo del ano 2000 la
OIE declarará a la Argentina como país libre sin vacunación.
Sin embargo, los progresos de esa visita fueron escasos. Por
ello nuestro gobierno decidió cambiar de estrategia e informó
a comienzos de 1999 oficiosamente a Japón que de no iniciarse
próximamente consultas entre los organismos técnicos de ambos
países, visitas "in situ" del MAFF para constatar la situación
sanitaria del país y recibir clarificaciones sobre cuales
son las razones científicas que Japón se basa para prohibir
la carne bovina fresca nacional, Argentina presentaría una
queja ante el Comité SPS por discriminación al producto nacional.
Argentina justificaba su dura posición en diversos artículos
del Acuerdo SPS. Sin dudas esta amenaza sumado a la declaración
que la OIE realizaría en mayo del 2000 de Argentina como país
libre de Aftosa sin vacunación junto a la fuerte presión realizada
por la Cancillería, hizo que finalmente la posición japonesa
en ese tema se flexibilizara. Pues a mediados del corriente
año Japón, a través de su Embajada en Buenos Aires invitó
al entonces Presidente del SENASA Dr. Barcos a visitar ese
país. Cabe recordar que en numerosas oportunidades el pedido
argentino de efectuar reuniones entre los Servicios Sanitarios
había sido rechazado por las autoridades niponas. Ante el
gesto de buena voluntad de Japón nuestro país decidió no presentar
esta queja ante el Comité del SPS en julio de 1999. La visita
del Presidente de SENASA se llevó a cabo entre los días 18
y 23 de julio de 1999, en la misma el Dr. Barcos se entrevistó
con funcionarios del MAFF, de la Cancillería japonesa y del
ALIC. Durante la misma se realizaron progresos importantes,
pues entre otras cosas el MAFF decidió que a diferencia de
otros casos, Japón comenzaría a realizar su proceso de análisis
interno sin esperar la declaración en mayo del 2000 de la
OIE estableciendo a la Argentina como país libre de Aftosa
sin vacunación. (19) Para lo cual nuestro país se comprometió
a remitir al MAFF en diciembre de 1999, la documentación sanitaria
que fundamentará la posición argentina de pedido de cambio
de status en la OIE, la que sería estudiada por el servicio
sanitario nipón que posteriormente remitiría sus conclusiones
a la Argentina. De ser la opinión del MAFF favorable a las
mismas, Japón enviaría también una misión de inspección sanitaria
a nuestro país antes de las sesión de la Asamblea general
de la OIE que se realizará en mayo del 2000 a fin de analizar
la situación de la Aftosa "in situ". Como conclusión de los
resultados de esta visita puede decirse que al margen de la
importancia intrínseca de establecer finalmente un fluido
diálogo entre los técnicos de ambos países, lo acordado por
las partes y mencionado más arriba, según un funcionario de
SENASA que fuera consultado (20), el gobierno nipón
habría informado verbalmente e informalmente a esa institución
que habían tomado la decisión de permitir el ingreso de la
carne congelada argentina a su mercado a partir de la declaración
de la OIE de la Argentina como país libre sin vacunación.
Sin duda desde hace tiempo las autoridades sanitarias japonesas,
deben haber realizado estudios los cuales probarían que la
irrupción de carne argentina no alteraría mayormente, al menos
inicialmente, el equilibrio interno del mercado nipón de ese
producto. Asimismo, se podría especular que es posible que
fuertes intereses privados locales no presentes todavía en
este negocio deseen tener una participación en el mismo y
que por ello puede haber habido presiones sobre las autoridades
para que permitan una diversificación en los países proveedores
de carne. Pero debe hacerse hincapié que el ingreso efectivo
del producto no sería inminente, pues si se recuerda el caso
de la carne uruguaya, ese país debió esperar tres años desde
su declaración como país libre de Aftosa sin vacunación hasta
conseguir resolver todos los problemas sanitarios y burocráticos
y exportar comercialmente. Si bien es posible que en el caso
argentino los tiempos sean más cortos que en el caso uruguayo,
de acuerdo a las mismas fuentes consultadas en SENASA hay
mucho trabajo pendiente para ambos servicios sanitarios que,
entre otras cosas, deben ponerse de acuerdo en cuestiones
tales como cuales serán los frigoríficos autorizados para
exportar a Japón, el etiquetado a ser usado, tipo de empaquetado,
rótulos de los paquetes, etc. Esto sin incluir las negociaciones
comerciales entre los sectores privados de ambos países que
obviamente llevaran también su tiempo. Asimismo, paradójicamente,
otro tema que puede demorar por un breve tiempo el ingreso
de la carne Argentina a ese país es el brote de aftosa que
se produjo en Japón en marzo-abril de 2000 que podría obligar
al MAFF a utilizar la mayor parte de su personal especializado
en contrarrestar la aparición de ese mal en su territorio
y por ende no podrá dedicar toda la atención necesaria a continuar
las negociaciones sanitarias con Argentina. Sin embargo, se
estima que a pesar de estos posibles retrasos nuestra carne
finalmente podrá en el futuro cercano ingresar a Japón.
Acciones que tanto el sector público como el sector privado
deberían realizar individualmente y también en forma conjunta
para alcanzar el ingreso de las carnes argentinas y consecuentemente
posicionarse exitosamente en el mercado japonés
Tal como se dijo en el apartado anterior nuestro país
próximamente sería autorizado por Japón a comenzar a exportar
carne a ese país. Sin embargo para no desaprovechar esa oportunidad
histórica los funcionarios públicos involucrados en el tema
al igual que los empresarios con deseo de exportar a Japón
deberán realizar un cuidadoso programa para alcanzar ese objetivo
con éxito. A mi juicio cada uno de los sectores debe efectuar
una serie de acciones que en algunos casos son indelegables,
mientras que otras deberían ser efectuadas en forma conjunta
a fin de demostrar la coordinación de ambos sectores, hecho
que es sumamente valorado por gobierno y los empresarios nipones,
por considerarlo como una demostración de seriedad.
El hecho que eventualmente Japón autorice a exportar carne
no significa de ninguna manera que se pueda comenzar a hacerlo
este mismo año, pues probablemente los trámites sanitarios
y administrativos requerirán algún tiempo para ser resueltos
(tal vez uno o dos años). Pero ese tiempo debería ser utilizado
no solo para resolver esos problemas sino también para preparar
el terreno para poder competir de la mejor manera posible
con los proveedores ya establecidos en Japón (EE.UU., Australia,
Nueva Zelanda y Canadá). El programa de acción que se propone
a continuación esta dividido en base a las acciones que deberían
ser desarrolladas por cada uno de los sectores.
a) Acciones
sugeridas para el sector público argentino:
1) Ratificar con las autoridades niponas los pasos a seguir
por ambos gobiernos hasta la apertura del mercado japonés.
A fin de poder acelerar las negociaciones técnicas se debería
continuar proveyendo en debido tiempo y forma la información
técnica acordada en julio de 1999 entre el Presidente de SENASA
y su contraparte nipona, al igual que toda otra que sea requerida.
2) Se debería hacer esfuerzos para que a pesar del inconveniente
del reciente brote de aftosa en Japón las negociaciones en
curso no pierdan su impulso y se mantenga la presión sobre
las autoridades niponas para que cumplan con sus compromisos
(el envió de la misión sanitaria del MAFF a la Argentina y
fundamentalmente la apertura del mercado de carnes en el año
2000).
3) Que el Gobierno argentino designe a la brevedad un agregado
agrícola o en su defecto un representante de SENASA en Tokio
a fin que este colabore desde un punto de vista técnico con
la Embajada en las próximas negociaciones con el MAFF.
4) El gobierno argentino debería proveer periódicamente al
sector privado nacional de información actualizada sobre las
características del mercado de carne nipón.
5) Que el H. Congreso de la Nación apruebe a la mayor brevedad
el Proyecto de Ley de Creación de un Instituto Privado encargado
de la promoción de las Carnes Argentinas, que está actualmente
bajo su consideración (21). Este Instituto Privado,
será financiado por el aporte de un peso por cada animal faenado.
De ese peso, el 70% provendría del productor y el 30% restante
de los frigoríficos. Si se calcula que se faenan en el país
unos 12 millones de cabezas de ganado, se obtendría unos 12
millones de dólares para la promoción de este producto. Cabe
señalar que estos fondos serán administrados por el sector
privado a través una Asamblea de Representantes integrada
por: las cuatro entidades del agro, tres representantes de
los frigoríficos, uno de la SAGPYA y asesorados por otras
entidades representativas del sector. Asimismo, cabe señalar
que diversos países líderes en la exportación de carne tales
como Australia y EE.UU. dedican importantes recursos en la
promoción en el exterior de este producto. Por ello, se estima
que la creación por el Congreso Nacional de este Instituto
podría ser una herramienta sumamente útil para la promoción
de las carnes argentinas en el exterior.
6) Velar por la transparencia del mercado local de carnes,
sector que en los últimos tiempos se ha visto afectado por
acusaciones de fraude fiscal, arbitrariedad en la distribución
de la cuota Hilton, etc.
7) Sin bien previamente habría que evaluar si esto mejora
la rentabilidad de las exportaciones de carnes a Japón, sería
importante obtener del gobierno de Chile autorización para
exportar carnes desde sus puertos hacia Japón y otros países
del Pacífico. La reducción en el tiempo de navegación derivado
de esto, posibilitaría a nuestro país superar actuales problemas
técnicos que solo le permitirían exportar carnes congeladas
y poder colocar en esos mercados también las carnes refrigeradas
cuyos valores son sensiblemente más altos que las congeladas.
8) Resolver a través de la Embajada en Tokio cualquier problema
sanitario o aduanero que se pueda producir, particularmente
en los primeros embarques a Japón.
b) Gestiones sugeridas para el Sector Privado argentino:
1) La finalización de las gestiones de un gobierno
ante otro para acceder a un mercado no tienen mayor impacto
en el comercio bilateral si el sector privado del país que
desea exportar un producto no se pone en contacto con sus
eventuales compradores y lo persuade de la calidad de su producto.
Por ello es indispensable que los empresarios argentinos interesados
en exportar carne comiencen a visitar Japón a la brevedad
posible, a fin de entrevistarse con eventuales importadores
y distribuidores (tradings, supermercados, frigoríficos, etc.)
para interesarlos en el producto argentino. Asimismo, para
obtener información sobre el tipo de producto deseado por
la empresa compradora. Estos contactos son imprescindibles
pues como se dijo más arriba el sistema de distribución de
carne en Japón es sumamente complejo y es indispensable tener
un distribuidor local. Además, crear confianza en los compradores
nipones lleva tiempo y una gran dedicación, pero de llegarse
a un acuerdo los empresarios japoneses son de una gran fidelidad
con sus proveedores.
2) Utilizando los recursos que serán próximamente disponibles
para el sector privado a través del Instituto Privado de Promoción
de las Carnes sería tal vez conveniente instalar en Japón
una Oficina de Promoción de la Carne Argentina. Esta Oficina
tendría como objetivo primordial establecer relaciones con
los principales actores del sector privado local, colaborar
en la búsqueda de empresas niponas interesadas en importar
carne argentina, realizar profundos estudios del mercado local
de la carne, promoción de las inversiones niponas en el sector
cárnico argentino. Se estima que tal vez sería conveniente
que la jefatura de esa oficina estuviera en manos de un ex
funcionario especializado en carne de una trading japonesa
o un ex funcionario del MAFF, que haya trabajado durante un
período medianamente extenso en la Argentina (en el caso del
MAFF como agregado agrícola en la Embajada en Bs. As) y que
sea bilingüe. La razón por lo que se sugiere esto es porque
es indispensable que la persona encargada no solo conozca
el medio en profundidad y el idioma, sino por que para los
japoneses todo lo que sea dicho por un japonés tiene más credibilidad.
3) Que las empresas exportadoras de carne argentina con interés
en vender a Japón mantengan estrechos contactos con las tradings
niponas con sucursales en Argentina: Itochu, Marubeni, Mitsui,
Mitsubishi, etc, les provean de adecuada información sobre
sus empresas y del producto que desean colocar. Asimismo,
obtengan información sobre el tipo de producto que demanda
el mercado japonés.
4) Sería también sumamente útil la participación activa de
los empresarios argentinos en diversas Ferias de productos
alimenticios que se realizan en Japón anualmente tales como
Foodex, por lejos la más importante de Asia en el sector.
5) Resultaría de gran importancia para cuando comiencen las
exportaciones de carne que los empresarios argentinos cumplan
con sus compromisos de calidad, etiquetado, empaquetado, puntualidad
en los embarques, etc. Pues si bien los japoneses son muy
fieles con sus proveedores cumplidores, no vuelven a comprar
más a aquellos que alguna vez han defraudado su confianza.
c) Acciones que el sector público y privado argentino deberían
realizar conjuntamente:
1) Realizar periódicamente reuniones entre el gobierno y las
Cámaras empresarias del sector a fin de no solo mantenerse
informados sobre las acciones que se están realizando sino
para diseñar la mejor estrategia para penetrar el mercado
nipón.
2) Que el gobierno a través de la Embajada en Tokio y de visitas
de altos funcionarios de la Cancillería y de la SAGPYA a Japón
otorguen un apoyo institucional a las gestiones que las empresas
privadas argentinas estén efectuando para encontrar importadores
y distribuidores para este producto.
3) Realizar misiones mixtas a Japón a fin de promover inversiones
niponas en el sector agrícola nacional (campos, frigoríficos,
etc). Sin duda la participación del sector cárnico privado
japonés en toda la cadena productiva nacional generaría un
incentivo adicional en estos empresarios para impulsar el
consumo en Japón del producto argentino. Cabe recordar que
esta estrategia fue utilizada muy eficazmente por Australia
el segundo país proveedor de carne de Japón. 4) Aprovechando
la importancia que el consumidor nipón le asigna a la frescura
y calidad de los alimentos y tal como sugiere el Informe Okita
sería altamente conveniente lanzar una estrategia para publicitar
la carne argentina basándose en el hecho que este producto
fue producido en condiciones naturales. Hecho que la hacen
no solo de buena calidad sino más saludable que la producida
por EEUU y Australia en feed-lot por su menor colesterol.
(22)
5) Realizar en Japón seminarios dirigidos a potenciales compañías
importadoras japonesas, con la participación en calidad de
panelistas de funcionarios públicos y empresarios argentinos
al igual que representantes de firmas niponas del sector que
ya estén haciendo negocios con firmas argentinas. (Cabe recordar
que desde hace años Argentina vende a ese país carnes procesadas
y menudencias).
6) A partir de la apertura efectiva del mercado sería conveniente
organizar periódicamente degustaciones del producto argentino,
aprovechando también casos especiales como la visita a ese
país de la Fragata Libertad, festejo del día nacional, etc.
7) Invitar a ejecutivos de empresas niponas importadoras o
procesadores de carnes a que viajen a nuestro país para entrevistarse
con sus contrapartes argentinas, realizar visitas a los frigoríficos
nacionales e interiorizarse sobre las metodologías utilizadas
en nuestro país para la producción de carne.
NOTAS
(1) "Japan. Country Report", U.S. Department
of State, 1996.
(2) "Summery of The Report Submitted to the Prime Minister
by the Investigative Council on Basic Problems Concerning
Food Agriculture and Rural Areas", Ministry of Agriculture,
Fisheries and Forestry, 1998.
(3) "Reto a un Destino Situación actual de las Exportaciones
Argentinas", Anales de la Sociedad Rural Argentina, Buenos
Aires, diciembre de 1998.
(4) "Las Exportaciones Cárnicas Argentinas. La Región Asia-Pacífico",
Fundación Okita, Buenos Aires, 1995.
(5) "Monthly Statistics", Agriculture & Livestock Industries
Corporation (ALIC), Tokyo, August 1999. "Desarrollo de los
Mercados y Oportunidades en el Comercio Mundial de Carnes
Frescas y Congelada", Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Alimentación, Buenos Aires, 1998.
(6) "Las Exportaciones Cárnicas Argentinas. La Región Asia-Pacífico",
Fundación Okita, Buenos Aires, 1995.
(7) Entrevista con Lic. Jorge Idigoras, Director de Asuntos
Internacionales de SENASA.
(8) Annual Report on Japanese Agriculture, Fiscal Year 1998
(Summary), Ministry of Agriculture, Forestry and Fisheries,
Tokyo 1998.
(9) Entrevistas con Funcionarios de la Cámara Argentina del
Sudeste Asiático y con Jorge Idigoras de SENASA.
(10) "Fiebre Aftosa: Etiología, Epidemiología, Dignóstico,
Prevención y Profilaxis", Oficina Internacional de Epizootias
(OIE), 1999.
(11) "Japón y la Argentina. Historia de sus Relaciones", por
José Ramón Sanchis Muñoz, Buenos Aires, Editorial Sudamericana,
1997.
(12) "La Siembra y la Cosecha. El Crecimiento del Sector Agropecuario
y Pesquero Argentino", Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Alimentación de la Nación, Buenos Aires, 1997.
(13) "Reto a un Destino. Un análisis de las Posibilidades
de la Exportación de las Carnes Argentinas", Anales de la
Sociedad Rural, noviembre de 1998.
(14) "Mercados Ganaderos. Dirección de Mercados Agro-alimentarios",
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación,
Buenos Aires, 1998.
(15) "1998 Country Report on Economic Policy and Trade Practices:
Japan", The U.S. Department of State, 1999.
(16) "Reto a un Destino. Un Análisis de las Posibilidades
de Exportaciones de las Carnes Argentinas", Anales de la Sociedad
Rural, noviembre de 1998.
(17) "Annual Report on Japanese Agriculture" FY 1998 (Summary),
Ministry of Agriculture, Forestry and Fisheries, Tokyo, 1998.
(18) "Japan Fresh Bovine Meat. Executive Summary", SENASA,
Buenos Aires, 1998.
(19) "Japón quiere comprar carne argentina", La Nación, 24
de julio de 1999.
(20) "Entrevista con Lic. Jorge Idigoras, Director de Asuntos
Internacionales del SENASA".
(21) "Montado en una tortuga. Promoción de Carnes", Anales
de la Sociedad Rural, junio de 1999.
(22) "Hacia una mayor Interdependencia entre la Argentina
y el Este Asiático: Una Nueva oportunidad para la Economía
Argentina", Informe principal, Secretaría de Comercio e Inversiones,
Ministerio de Economía, Obras y Servicios Públicos de la República,
Agencia de Cooperación Internacional de Japón, Centro de Desarrollo
Internacional de Japón, junio de 1996.
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