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Notas de la Economía Real.
Nº 6, abril de 1998

Las secuelas de la Crisis Asiática sobre el Producto y el Comercio Internacional
La crisis financiera del sudeste asiático ha tenido y tendrá derivaciones sobre el comercio y los movimientos internacionales de capital. Esta situación llevó a los organismos multilaterales y oficiales y analistas a corregir significativamente hacia abajo sus pronósticos previos sobre la economía mundial. A continuación se presenta un breve comentario acerca del impacto de la crisis financiera en los flujos de comercio internacional y una reseña sobre los principales pronósticos al respecto. La inestabilidad financiera de los países asiaticos, la presunción de devaluaciones de sus monedas sumadas a las que se hicieron efectivas y la dura agenda de reformas programadas en las economías que fueron sometidas a programas de ajuste, afectará la vinculación de estos países con sus socios comerciales. Este es uno de los aspectos de la crisis que contribuyó a reducir sustancialmente las perspectivas de crecimiento en el corto plazo de las economías desarrolladas(1) y ha despertado alertas respecto de la propagación de una crisis similar sobre otros mercados emergentes. Respecto de la expansión de la crisis financiera hacia otros mercados, la incertidumbre no ha cesado y la actitud prevaleciente de los analistas es la sospecha acerca de la vulnerabilidad externa y fragilidad financiera de otras economías emergentes. En conjunto, los pronósticos proponen un escenario de crecimiento internacional más moderado en los próximos años, aun cuando la recuperación sea rápida. Se considera improbable que las economías de muchos países crezcan al ritmo que lo han hecho en los últimos años. Para muchas economías en desarrollo, se cree que han estado creciendo a una tasa insustentable en el largo plazo y que corresponde colocarlas sobre senderos de crecimiento equilibrado. Particularmente, en el caso de los países del sudeste asiático, que antes de la crisis presentaban tasas de crecimiento del producto muy elevadas, se cree que la recuperación demorará entre dos o tres años y que, en cualquier caso, razones de sustentabilidad colocarían a esas economías a ritmo de crecimiento menores que en el pasado. Las estimaciones preliminares del comercio de la OMC muestran que en 1997 el comercio de bienes en volúmen creció 9% respecto de 1996 y, por debajo de la de 1994, fue la tasa de crecimiento más elevada de los últimos años exceptuando 1994. Tal crecimiento superó los primeros pronósticos que auguraban una tasa del 7%. Como puede advertirse, la crisis no cayó con todo su peso inmediatamente, al menos en el comercio en términos de volúmen. Se cree que los principales efectos de la crisis se manifestarán más acentuadamente en la primera parte de 1998 pero, aun así, será la tasa más alta del primer cuatrimestre(2). Para la OMC, los países afectados por la crisis representan solo el 3.6% del producto mundial, cerca del 7% del comercio mundial, 6% de la IED y menos del 4% de los préstamos del sector bancario. Así, y compartiendo el supuesto de otros pronósticos según el cuál la crisis ha quedado circunscripta a los 5 países más afectados- Corea del Sur, Tailandia, Indonesia, Malasia y Filipinas-, la caída del ritmo de la actividad será "sólo una abolladura " y afectará quizás solo 2 o 3 puntos porcentuales el crecimiento del comercio. Las estimaciones realizadas por el FMI y el Banco Mundial acerca del crecimiento del producto y del comercio mundial han sido revisadas a la baja y se afirma que habrá una moderada desaceleración. Las hipótesis contenidas en tales escenarios suponen que la crisis financiera mencionada quedó circunscripta regionalmente y que, dados esfuerzos de coordinación internacional y de prácticas de los ajustes apropiados por parte de las autoridades de los países afectados, también quedará interrumpida. Si por efecto contagio o por una percepción adversa de los inversores internacionales ocurriesen nuevos ataques especulativos contra países de la misma región u diferentes de ella, el escenario sería, obviamente, el de una mayor contracción del producto y del comercio mundiales.
El producto mundial crecerá menos que lo previsto anteriormente y por debajo de lo observado en 1997. Lo mismo ocurrirá con el volumen de las exportaciones mundiales y se espera esa sea la evolución en los próximos dos o tres años. La marcha favorable de las economías de los EE.UU. y europeas será compensada por la retracción de Japón y de los países del Sudeste Asiático. El crecimiento de EE.UU. y Europa se afectará sólo moderadamente dada la baja participación en su comercio de los países del Sudeste asiático en crisis. En EE.UU. se prevé una convergencia suave del producto observado al potencial. El crecimiento japonés será menor al previsto, principalmente, como resultado de factores internos.

El impacto sobre los países desarrollados
En diciembre de 1997 el FMI presentó un panorama revisado de la economía mundial respecto del realizado pocos meses antes, en que consideró el impacto directo de esta crisis sobre el comercio de bienes de los países industrializados con las economías del Sudeste y otras emergentes. El organismo multilateral prevé que las devaluaciones de las monedas asiáticas serán contractivas para las economías industrializadas según el grado de participación del comercio asiático en el total de cada uno de tales países y según el grado de importancia del comercio mantenido con esta región en términos de PBI. De acuerdo a la participación del comercio con la región, la economía más afectada será Japón ya que encuentra afectado casi 1/3 de su comercio total con los países de los ASEAN 4 (Tailandia, Indonesia. Malasia, Filipinas) y las nuevas economías industrializadas de esa región, Australia tiene comprometido casi el 35% del comercio, mientras que Nueva Zelandia mantiene un significativo comercio con estos países.
Si se considera el impacto del comercio en el producto de los países industrializados hay amplias diferencias en el grado de impacto: Japón y Estados Unidos encuentran afectados el 10% de su producto con el comercio con esta región. Otros países tienen un grado de compromiso aparentemente mayor. En ese caso, por ejemplo, están Italia cuya proporción asciende a 23% y Canadá, 43%. Según este modelo de impacto, si las importaciones de los países mas afectados por la crisis financiera- ASEAN 4- más Corea reducen sus importaciones un 10% respecto del año anterior y si las nuevas economías industrializadas de la región asiática redujeran sus compras 5%, tendría como consecuencia para los países industrializados una reducción de sus exportaciones totales cercana al 1 punto porcentual y aproximadamente de 0,2 puntos porcentuales del producto. El efecto directo de esta reducción sería relativamente más amplio para Japón, alrededor del 0,4 puntos porcentuales de sus PBI mientras que Canadá podría ver afectado 0,1 puntos porcentuales del mismo. Los efectos para Australia y Nueva Zelanda serían similares a los estimados para Japón. Y, más allá de los efectos directos, la crisis tendría otros efectos sobre los países industrializados. El deterioro de la posición externa afectará su ingreso y las ganancias derivas de las exportaciones que podrán repercutir sobre las tasas de retorno esperadas para algunos sectores e impactar sobre decisiones de inversión, producción y empleo así como en la evolución de los mercados de valores. La crisis también ha tenido y tendrá efectos secundarios de variada intensidad y duración sobre otros mercados emergentes. El principal efecto contagio para las economías emergentes en el corto plazo es la dinámica del flujo de capitales hacia estos mercados que exigirá una corrección y seguimiento más detallado de sus balances externos. Del cuadro siguiente resulta evidente que un shock más amplio al comercio que afecte a las economías emergentes tendrá mayores efectos sobre los países industrializados. Es previsible que el impacto de la crisis del sudeste asiático sobre los países desarrollados no se circunscriba a la evolución de sus flujos de comercio exterior. Por medio de estos, como por medio de otros canales de transmisión de impulsos, pueden anticiparse impactos sobre otros conjunto de indicadores macroeconómicos.
Si la reducción de las importaciones y el crecimiento de las exportaciones de los países del sudeste asiático se distribuye entre los países de la OCDE y el resto del mundo en proporción con los flujos comerciales, la incidencia en las exportaciones de los países de la OCDE sería respectivamente del orden de los 25 mil millones de U$S por año (0,5% de las exportaciones de bienes y servicios de los países miembros) y en las importaciones de 30 mil millones de U$S por año (0,3% de las importaciones de los países miembros). Sin embargo, la OCDE pronostica que las exportaciones de bienes y servicios en términos reales del Grupo de los 7 (estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá) crecerán un dígito respecto de 1997. En casi todos los casos se prevé una variación superior al 6,1%, excepto Gran Bretaña, 3,9%. Las variaciones de las ventas respecto de 1997 más destacadas serán las de Polonia 11,8% y México 12,5%. La variación de las compras respecto del año anterior superará la variación 96/97, excepto Estados Unidos y Canadá. El Instituto de Economía Internacional (IIE) también realizó un estudio acerca de los efectos de las devaluaciones de las monedas asiáticas en el comercio y estimó que en el caso de los Estados Unidos, las devaluaciones agregarían mas de 50 mil millones al déficit comercial. El impacto sería más pronunciado en el sector de manufacturas del sector eléctrico y golpeará fuerte al sector de maquinaria.2 - (3) De este informe se concluye que el destino principal de las exportaciones asiáticas es Estados Unidos, el impacto de las devaluaciones en la balanza comercial puede ser significativo. Como consecuencia de las devaluaciones las exportaciones americanas caerán y las importaciones crecerán sostenidamente. Los incrementos más importantes en el déficit comercial norteamericano están dados por Japón y Corea, mientras el comercio con China tiene un menor peso en el déficit. Sectorialmente, el déficit se incrementará por la caída de exportaciones de productos de agricultura hacia la región y por el incremento de las importaciones de textiles, ropa y bienes intermedios de capital, máquinas, manufacturas del sector eléctrico y equipos de transporte. Se prevé que como consecuencia de las medidas devaluatorias, que se reduzca el superávit de la Unión Europea con los países del sudeste, que se produzca un incremento de cerca de 50 mil millones en el superávit de Japón y un cambio de signo radical en la balanza comercial de Corea.

El impacto sobre los países en desarrollo (PEDs)
Existe cierto consenso acerca de que las regiones de PEDs más afectadas por la crisis asiática serán América Latina, los países en transición de Europa y Asia Central y Africa Subsahariana. En América Latina el menor crecimiento resultará del deterioro de los términos de intercambio, del cambio en las condiciones del mercado internacional de capitales y del programa de ajuste que se aplica en Brasil desde noviembre de 1997. Según el Banco Mundial la desaceleración prevista en el crecimiento de los PED no será tal que, probablemente, el crecimiento promedio anual de estas regiones -excepto Asia Oriental- sea entre 1997 y el 2000 superior al del período 1991-1996. Los PED crecerán a una tasa de 4.6% promedio anual contra 2.6% registrado en el período anterior. América Latina crecerá al 3.8% promedio anual contra 3.2% registrado en el período anterior. Se atribuyen tres factores: 1- mayor crecimiento del producto mundial (3% contra 2.1%) y del comercio mundial (6.6% contra 6.2%); 2- mejor desempeño de políticas económicas, especialmente en América Latina y Africa Subsahariana y, 3- progresos en las reformas en Africa del Norte y Centro - Oriental y sur de Asia. Se estima que los países del Sudeste asiático afectados recuperarán sus tasas de crecimiento de largo plazo dentro de dos o tres años aunque es motivo de debate si éstas alcanzarán el nivel de las que antecedieron a la crisis. La recuperación de éstos será más lenta que la de México tras la crisis de 1994 debido a la ausencia de un gran vecino atravesando una fase expansiva del ciclo y a que la fragilidad financiera mexicana era menor. Otros analistas afirman que los programas de reformas estructurales practicados con el soporte del FMI incidirán desfavorablemente en el proceso de recuperación de las exportaciones en el corto plazo dado que entre los sectores a desregular se prevé la reestructuración del sistema crédito los exportadores para la comercialización y la reformulación de los incentivos y subsidios a la producción existentes antes de la crisis. Desde la perspectiva de los productores asiáticos la devaluación de las monedas fortalece la competitividad de sus productos y genera un escenario favorable para un segundo boom de exportaciones. Sin embargo consultoras privadas pronostican que la caída de las importaciones de la región - especialmente, materias primas y bienes intermedios- es sumamente riesgosa, ya que desacelerará el crecimiento de sus exportaciones dado que los principales productos que vende la región tienen un alto componente extranjero.(4) Las exportaciones en la región crecieron moderamente o incluso registraron descensos debido al debilitamiento de la demanda de importaciones de la propia región, que es el destino de un 40% aun 60 % de las exportaciones del área. Se presume que la caída -en dolares- de los productos exportados presionará la baja de las importaciones: Japón 14% , casi 40% en Corea, 17% en Indonesia. Como resultado , en todos los casos se estarían produciendo superávits en la balanza comercial, no como resultado del aumento de las ventas, sino como contrapartida de la caída de las compras al exterior(5). La absorción que hizo América Latina del shock procedente del Sudeste asiático se relaciona con las reformas realizadas en los sistemas financieros nacionales (en términos de supervisión y así como en el control de la expansión del crédito) y en las rápidas y adecuadas respuestas de política. A pesar de ello el crecimiento esperado del producto los países en desarrollo (PED) fue corregido hacia abajo. Se destacan tres factores: 1- los vínculos comerciales de varios PED (en especial, asiáticos) con los países asiáticos en crisis; 2- la caída de los precios de las commodities y, 3- el encarecimiento y/o menor disponibilidad de financiamiento extranjero(6). En cuanto a China las autoridades oficiales estiman que el impacto de la caída de las exportaciones hacia estos países será limitado, dado que Corea, Tailandia e Indonesia sólo representan el 7% del total y a que sus ventas se encuentran diversificadas(7). Las exportaciones hacia el Sudeste Asiático representan el 10% de las exportaciones de América Latina(8). Individualmente, Chile tiene afectado el 33%,(9) , Perú 26%(10), Brasil 18%. El comercio de Argentina con la región comprende cerca del 11%. Para los exportadores de materias primas el panorama no es alentador. Los precios de las commodities fueron revisados a la baja. El precio del conjunto de éstas -excluido el petróleo- caerá 9.8% en contraste con la caída de 0.1% estimada para 1997 y el pronóstico para 1998 hecho en julio de -2.4%. El precio del petróleo caerá 11.5% en contraste con la caída de 6% estimada para 1997 y el pronóstico previo para 1998 de 0% (sin variación). Dado que Asia es el principal importador de petróleo del mundo en los 90, los exportadores e industriales de commodities verán afectada la demanda y, en consecuencia, sus precios. En cuanto al precio de las manufacturas crecerá 2.5% en contraste con la caída de 4.5% estimada para 1997 y el pronóstico previo para 1998 de 4.6%. Se espera un deterioro de los términos de intercambio de los países productores de commodities. Entre éstas, las caídas más pronunciadas serán las del petróleo, maderas tropicales, la goma, el arroz y los metales.

Notas

1 Ver, "Greenspan predicts economic slowdown", Financial Times ,30 de enero de 1998
2 Ver "WTO forecast small dent in world output from Asia Crisis", Financial Times 24 de marzo de 1998
3 Ver Bergsten. F. (1998): The Trade implications of the asian financial crisis y Noland M. & Liu L. (1998): Asian Competitive Devaluations, IIE, WP 98/2, Institute of International Economics, Washington.
4 Ver " Accelerating fall in Asia´s import may hit revival " Financial Times, 24 de marzo de 1998.
5 Informe de Coyuntura en Asia. Marzo de 1998. Unidad Analitica Asia Pacifico. Documento de Trabajo N 64. Subsecretaria de Comercio Exterior. SICyM-MEyOSP.
6 Ver World Bank (1998): Global Economic Prospects and the Developng Countries, Short-Term Update.
7 Land of the rising dragon, Stephen Roach. Financial Times.
8 Las pérdidas más importantes se deberán a la caída del precio de las commodities que exportan las economías latinoamericanas.
La caída mas brusca es del petróleo. El deterioro de los términos de intercambio para las economías latinoamericanas recaerá, sobre los exportadores de arroz, caucho y madera.
9 Ya desde el tercer trimestre comenzaron a sentirse los efectos de la crisis, en Chile, especialmente en las exportaciones.
Los mayores efectos serán en los siguiente sectores: minerales, harina de pescado, pasta química de madera, y frutas frescas. Durante el último trimestre del año pasado las compras chilenas a esa región crecieron el 27,5% mientras que las compras al mundo
lo hicieron un 5%.
10 La crisis asiatica sumada a la corriente del Niño consipiran contra el superavit comercial peruano de los últimos años. Las cifras de enero muestran caida grusca de las exportaciones del 26.5 % respecto del mismo período de 1997 y una caída del 5% de las importaciones. Los minerales y los productos derivados de la pescados fueron los más afectados por por la crisis , en especial por la brusca caída en el precios. Peru´s export hit by Asia Crisis, El Niño Financial Times. 24 de marzo de 1998
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