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Síntesis
de la Economía Real.
Síntesis Internacional - Mayo
1999
La economía estadounidense
creció 4.5% durante el primer trimestre del año impulsada
por el sostenido crecimiento de los gastos de los consumidores
y si bien la Reserva Federal decidió no modificar su política
monetaria, preventivamente ha modificado su postura o "policy
stance" como preaviso de que en caso de ser necesario ajustaría
las tasas.
Motivos no le faltarían: algunos rubros del IPC han sufrido
variaciones considerables,
y el mínimo nivel registrado en la tasa de desempleo hace
suponer que las futuras incorporaciones a la fuerza de trabajo,
consistente en la mano de obra menos calificada, no redundará
en las ganancias de productividad que vienen ocurriendo hasta
el presente.
De todas formas, los grados de libertad de la Reserva Federal
se encuentran acotados. La mayor parte de las economías, excluyendo
a la de EE.UU, se encuentran recién comenzando a salir de
los efectos de las crisis financieras recientes y un incremento
de tasas podría ahogar su recuperación. Pero por otra parte,
el ciclo expansivo más prolongado de la historia, mínimas
tasas de desempleo y aumentos de la productividad inusualmente
elevados y sostenidos llevan a pensar que los conceptos del
pasado poco tienen que ver con la presente coyuntura.
Lo peor de la minirecesión que afectara a Europa en el último
trimestre de 1998 y primero
de este año, parecería haber quedado atrás. No obstante, algunos
elementos permitirían inferir que debería esperarse, más que
un despegue acelerado desde los actuales niveles de actividad
económica, una recuperación lenta, fundamentalmente de las
principales economías.
Estados Unidos
La economía estadounidense registró un crecimiento anualizado
durante el primer trimestre
del año del 4.5%, sustentada en la fortaleza de la demanda
interna y ayudada por los deprimidos niveles alcanzados por
los precios de las materias primas. Es la novena vez en los
últimos 10 trimestres que la tasa de crecimiento se ubica
por encima del 3%. Más aún, este aumento hubiera sido mayor
aún de no ser por el desequilibrio comercial que restó cerca
de 2.5 puntos al incremento del PBI.
Otro elemento favorable y que contribuyó a disipar, fugazmente,
el temor de una suba de las tasas, fue la significativa mejora
registrada en la productividad de la mano de obra del sector
no agropecuario, 4% anualizado en el primer trimestre, muy
por encima de los costos laborales para igual período, 0.4%.
La explicación del comportamiento de estos últimos está dada
por las modalidades adoptadas por las empresas para remunerar
a sus empleados. El método de "gainsharing" (compartir las
ganancias) o el otorgamiento del denominado "bonus" por contratación
o porrenovación de la relación contractual se considera una
parte importante del salario que no es captada por las estadísticas
de costo de la mano de obra.
Entre los elementos de la demanda interna se destacan los
gastos de los consumidores que, al crecer 6.7% anualizado
en el primer trimestre del año, mostraron el mayor aumento
de la última década. La conjunción de todos los elementos
mencionados induce a los analistas a suponer que, debido al
fuerte aumento de la productividad registrado en el más prolongado
ciclo expansivo de los EE.UU, el límite de la tasa de crecimiento
sin inflación se ha expandido considerablemente para pasar
del 2.5% al 3% o aún más.
No obstante, algunos elementos surgidos en los últimos días
llevaron a la Reserva Federal a modificar su postura en materia
de inflación, de "neutral" a "upside". Por ejemplo, el Consumer
Price Index (CPI) registró un aumento, ajustado por estacionalidad,
del 0.7% en abril (1). Pesaron fuertemente el crecimiento
de los precios de la energía, con un variación positiva de
6.1% y dentro de sus componentes, energía basada en petróleo
que creció 14.0% (2). Con una incidencia menor, frutas
y vegetales aumentaron 0.4%. Si se considera la "core inflation",
es decir excluyendo los precios de energía y alimentos, el
aumento registrado en abril del CPI, en términos anuales,
llega al 2.2%.
En los hechos, este cambio de postura del Fed es otra forma
de indicarles a los mercados que se encuentra listo para tomar
medidas. Y posiblemente, tal como ocurriera con anterioridad,
dichas medidas no sean necesarias en el futuro debido a que
los mercados, para evitarlas, tienden a autolimitarse. Por
otra parte, el organismo monetario no contaría con una libertad
total para actuar a la luz de la situación del resto de las
economías que podrían ver abortada su recuperación por la
suba de tasas. Como prueba de ello téngase presente que el
abultado desequilibrio comercial estadounidense (3),
que podría llegar a US$ 250000 millones no es más que el reflejo
de la fortaleza de la demanda interna de EE.UU y la debilidad
de la externa.
Europa
La caída del nivel de actividad que afectara a la Unión Europea
a fin de 1998 y comienzos de este año parecería estar revirtiéndose
(4) aunque a un ritmo lento si se mide por lo acontecido
en las principales economías. Si bien se han producido repuntes
marginales de los precios al consumidor tanto en Alemania
como en Francia, esta suba se originó, tal como ocurriera
en EE.UU, en la recuperación desde los mínimos de los precios
del petróleo. La inflación "core" que excluye alimentos y
energéticos, no da signos de repunte en ambos casos ayudada
por una menor presión sobre los salarios.
El indicador de confianza de los consumidores para Europa
mostró un leve retroceso en abril debido al aumento del número
de desempleados, mayoritariamente provenientes del sector
manufacturero, y al descenso de órdenes de producción para
la industria en Alemania.
Sin embargo, el retroceso de este último indicador estaría
motivado en los pedidos de órdenes provenientes del exterior
dado que aquellos originados en la economía doméstica se mantienen
relativamente estables. Al respecto es útil señalar lo que
se encuentra aconteciendo en Italia.
Se observan retrocesos pero decrecientes en valor absoluto
según el origen que tengan
los pedidos. Así las mermas registradas desde el Sudeste Asiático
son mucho menores que
las observadas para los países de América Latina.
Por último, la modificación de los conceptos de las cuentas
nacionales ha generado algunas sorpresas. En Alemania, por
ejemplo, la economía habría crecido a un ritmo menor a lo
indicado por el antiguo sistema mientras que en la actualidad
se econtraría en una situación mejor a la esperada, aunque
los inventarios siguen disminuyendo a un ritmo muy lento como
para suponer un rápido crecimiento. En Francia, la incorporación
del PBI de los territorios de ultramar ha mejorado la relación
déficit fiscal/PBI ubicándola en una magnitud más holgada,
2.7%, en términos del Acuerdo de Maastricht.
Asia dep Pacífico: midiendo la recuperación
A partir de los primeros signos de recuperación de las economías
del Este de Asia,
las expectativas oscilaron para cada uno de los países de
la región, tratando de descifrar
qué países se recuperarían en forma rápida (en forma de V)
y sostenida, y qué países permanecerían en estado de inestabilidad
por un período prolongado antes de iniciar
la recuperación (en forma de U).
La simplificación, siempre peligrosa en cualquier análisis
de evolución económica, reviste particular riesgo en una región
tan diversa como el Asia del Pacífico; sin embargo la creciente
interdependencia de sus economías y flujos comerciales hace
que la mejora en la situación económica de un país ejerza
un acentuado efecto multiplicador regional. Y en estos momentos,
los tres grandes pilares de actividad en el área: China, Corea
y Japón si bien con características diversas, están jugando
un papel activo en la recuperación.
Las reservas de divisas crecieron substancialmente en la región
como consecuencia de la caída
en las importaciones y del masivo esfuerzo exportador, dirgido
especialmente a los Estados Unidos y a la Unión Europea, y
facilitado por la caída del valor de las monedas locales.
Los déficits pre-crisis en cuenta corriente pasaron a superávits
en el corto plazo de un año y la reactivación
de las exportaciones, una vez disminuidos los stocks industriales,
está generando mayor actividad, menores nivelesde desempleo
y consecuentemente lenta recuperación de la demanda interna.
Las presiones inflacionarias están siendo contenidas por los
todavía altos niveles regionales de capacidad ociosa.
El sostenido crecimiento de la economía de los Estados Unidos
y las perspectivas de reactivación en la Unión Europea, con
estimaciones de crecimiento de su PBI en 1999 cercanas al
2% y en el año 2000 superiores al 3%, confirma que los principales
socios comerciales extrarregionales de los países del Pacífico
seguirán cumpliendo un rol decisivo en el proceso de recuperación
del área.
El caso de Corea es el que presenta un modelo de recuperación
de forma en V más acentuado; el PBI podría incluso superar
la más reciente estimación para el año en curso -alcanzando
eventualmente el 7% - si siguen, al ritmo de los primeros
cinco meses del año, las variaciones que se están registrando
en el gasto público, el consumo privado, las inversiones en
activos fijos y las exportaciones. El balance comercial se
estima que continuará siendo superavitario, pero sin alcanzar
los niveles de 1998 debido al necesario aumento de importaciones
generado por la reactivación. Japón persiste en generar datos
encontrados, que demuestran la complejidad
de su situación: aumenta la construcción de viviendas y de
unidades no residenciales, pero baja aún más el consumo doméstico,
la tasa de desempleo aumenta al 4,8% y disminuyen las horas
extras trabajadas, mientras simultáneamente en marzo aumenta
el 2,2% la producción industrial.
Los datos positivos provienen en su mayoría de la reactivación
generada por el gasto público,
con el serio inconveniente de que el déficit fiscal estaría
llegando a niveles que pueden causar
la baja del mercado de bonos.
Sin embargo, al no haber podido estimular el consumo privado,
podría esperarse un nuevo paquete de estímulo a la economía
antes de que termine el primer semestre del año. Las autoridades
del MITI estiman un crecimiento del producto del 0,5% para
1999, frente a evaluaciones privadas de crecimiento cero,
o aún negativas. En todo caso, son la aún formidable dimensión
de la economía japonesa y el aumento de sus importaciones
los elementos que siguen jugando un papel decisivo en la recuperación
regional.
China ha malacostumbrado a los analistas económicos con índices
de crecimiento que suelen superar los del resto de la región
y aún más los de los paísesdesarrollados. Y este primer cuatrimestre
no es una excepción: la producción industrial creció en lo
que va del año el 9,7%, llevando el crecimiento al 9,1% si
se considera el período mayo 98-abril 99. Según el origen
empresarial de la producción, en el período mayo 98- abril
99 las empresas del Estado aumentaron su producción el 7,1%,
las empresas colectivas el 8,9 % y las firmas extranjeras
y las empresas mixtas el 11,8%.
La inversión en activos fijos en abril creció el 18,1%
con respecto al mismo mes de 1998, luego de dos meses de aún
mayor crecimiento: 22,7% en marzo y 28,3% en febrero de 1999,
con respecto a iguales meses de 1998. Los signos negativos
se perciben en la acumulación de stocks, ante la disminución
del ritmo de exportaciones y la debilidad relativa de la demanda
interna. Si bien estas dos circunstancias no son nuevas, hasta
ahora China continuó manteniendo el ritmo de las importaciones.
Los próximos meses serán decisivos para ver si se produce
una reactivación del consumo, hasta ahora liderado por el
gasto público, o comienza a diseñarse un panorama de caída
de las compras externas. Mientras tanto, la política oficial
se ha centrado en la remisión del impulso reformista en las
Empresas del Estado: la desaceleración del ritmo de reformas
busca disminuír el nivel de desempleo, y estimular la demanda
interna a través de bajar la preocupación social por la inestabilidad
laboral.
Aspectos Sobresalientes de la coyuntura en Brasil
La reacción de los precios internos resultó tan
sorprendente como el error en que incurrieron
la mayoría de los economistas al pronosticar el efecto de
la devaluación sobre la inflación
y el crecimiento. Entre enero y abril, el índice de precios
mayoristas (5) fue el que presentó
el mayor incremento acumulando un 11.4% de crecimiento. Los
precios minoristas tuvieron un aumento en torno al 3%, mientras
que los precios de la construcción tuvieron un crecimiento
inferior al 2%. El índice general de precios más utilizado,
que resulta de una combinación
de los tres índices anteriores en una proporción del 60%,
30% y 10% respectivamente, registró
un aumento de 7.75%.
Las proyecciones
de evolución del PBI se modificaron rápidamente ante el nuevo
escenario. Estas no sólo se modificaron hacia arriba, sino
que algunas prevén crecimiento al finalizar el año.
Sobresale el hecho de que la inflación del IGP en el mes de
abril fue prácticamente nula (0.03%), muy por debajo de lo
esperado, a tan solo tres meses de la devaluación. Los precios
mayoristas de abril registraron una deflación del -0.34% (impulsados
por la disminución de los precios agrícolas, ya que los productos
industriales registraron un aumento del 1.1%) y se estima
que acumulará a lo largo del año una inflación en torno al
15%, mientras que los precios minoristas podrán ubicarse incluso
en un dígito. El ajuste de precios relativos entre transables
y no transables (precios mayoristas/precios al consumidor)
originado por la devaluación, tiene entre sus principales
consecuencias un salto competitivo de magnitud en la economía
brasileña.
Los incrementos
de precios fueron atenuados gracias a la conjunción de los
siguientes factores:
· A diferencia de las economías asiáticas y mexicana, la economía
brasileña se encontraba en recesión con anterioridad a la
devaluación,
· Elevada tasa de interés interna,
· Escaso poder de negociación salarial de las centrales obreras,
· Una mejor conducta microeconómica de los consumidores de
bienes o insumos que no avalaron aumentos injustificados de
precios6,
· Precios internacionales de commodities deprimidos,
· Exceso de capacidad instalada,
· Exceso de stock en los comercios minoristas, que permitieron
no avalar los aumentos iniciales de los precios listados por
los distribuidores,
· Un mayor grado de concentración en el sector minorista,
gracias al crecimiento en los últimos años del supermercadismo,
que aumenta el poder relativo de negociación de los compradores,
· La acción de la agencia de acompañamiento económico, dependiente
del Ministerio de Hacienda, que investigó los casos de aumentos
de precios en algunos sectores claves (automotores, farmacéuticos
y otros) para controlar el excesivo uso de poder de mercado
de las empresas.
La favorable reacción de los índices de precios en los meses
de marzo y abril está alentando expectativas muy optimistas
y fue el principal impulsor de un consenso casi absoluto que
ya da por descontada la continuidad del programa económico
y la fluctuación del tipo de cambio futuro en torno a los
R$ 1.65/1.7 por dólar.
Entre los aspectos salientes que explican el optimismo actual
se encuentra además del comportamiento de los precios, el
acuerdo firmado con el FMI que permite la utilización de parte
del paquete de ayuda internacional para intervenir en la flotación
del mercado cambiario, y el esfuerzo fiscal que ha demostrado
el gobierno materializado en un superávit primario superior
a los 7 mil millones de reales en el primer trimestre. Estos
factores revirtieron las expectativas sobre la capacidad del
gobierno para sostener el tipo de cambio, lo que permitió
contener las presiones inflacionarias.
Durante períodos de inflación, el déficit fiscal Operacional
adquiere una nueva relevancia, ya que resta el efecto de la
inflación sobre los pagos de intereses de la deuda pública.
Si bien las cifras de déficit Nominal para el primer trimestre
del año van a ser muy elevadas, el déficit Operacional va
a ser sustancialmente menor, ya que ante el salto inflacionario
del mes de febrero los intereses reales fueron en algunos
casos negativos dependiendo del índice de precios empleado
en la comparación. A pesar del elevado stock de la deuda,
que representa poco menos que la mitad del PBI, se cree que
de no presentarse una coyuntura financiera internacional muy
desfavorable, no existirán problemas de financiamiento y que
el mercado avalará tasas menores. La tasa de overnight bajo
a un 27% anual el último 12 de mayo y a un 23.5% el 20 de
mayo, menos de la mitad de la tasa que registraba en marzo,
durante los momentos más críticos de la devaluación. No es
coincidencia que la rebaja de la tasa desde el 29.5% anterior
se haya establecido apenas después de conocerse los datos
de inflación. La nueva tasa de interés resulta inferior a
la prevista para fines de este año (28.8%) en el acuerdo firmado
con el FMI.
El aspecto más decepcionante de la coyuntura es la escasa
reacción que mostraron las exportaciones ante la devaluación.
El acuerdo marco con el FMI suponía un excedente comercial
de US$ 11.000 millones, meta muy superior a los US$4/5 mil
millones que se prevén actualmente. Una de las causas de esta
tímida respuesta exportadora es la escasa disponibilidad de
financiamiento a las exportaciones (en abril comenzaron a
incrementarse las líneas de financiamiento) y a la volatilidad
del tipo de cambio que dificulta la formación de precios (para
no fijar precios en dólares muy diferentes a sus competidores,
muchas empresas decidieron esperar hasta observar un nivel
de cambio más estable).
Por otro lado, la recuperación prevista del nivel de actividad
interna en el segundo semestre es otro de los factores que
atenuarán el crecimiento exportador.
Se espera
que disminuya sensiblemente el déficit de la Cuenta Corriente,
gracias a la reversión del signo de la balanza comercial y
la disminución de os déficits en las cuentas Turismo
y Transporte de la balanza de servicios.
Box III: Déficit de la Cuenta Corriente
y Crecimiento Económico
La evolución de la cuenta corriente7 del balance de pagos
es empleada frecuentemente como un indicador del estado de
salud de una economía. La explicación clásica, que guía la
mayoría de las interpretaciones de política económica, relaciona
el déficit de la cuenta corriente con el déficit de la balanza
comercial, por lo tanto, en el caso de que el déficit de la
cuenta corriente sea persistente, como este es financiado
-al menos parcialmente- con aumento de deuda, la interpretación
clásica, indica que la situación desembocará en una modificación
cambiaria. Es por este motivo, entre otros, que se adjudica
a los elevados déficits de la cuenta corriente como porcentaje
del PBI que presentaban México, Tailandia, Indonesia, Corea,
Brasil y otros países, como uno de los principales detonantes
de las crisis que se sucedieron en estos países en 1994, principios
de 1997 y 1999 respectivamente. A pesar de que la mayoría
de las interpretaciones del déficit de cuenta corriente se
basan en la acepción clásica, relacionada con el flujo de
comercio, las evidencias de algunos casos especiales como
los mencionados más arriba, junto al elevado grado de integración
financiera mundial y de apertura del mercado de capitales
que hoy caracteriza a la mayoría de los países en desarrollo,
torna necesario asimilar concepciones más actualizadas del
déficit de la cuenta corriente. En este sentido, interpretaciones
más modernas incorporan el concepto de la brecha entre ahorro
e inversión, que indica que los países que tienen bajas tasas
de ahorro y mercados de capitales abiertos, obtienen capitales
en la forma de Inversión Extranjera Directa o Préstamos internacionales,
que le permiten tener tasas de crecimiento superiores a las
que tendrían si solamente se financiaran con la acumulación
interna de ahorro. En este sentido, una economía con potencial
de crecimiento se nutre del ahorro externo para expandir sus
posibilidades de crecimiento. La apertura financiera aumenta
el potencial de crecimiento mundial ya que permite que los
países que disponen de excedentes presten su ahorro a los
países menos desarrollados que presentan una baja propensión
a ahorrar y disponen de oportunidades de inversión más rentables.
Bajo esta óptica, presentar un déficit de cuenta corriente
no implica un riesgo, e incluso pasa a ser una objetivo deseable.
Este déficit deberá ser considerado riesgoso (desde el punto
de vista del riesgo creditício) si la economía no presenta
como contrapartida un crecimiento sostenido de la producción
y de las inversiones productivas que permitan -una vez maduradas
las inversiones-, el pago de los compromisos asumidos. En
la tabla 1 se observan casos de naciones que pudieron sostener
por un largo período de tiempo (al menos desde la década de
los 80) un déficit de la cuenta corriente sin que ello derivara
en abruptas modificaciones cambiarias. También se puede observar
que en lo transcurrido de la década de los 90, en todos estos
países la tasa de crecimiento de la inversión resultó superior
a la tasa de crecimiento que registró en este período el grupo
de naciones industriales. Esta hipótesis parece confirmarse
al observar que la mayoría de las naciones desarrolladas de
Europa Occidental (excepto Alemania y Austria) presentan superávits
de la cuenta corriente, mientras que Grecia y Portugal, dos
de los países más atrasados de la Unión, presentan déficit
de la cuenta corriente.
Notas
1 No bien conocida
la evolución de los índices de precios los mercados financieros
registraron fuertes bajas.
2 Los precios del petróleo crecieron 17% en abril,
el mayor aumento desde 1935 cuando comenzó a registrarse su
evolución. No obstante debe considerarse que esta suba se
produce luego de un período en que los precios del commodity
retrocedieron en caída libre.
3 El acumulado de un año a marzo se ubicaba en US$ 186205
millones.
4 Conviene recordar la decisión del Banco central Europeo
que en su "debut" se decidió por un agresivo recorte de tasas
de 50 puntos básicos de una vez para aventar cualquier expectativa
recesiva.
5 Los resultados alcanzados por el índice de precios
mayoristas del mes de febrero (IPA-DI, FGV) fueron cuestionados
metodológicamente, ya que los "listados" de precios de empresas
mayoristas que releva la encuesta no necesariamente reflejan
los precios a los cuales se realizaron las transacciones.
6 A pesar de una encuesta de la CNI en el sentido opuesto,
existe un consenso generalizado de que las empresas y consumidores
están sustituyendo productos que aumentaron de precios por
sustitutos de menor valor. Por ejemplo, en el caso de los
demandantes de insumos o productos intermedios se estaría
dando un proceso de sustitución de importaciones.
7 La cuenta corriente del Balance de Pagos es deficitaria
cuando la suma de las exportaciones de bienes y de servicios
(transporte internacional, turismo recibido, cobro de intereses
por créditos externos, remesas de beneficios recibidos por
inversiones externas y transferencias de trabajadores en el
exterior) es inferior a las importaciones de bienes y servicios.
Un déficit en la cuenta corriente debe ser balanceado con
un saldo superavitario en la cuenta de capital (préstamos
internacionales, Inversión extranjera o reducción de reservas).
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