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Síntesis
de la Economía Real.
Síntesis Internacional - Noviembre
1998
La cifra de crecimiento
de la economía estadounidense durante el tercer trimestre,
3.3% anualizada, debe ser considerada con cautela dado que
en un panorama todavía indefinido
en lo que hace al nivel de actividad, hay cada vez mayores
síntomas de desaceleración.
Las tres reducciones de la tasa de Fondos Federales dispuestas
por la Reserva Federal no constituyen por sí mismas una solución
al problema de fondo. La discusión sobre la posibilidad
o no de una contracción del nivel de actividad ha dejado paso
a cuando se hará sentir con mayor intensidad.
En Europa están comenzando a aflorar tensiones entre el Banco
Central Europeo, que entrará formalmente en funciones a partir
del 1º de enero de 1999, y los gobiernos. Ello se debe
no sólo
a las zonas grises del Acuerdo de Maastricht sino también
al deseo de las respectivas autoridades nacionales de dar
impulso a la actvidad económica, vía reducción de tasas, para
disminuir el elevado desempleo.
El impacto de la crisis sobre los mercados asiáticos llevó
a una fuerte caída de su comercio intrarregional (más del
50% de su comercio total antes de julio de 1997) y a disrrupciones
en las cadenas de producción y crédito. El incipiente proceso
de reestructuración, con la incorporación de capitales extranjeros
permite sin embargo predecir un Pacífico Asiático nuevamente
competitivo en la segunda mitad de 1999.
Estados Unidos
Como un reflejo del panorama "mixed" en el cual se encuentra
inmersa la economía estadounidense, el Departamento de Comercio
dio a conocer la tasa de crecimiento, preliminar, del tercer
trimestre del año que resultó ser un sorprendente 3.3%, cuando
la mayoría de los analistas esperaba una cifra sensiblemente
menor. Sin embargo algunos elementos son dignos de destacar:
en primer lugar la caída de las exportaciones fue más que
compensada por el consumo interno. Si bien el gasto de los
consumidores creció a un ritmo menor que en el mismo período
de 1997, 3.9% contra 5.5%, en septiembre, la tasa de ahorro
(1) de los consumidores fue negativa, -0.2%, por primera
vez desde 1959, año en que se comenzaron a elaborar las estadísticas
oficiales sobre la variable. Ello no sólo pone de manifiesto
que una parte creciente de los gastos de los consumidores
se financia a través de créditos lo que explica su vulnerabilidad
frente a tasas de interés reales crecientes en caso de una
deflación significativa. También subraya que en algún momento
deberá producirse una recuperación de los ahorros vía una
caída del consumo.
Otro aspecto a considerar es que de los tres puntos de crecimiento
registrados, un punto se explica por la recomposición de inventarios
- en términos monetarios llegó a US$ 52700 millones - basada
en el comportamiento de los concesionarios automotrices que
incrementaron existencias luego de la finalización del conflicto
de la General Motors.
Si bien las exportaciones continuaron contrayéndose y las
importaciones expandiéndose a tasas menores en el tercer trimestre
- caída de las expo de 2.9% en el tercer trimestre contra
un desplome del 7.7% en el trimestre anterior y aumento de
sólo 3.4% de las impo contra un salto del 9.3% en el segundo
trimestre -, el problema no pasa ya por la variación sino
por lo abultado del nivel que alcanza el desequilibrio comercial.
Por otra parte, visualizado el problema desde la perspectiva
de los países en crisis que exportan a Estados Unidos, ¿quién
absorberá sus saldos exportables si la economía estadounidense
se desacelera marcadamente?
Otro elemento que pone de relieve con mayor intensidad el
posible rumbo de la economía es la evolución de la inversión
bruta fija. En el tercer trimestre creció sólo 1.2%, muy por
debajo de las cifras de 2 dígitos a las que venía creciendo
en los trimestres anteriores. Este comportamiento se explica
por la significativa caída de la construcción de edificios
y estructuras no residenciales - lo que refleja el "feeling"
de los empresarios (2) - en el período analizado: 6.5%.
Por último, resta observar lo acontecido con los informes
sobre las ganancias de las empresas (3). A pesar del
crecimiento del producto, las ganancias empresarias han retrocedido
en este tercer trimestre entre 2% y 3% (4).
Indicios adicionales sobre la evolución de la economía pueden
encontrarse en el "Beige Book" de octubre elaborado por la
Junta de la Reserva Federal en base a informaciones de los
bancos que la integran. Algunos elementos para destacar son
los siguientes:
a - las ventas minoristas se ubicaron en general por debajo
de lo que esperaban los comerciantes, aunque sólo pudieron
registrarse casos aislados de acumulación de inventarios.
b - la actividad inmobiliaria y de construcción se mantiene
robusta no obstante lo cual comenzaron a percibirse signos
de un mayor endurecimiento de las condiciones crediticias
en este mercado.
c - la producción manufacturera se mantiene en niveles muy
elevados aunque en algunas ramas han comenzado a evidenciarse
cierta desaceleración.
d - correlativamente, pese a que las condiciones en el mercado
laboral se mantienen ajustadas,
la demanda de trabajadores en algunas industrias muestra síntomas
de debilitamiento.
e - Los bajos precios de las materias primas y las adversas
condiciones climáticas han despertado la preocupación tanto
de los productores como de los bancos que financian la producción
del sector.
f - Tanto los empresarios como los consumidores se muestran
sumamente cautelosos acerca de las perspectivas económicas
para el corto y mediano plazo.
Los factores precedentes permitirían explicar la nueva reducción
de la tasa de Fed Funds en otro cuarto de punto, a 4.75%,
efectuada por la Reserva Federal el 17/11. Pero para algunos
analistas, dicha tasa podría llegar a ubicarse en 4% hacia
mediados de 1999, período en el que la desaceleración se haría
sentir con mayor intensidad. Al respecto, debe señalarse que
se espera para el año próximo una tasa de crecimiento de la
economía estadounidense ubicada entre 1% y 1.5%.
Unión Europea
Tal como aconteciera con el último gobierno republicano
en los Estados Unidos, los indicadores de Alemania muestran
un panorama favorable... una vez perdidas las elecciones.
Si bien es cierto que la crisis se hizo sentir durante el
segundo semestre, la economía creció durante la primera mitad
del año a una tasa anualizada del 2.9% -se estima un 3% para
1998 - y la cantidad de desempleados se redujo en septiembre
a 4.15 millones frente a 4.52 millones de diciembre
de 1997. La producción industrial para el bimestre julio-agosto
se encontraba 4.4% por encima
de igual período del año anterior en tanto que se espera que
la tasa de inflación se ubique
por debajo de 1.4% para el año en curso (5). Como fuera
mencionado, la crisis se hizo sentir durante el segundo trimestre
del año (sin cifras todavía, se presume que fue transitoria
dado
el repunte del tercer trimestre). El consumo que había aumentado
1.9% frente al primer trimestre
de 1997, creció sólo 0.4%.
La baja en el crecimiento de las exportaciones (6)
fue más pronunciada: contra un aumento del 10.9% en el primer
trimestre lo hicieron en 6.3% en el segundo. Las perspectivas
para la nueva administración muestran algunas sombras: el
desempleo en la ex Alemania Oriental sigue muy elevado (17.3%)
en tanto que los fondos suministrados por el gobierno federal
para aliviar la situación se canalizaron hacia inversiones
improductivas; la reducción de impuestos para los consumidores,
cercana a DM 10000 millones, será financiada a través de la
reducción
o eliminación de regímenes que favorecían a la industria y
por último, esta se muestra sumamente preocupada por las demandas
de mejoras salariales realizadas por los sindicatos.
Pero para los observadores extranjeros hay un dato que realmente
preocupa: en agosto del año próximo se retira el actual presidente
del Bundesbank, Hans Tietmeyer. Si bien a esa altura el BCE
ya estará en funciones, el papel del presidente del Bundesbank
(7) posee un peso determinante en las decisiones del
organismo. Si tal como se anticipa, Lafontaine nombra como
sucesor a Heiner Flassbeck, duro crítico de la institución
financiera, el giro en la política del organismo puede llegar
a ser de 180 grados.
El estímulo de la economía francesa, con un crecimiento estimado
superior al 2.5% para 1998, viene dado por el sostenido comportamiento
de la demanda interna dado que la crisis impactó en el frente
externo, a punto tal que el aporte de las exportaciones al
PBI fue negativo. Asimismo se quebró la tendencia decreciente
del desempleo que en agosto aumentó 1.1% para ubicarse en
11.8%. Si bien la cifra se encuentra por debajo de la de diciembre,
12.5%, los analistas estiman que esta caída sería exagerada:
gran parte del descenso se explica por la incorporación de
mano de obra con carácter temporario y en tareas de baja productividad
en el sector público.
El Banco de Inglaterra redujo nuevamente las tasas de interés.
En octubre lo había hecho del 7.50% al 7.25%. A comienzos
de noviembre, la reducción llegó a 50 puntos básicos para
ubicarse en 6.75%. El motivo estaría dado por la fuerte desaceleración
de las exportaciones, jaqueadas por una libra sumamente fortalecida
en los últimos meses y por un retroceso generalizado en los
niveles de actividad: el sector manufacturero (para el año
próximo la Confederación de Industrias Británicas CBI, estimó
un retroceso para el sector ubicado entre 5% y 10%) lideró
el retroceso que poco a poco se hizo extensivo a la construcción
y a los servicios. Para este año se pronostica un crecimiento
del PBI ubicado entre 1% y 1.5% en tanto que para 1999 los
analistas privados anticiparon que difícilmente llegue al
1%.
Italia y España muestran imágenes contrapuestas en lo que
a crecimiento se refiere: la tasa más baja para el primero
de los países, una de las más altas de la UE para el segundo.
En el caso italiano, la escasa dinámica de la economía se
encuentra atentando seriamente con la posibilidad de aumentar
los ingresos fiscales a fin de reducir la elevada deuda pública,
y ello, pese a la reciente baja de la tasa de interés. De
acuerdo a lo expresado por el propio presidente del Banco
de Italia, Antonio Fazio, Italia se encuentra escasamente
preparada para ingresar a la Unión Monetaria.
Al respecto, la reducción del déficit fiscal de los últimos
seis años en casi 5 puntos del PBI, del 7.5% a sólo el 2.7%,
se debió fundamentalmente a la reducción de los intereses
de la deuda pública. Los excesivos gastos previsionales, la
fuerte presión impositiva y la rigidez del mercado de trabajo
siguen siendo problemas estructurales de fondo que resta atacar.
Por oposición, la economía española se encuentra generando
400000 puestos de trabajo al año (una tasa de crecimiento
del 3.5%), la economía crecería 3.7% en 1998 y la tasa de
inflación llegaría a 2% en este año. La reducción de tasas
practicada por el Banco de España en el contexto de la política
de convergencia brindó un estímulo adicional a la demanda
interna, lo que por otra parte aumentó los ingresos fiscales
y contribuyó a aliviar el pago de los servicios de la deuda.
Si bien se planea un recorte de las alícuotas impositivas
para el próximo año (en promedio llegaría al 11%), resta observar
si ello, junto al descenso de tasas y la fortaleza de la demanda
interna son capaces de desatar presiones inflacionarias.
Como corolario, podría expresarse
que si bien el pico de la crisis quedó atrás, los mercados
se encuentran en una situación de espera y siguiendo el día
a día. En este sentido, las decisiones que adopte la Reserva
Federal en EE.UU en el corto plazo y la concreción del perfil
definitivo que asuma el BCE, pasarán a tener un peso preponderante
en el escenario económico mundial. Por lo pronto, el crédito
se encuentra retornando a los mercados muy lentamente, pero
por ahora, a un ritmo suficiente como para aventar los peligros
de una crisis mayor. Conviene sin embargo recordar que el
virtual racionamiento del crédito no se produce vía tasa (precio)
sino vía cantidad inducida por el riesgo. En tal caso, diferenciarse
es la mejor estrategia a seguir.
BOX IV ¿ Posible Nacimiento Traumático
para el Banco Central Europeo?
Con estabilidad de precios, desequilibrios fiscales acotados
por debajo del límite impuesto por el Tratado de Maastricht,
un crecimiento más que aceptable en relación a los años anteriores
y relativamente aislada de la crisis del sudeste asiático,
la economía de la Unión Europea (UE) aparenta estar en óptimas
condiciones para la efectiva puesta en marcha en enero próximo
del Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, el nacimiento
de la nueva institución monetaria no estaría libre de complicaciones,
por ahora en el plano potencial, pero no por ello menos preocupantes.
Motivos no faltan según se desprende de la última reunión
de los líderes europeos celebrada a fines de octubre en Pörtschach,
Austria. Primero, debido a la insistencia de las respectivas
autoridades nacionales en buscar un contrapeso político al
BCE. En momentos en que la tasa de inflación se encuentra
en un nivel bajo, la economía registrando un crecimiento superior
al de los estándares europeos de los años anteriores - se
pronostica que la UE 15 crecerá entre 2.4% y 2.6% en 1999
-, los desequilibrios fiscales se encuentran acotados por
el Tratado de Maastricht por debajo del 3% del PBI y la economía
relativamente inmune (todavía) a la crisis, es comprensible
la ofensiva por reducir la tasa de desempleo que en conjunto
llega al 10% de la fuerza laboral. En segundo término, existe
una zona gris en el Tratado de Maastricht que el nuevo ministro
de finanzas alemán, Oskar Lafontaine, desea explotar y es
la referida al tipo de cambio. Su intención es la de fijar
bandas de fluctuación del euro frente al yen y al dólar de
manera tal de evitar una excesiva apreciación del euro que
pueda dañar a los sectores exportadores europeos. Por último,
existiría la firme intención de encarar proyectos de infraestructura,
mano de obra intensivos, a fin de disminuir el desempleo.
En síntesis, reducción de tasas de interés, fijación
de bandas de flotación para el euro y mayor flexibilidad en
materia fiscal. ¿Son compatibles estos objetivos con el BCE
delineado a semejanza del Bundesbank?. Difícilmente porque
el BCE recién reducirá sus tasas de interés cuando lo considere
conveniente (8), la aceptación de bandas de fluctuación
puede atentar contra la estabilidad de precios, su único objetivo,
y reclamar mayor flexibilidad en el manejo de las cuentas
públicas, cuando algunos países miembros consiguieron
a duras penas cumplir con los requisitos de ingreso en la
materia, ayudados por situaciones coyunturales más que estructurales,
es prematuro y arriesgado. La contienda parece planteada
y del resultado final dependerá la fortaleza o debilidad de
la nueva moneda en el mediano plazo.
Asia
A partir del comienzo de las turbulencias en Asia se fueron
sucediendo distintas cuestiones en el primer plano de las
incógnitas. La primera fue acerca del grado de expansión que
alcanzaría la crisis, lo que tuvo una primera respuesta en
octubre de 1997 con el ataque sobre el dólar de Hong Kong,
y los posteriores episodios de fin de año en Corea, y ya en
1998 con la crisis en Rusia, la fuga de capitales en Brasil
y otras economías latinoamericanas y, finalmente las caídas
en los mercados de valores de América del Norte y Europa que
culminan con las declaraciones del grupo de los Siete a fines
de octubre de 1998.
La segunda cuestión se vinculó a la potencial amenaza sobre
el sistema del comercio mundial de una "invasión" de exportaciones
asiáticas impulsadas por fortísimas devaluaciones en algunas
de las economías del sudeste, originalmente, y luego en Corea.
En agosto la caída del yen japonés al superar la barrera psicológica
de los 140 Y/USD, creó la sensación de inminente devaluación
del renminbi yuan en China y la quiebra del sistema de caja
de conversión en Hong Kong. La tercera cuestión estuvo vinculada
a la profundidad y calidad del daño que la crisis podría infligir
a las economías asiáticas y a los tiempos que deberían transcurrir
antes de que se pudiera vislumbrar alguna recuperación. En
lo que sigue se plantean algunas reflexiones sobre estos dos
últimos puntos ya que el primero ha sido suficientemente explicado
por los propios hechos.
Las exportaciones asiáticas, lejos de crecer, sufrieron
caídas de distinta importancia según los casos. Ello obedeció
tanto al impacto de la crisis sobre los mercados en la región
- el comercio intrarregional explicaba hasta 1997 el 50% de
los intercambios en el Pacífico Asático - como a disrupciones
en la cadenas de producción, comercialización y de crédito
sufridas por las economías más afectadas por la crisis: Mientras
tanto, el efecto original de las devaluaciones nominales fue
erosionado por los impactos sobre los costos internos de los
precios de los suministros importados, por los mayores costos
financieros derivados de la escasez de crédito y de la suba
de las primas de riesgo. Más recientemente se ha registrado
una compensación del overshooting de 1997 en el caso de monedas
como el won coreano, el baht y hasta la rupia indonesia: La
última cuestión mencionada es la referida al período que las
economías asiáticas requerirán para beneficiarse finalmente
del impulso que las devaluaciones de todos modos han generado.
Aún incipientemente puede observarse en Asia un proceso de
reestructuración, ayudado en parte por la incorporación de
capitales extranjeros. Si tal tendencia se afirma, hay quienes
hablan de que un Pacífico asiático nuevamente competitivo
podría estar operando en la segunda mitad de 1999.
Mientras tanto, las señales siguen siendo contradictorias.
En el caso de China, a principios de noviembre, pudo saberse
que las autoridades se manifestaban dispuestas a prolongar
por todo 1999 su compromiso original de mantener el valor
del renminbi yuan. Pero a mediados de mes se conocían las
cifras de comercio exterior de octubre, que denotan una caída
de las exportaciones del 17,3% sobre el mismo período de 1997.
El incremento anual del valor de las exportaciones viene acusando
disminuciones mes a mes (ver informes anteriores) y para el
período enero - octubre alcanza sólo al 1,4% respecto al mismo
período del año pasado. El resultado de la balanza comercial
sigue siendo positivo aunque en niveles decrecientes, gracias
a la caída de las importaciones del 0,7% en lo que va del
año y del 9,2% sólo en octubre.
Brasil
Disminuir la vulnerabilidad para volver al crecimiento
El costo del financiamiento es una de las principales
variables que explican el crecimiento de una economía, sin
embargo, cuando este alcanza niveles superiores al 40% anual,
pasa a ser una variable determinante del mismo ya que pocas
actividades superan un costo de oportunidad semejante. Con
tasas de interés internas en torno a estos valores, el ritmo
de crecimiento
de la economía brasileña fluctuará dependiendo de cuál sea
la evolución futura del costo
del financiamiento. La tasa de interés interna está conformada
por la agregación de tres componentes: la tasa de interés
internacional, la pauta de devaluación cambiaria y el riesgo
país:
i - La tasa de interés internacional no es una variable que
se encuentre bajo el control gubernamental, pero es de esperar
que continúe baja, en los niveles actuales, en la medida que
continúen las amenazas de recesión mundial.
ii- La evolución de la pauta de devaluación, tiene dos componentes:
por un lado la pauta de devaluación que determina el Banco
Central que actualmente se ubica en torno al 7% anual, y por
otro lado, el premium por el riesgo de sufrir devaluaciones
que exigen los agentes de acuerdo a sus percepciones sobre
la capacidad del Banco Central para defender la paridad cambiaria.
iii- El riesgo país, tampoco es una variable directamente
bajo el control del gobierno, pero depende indirectamente
de las expectativas de los agentes económicos sobre la capacidad
del gobierno para cumplir con el servicio de su deuda y al
igual que el punto anterior, de su voluntad para mantener
la paridad del tipo de cambio.
En la actualidad, el eje de la política económica brasileña
gira en torno a la reversión de las expectativas negativas
que los agentes internos y externos tienen sobre la capacidad
del gobierno para mantener la política cambiaria y cumplir
con los servicios de la deuda pública para poder disminuir
los componentes ii y iii de las tasas de interés internas.
Estas expectativas dependen directamente del resultado de
las cuentas fiscales y del déficit de la cuenta corriente,
de ahí el esfuerzo mostrado en las últimas semanas para reducir
el primero y asegurar el financiamiento externo del segundo.
La debilidad que muestra la economía en estos dos indicadores
son los causantes de la vulnerabilidad que la economía ha
demostrado desde el inicio del plan de Real.
Déficit de la Cuenta Corriente
Las dificultades para obtener los 52.000 millones de dólares
de financiamiento externo que
se estiman para el año 1999, explican el premium de riesgo
que actualmente sobrecarga la tasa
de interés interna. De estos U$S52 mil millones, aproximadamente
U$S17 mil millones provendrán
del flujo de IED, mientras que otros U$S14 mil millones se
originarán en el financiamiento
de importaciones. Por los restantes U$S21 mil millones, el
gobierno debe conseguir financiamiento externo a través de
renovaciones o la generación de nuevo endeudamiento, de otra
forma, deberá financiarlo con reducción de reservas internacionales
deteriorando la confianza en la estabilidad del tipo de cambio.
El nuevo préstamo multilateral de ayuda internacional agregará
más de U$S41.000 millones
de reservas internacionales (un monto igual al stock de reservas
estimadas al fin de octubre),
que representan fuentes suficientes para cubrir durante 2
años las necesidades de financiamiento externo de la economía
brasileña, lo que disminuirá sensiblemente la percepción de
riesgo cambiario y default de la economía. El déficit de la
cuenta corriente de Brasil no presenta niveles extraordinariamente
elevados como proporción de su PBI. En la tabla se observa
que se ubica entre los más bajos de la región. Sin embargo,
en la economía brasileña el déficit de la cuenta corriente
adquiere una importancia significativa debido a las dificultades
para financiarlo.
De los componentes del déficit de la cuenta corriente, el
de mayor peso es el de la cuenta servicios, que es deficitaria
en U$S29.5 mil millones (proyectado para 1998 y 1999), dentro
de la cual se encuentran los rubros turismo, fletes y remesas,
que se caracterizan por su rigidez (en comparación a la flexibilidad
de la balanza comercial, especialmente ante modificaciones
del tipo de cambio).
Déficit Fiscal
El elevado Déficit Fiscal, superior al 7% del PBI, es
el otro factor que le añade vulnerabilidad a la economía brasileña.
Está compuesto por poco menos de un 1 punto porcentual de
déficit primario y más de 6 puntos porcentuales en concepto
de pagos de intereses de la deuda pública (interna y externa).
En este rubro, la economía se encuentra atrapada en un circulo
vicioso, ya que la tasa de interés no puede descender en la
medida que no disminuya el déficit fiscal (y por lo tanto
disminuya el crecimiento de la deuda pública que lo financia),
y este no puede descender en la medida que no lo haga la tasa
de interés interna. Ante estas circunstancias, una reducción
del gasto público disminuirá el risk-premium exigido por los
agentes, disminuyendo sensiblemente la tasa de interés interna.
Entonces, el efecto positivo sobre el PBI de una disminución
del gasto será mayor al efecto negativo de la disminución
en uno de sus principales componentes. Resulta curioso el
hecho de que el multiplicador del gasto en el estado actual
de la economía brasileña sea negativo, pero es precisamente
esta percepción la que justifica las actuales intenciones
del gobierno por mejorar su esfuerzo fiscal e implementar
reformas de largo aliento que mejoren aún más la credibilidad
del programa, provocando un descenso mayor de la tasa de interés
interna.
El programa de estabilización fiscal (PEF), lanzado el 28
de octubre pasado pretende alcanzar un superávit primario
del 2.6% del PBI (lo que significa un esfuerzo fiscal superior
al 3% para compensar el déficit que habría sobrevenido de
continuar la situación actual). Es necesario considerar que
el esfuerzo fiscal en torno a los U$S20 mil millones, podría
quedar diluido si el gobierno tuviera que pagar por su deuda
tasas de interés 8 puntos porcentuales por encima del 22%
proyectado oficialmente en el PEF. El acuerdo de intención
firmado con el FMI supone una meta de déficit nominal del
4.7% del PBI, lo que le permitiría presentar un déficit por
la cuenta de pago de intereses del 7.3% del PBI. Con el actual
nivel de endeudamiento, la tasa implícita para alcanzar ese
déficit por la cuenta de pago de intereses deberá ser muy
próxima al 20%.
La coyuntura internacional resultó adversa para las aspiraciones
del plan Real, ya que incluso a pocos meses de su lanzamiento
sufrió en alguna medida coletazos de contagio de la crisis
del tequila. Desde el inicio de la crisis asiática, la debilidad
de algunos indicadores fundamentales de la economía brasileña
provocaron un endurecimiento de las condiciones de financiamiento
internacional y ante este escenario, la economía brasileña
se encontró en la encrucijada de tener que sacrificar su economía
interna (llevando las tasas de interés a niveles estratosféricos)
para poder asegurar el financiamiento de su déficit externo
y fiscal. El lanzamiento del Programa de Estabilidad Fiscal
y la obtención del paquete de ayuda internacional por montos
que duplican su actual stock de reservas internacionales pretenden
recuperar la confianza y disminuir la vulnerabilidad de la
economía para poder restablecer con prontitud un escenario
macroeconómico que impulse el crecimiento.
BOX V Evolución de la Economía Chilena
A partir del complicado
escenario internacional, la economía chilena ha sufrido algunas
repercusiones, principalmente en el comercio exterior y en
las magnitudes de financiamiento externo disponibles en la
actualidad. Las exportaciones constituyen uno de los pilares
del crecimiento de la economía chilena, dado que representan
cerca de un 21% del PBI, de las cuales un 34% (en 1997) se
dirigen a la región asiática. En este sentido, se verificó
una importante caída de los montos exportados, pues, en los
primeros 7 meses del año 1998 disminuyeron en más de un 10%,
mientras el descenso de éstos al Asia fue del 29.8%. Las exportaciones
que más descendieron fueron las de cobre, celulosa y harina
de pescado, pero principalmente las del primer producto, que
significa casi un 45% de las exportaciones de Chile. Las mismas
representaron
en el primer semestre del corriente año más de 2.300 millones
de dólares. Asimismo, la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco),
estima que debido a los menores precios de los minerales,
las exportaciones mineras este año disminuirán en 1.580 millones
de dólares respecto de aquellas efectivizadas en 1997. El
descenso de las exportaciones durante 1998 se explica por
dos factores: por un lado un "efecto precio", derivado del
descenso de los precios de los principales commodities exportados,
y por el otro, un "efecto cantidad", derivado de la caída
en la demanda de productos chilenos. En cuanto al mercado
financiero, la mayoría de los economistas chilenos coincidía
en
la necesidad de imponer condicionamientos al libre flujo de
capitales con el objeto controlar los efectos nocivos que
una afluencia elevada de capitales puede generar en la paridad
cambiaria.
Sin embargo, en los últimos meses, dada la severidad de la
situación financiera externa, los objetivos han cambiado.
En tal sentido, el gobierno ha eliminado el mecanismo de control
sobre
el mercado de capitales, conocido como encaje (9) .
Ello responde al objetivo de incentivar el mantenimiento de
los capitales en la región y evitar la depreciación del peso
chileno. Un ejemplo del límite impuesto al financiamiento
de la economía chilena, se verifica en el sector privado.
En septiembre del año pasado el 17.7% del total bruto de créditos
externos de mediano y largo plazo provenía de la colocación
de bonos. Este porcentaje se redujo al 12.4% en igual fecha
del presente año. La relación deuda externa sobre reservas
ha empeorado. A fines de 1997 la relación era 1.5 veces y
ascendió a 2 veces en septiembre de 1998. Además, si se analiza
la relación entre deuda externa y comercio exterior, se verifica
que en la actualidad se necesitarían 2 años y ½ de exportaciones
para saldar la deuda externa, mientras en 1997 se hubiera
necesitado 1 año
y ½ (10). Finalmente, según estimaciones del Banco
Central de Chile, debido a las elevadas tasas
de interés que prevalecieron en el sistema financiero -aunque
en la actualidad se verifica una tendencia gradual a la baja
de las mismas- es probable que la economía crezca por debajo
del 3.8% en 1999. En materia de comercio exterior, la proyección
del crecimiento de las exportaciones para 1999 indicaría cierta
mejoría de los volúmenes exportados con una recuperación del
10.3%.
Notas
1 La tasa de ahorro
o "saving rate" de los consumidores es aquella parte de los
ingresos, luego de impuestos, que queda una vez efectuados
los gastos.
2 Una encuesta reciente del Business Council reveló
que 2/3 de las grandes empresas han recortado significativamente
los gastos de capital.
3 Otros elementos que permiten deducir la dureza de
la actual situación son el creciente spread entre los bonos
AA y los USTB de largo plazo y la disminución de las IPO (Initial
Public Offerings) en el mercado accionario.
4 Lo que por otra parte invita a formularse una pregunta
escalofriante. Si los mercados son tan irracionales como Greenspan
dio a entender, ¿que podría llegar a ocurrir en un contexto
donde pese a la baja de la tasas practicadas por el FED, los
informes de ganancias para el último trimestre son decididamente
negativos?
5 En octubre los precios al consumidor mostraron una
variación negativa de 0.2. Si se tiene en cuenta un estudio
del Bundesbank sobre que el índice estaría sobrestimando el
comportamiento de los precios en 0.75%, la baja es mayor.
6 Sólo el 5% de las exportaciones alemanas se vuelcan
en el Sudeste Asiático y el 2% a Rusia.
7 Para tener una idea adecuada de lo que significa
el Bundesbank para los alemanes suele recurrirse a la siguiente
frase: "No todos los alemanes creen en Dios... pero todos
creen en el Bundesbank".
8 Algunos estiman que la tasa Repo será recién reducida
a mediados del próximo año a 2.5%. Por lo pronto es difícil
que los bancos centrales de Alemania y Francia reduzcan sus
tasas del 3.3% actual dado que en el resto de los países de
la Unión Monetaria Europea las tasas se encuentran en pleno
proceso de convergencia. Precisamente aquellos que la redujeron
son los que se encuentran, a excepción de Italia, creciendo
a un ritmo mayor que el resto: España, Portugal e Irlanda.
9 El mismo consistía en un depósito no remunerado
y obligatorio por un año para quienes ingresaran capitales
a Chile. Este encaje exigía que los inversionistas extranjeros
mantuvieran un 10% de su inversión en un depósito con el Banco
Central de Chile. Sin embargo, otra norma que establece el
mantenimiento de los capitales por un plazo mínimo de un año
y ½ sigue en plena vigencia.
10 Cabe aclarar que la deuda externa chilena superó los
30 mil millones de dólares, cifra que en dólares es una de
las más altas de la historia del país. Asimismo, dicha cifra
representa un 38% del PBI, mientras el pago de intereses de
los primeros nueve meses del año constituye el 5.6% del total
acumulado de la deuda externa.
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