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Síntesis
de la Economía Real.
Síntesis Internacional - Octubre
1998
La
falta de una declaración del Grupo de los Siete y las indefiniciones
luego de la reunión conjunta del FMI y del Banco Mundial no
son precisamente elementos que contribuyan a disipar el elevado
grado de incertidumbre que reina en los mercados mundiales
y que sistemáticamente viene afectando el desenvolvimiento
económico de un cada vez mayor número de países.
No obstante, podría inferirse que los países industriales,
con diferentes necesidades, prefirieron evitar atarse a compromisos
explícitos, priorizando una aproximación más práctica en la
medida que la crisis los afecte.
Lo cual se encuentra tan lejano del hecho de permanecer insensibles
a la crisis como de una posible rápida resolución. De todas
formas, por la actitud de la Reserva Federal, bien podría
afirmarse que han comenzado a darse los primeros pasos hacia
la búsqueda de una salida.
El FMI pronostica para 1998 una caída del 2.5% del PBI Japonés.
No obstante, el paquete de rescate para el sistema financiero
trajo cierto alivio a los mercados.
El desenvolvimiento económico de Asia en el corto plazo se
encuentra condicionado por loo que ocurra con la actividad
económica en EEUU y en menos medida, Europa.
Estados Unidos: evitar el "Credit Crunch"
La Reserva Federal decidió finalmente reducir la tasa
de Fed Funds en 25 puntos básicos el 29 de septiembre y sorprendiendo
a los mercados, practicar una nueva baja de la misma tasa
y simultáneamente de la Discount Rate en una magnitud similar
el 15 de octubre (1). A juzgar
por la evolución de los indicadores de la economía real la
maniobra podría juzgarse como anticipada: el panorama sigue
siendo "mix". En términos de producción industrial, ventas
minoristas, construcción de nuevas viviendas e ingreso promedio
horario de los trabajadores,
por citar algunos, el panorama no muestra signos de desaceleración.
No obstante, si se observa lo acontecido con la utilización
de la capacidad instalada, la leve suba de la tasa de desempleo,
el retroceso de los precios mayoristas (PPI) o las encuestas
sobre potenciales inversiones en bienes de capital, la opinión
bien puede ser otra. Pero ya no quedan dudas de que a la hora
de tomar las decisiones, los ojos de Greenspan se encuentran
más orientados hacia la evolución de los mercados financieros
y de crédito que hacia los usuales indicadores del nivel de
actividad.
Por ello, juzgar la decisión del organismo monetario sólo
por la evolución de estos últimos puede llevar a obtener un
panorama incompleto y por lo tanto a ignorar otros riesgos
no tan explícitos. ¿Cuáles?. La rápida propagación de la crisis
tomó a más de un fondo de inversión, más exactamente a los
"hedge funds" (2), completamente por sorpresa. Si bien
hasta el momento se conoce un sólo caso (3), el peligro
potencial queda en evidencia cuando la propia Reserva Federal
organizó el rescate en el cual intervinieron 14 instituciones
financieras entre bancos y "brokers". Difícilmente sea el
único. De hecho, sólo la cartera en "derivatives" de la banca
comercial estadounidense asciende a US$ 28.2 trillones y aunque
sólo en una parte muy pequeña de ella los instrumentos financieros
subyacentes son de elevado riesgo, no por ello la situación
deja de ser de sumo cuidado. A ello debe sumarse que la debacle
rusa, si bien castigó con mayor dureza a los bancos europeos,
también alcanzó a algunas instituciones estadounidenses.
No debería extrañar entonces que la decisión de la FED se
oriente prioritariamente a prevenir una marcada caída de la
oferta de crédito o "credit crunch". Algunas evidencias ya
apuntan en esta dirección. En primer lugar, el spread entre
los Bonos del Tesoro de EE.UU y los bonos corporativos de
las empresas calificadas con "Aa" ha aumentado considerablemente
en los últimos días.
En segundo término, un reciente relevamiento de la Reserva
Federal entre oficiales de crédito muestra que el 21% de ellos
afirmó encontrar signos de endurecimiento de las condiciones
crediticias. Si los síntomas anteriores no fueran lo suficientemente
convincentes, baste citar
que el mismo día del primer recorte de tasa dispuesto por
la Reserva Federal, Wall Street cerró
en baja siendo justamente los papeles del sector bancario
los más afectados.
Este atípico comportamiento fue confirmado también, en un
primer momento, por una nueva suba de los precios de los Bonos
del Tesoro, llevando los rendimientos a niveles extraordinariamente
bajos, en torno del 5.0 %. Ello permite inferir que:
1) existe en estos momentos un elevado grado de aversión al
riesgo por parte de los inversores que perciben una significativa
merma en las ganancias y ,en especial, del sector bancario
y,
2) el mercado esperaba en ese momento una mayor reducción
de la tasa de interés (4). Difícilmente, la decisión
del la Reserva Federal pueda ser la responsable de la baja
registrada
por el dólar en los últimos días (5). A lo sumo, la
potenció. El retroceso de la moneda estadounidense, en particular
frente al yen, es atribuible a una conjunción de factores.
En primer término, las instituciones financieras japonesas
(también las empresas de ese origen) necesitadas de liquidez
liquidaron sus posiciones de bonos estadounidenses -lo que
también contribuye a explicar la elevada volatilidad imperante
en la última semana en este mercado-.
En segundo término, numerosos "hedge funds" vendieron posiciones
a término en descubierto, ante pronósticos que a mediados
de año vaticinaban un dólar a Yenes 150/160. A fin de recortar
las pérdidas en un contexto de creciente iliquidez decidieron
posicionarse en la moneda japonesa. ¿Qué lecturas adicionales
pueden hacerse del retroceso del dólar?.
En principio, un dólar más débil atenuaría el abultado desequilibrio
comercial estadounidense que, en el acumulado de los primeros
siete meses del año, muestra un incremento cercano al 43%
contra igual período del anterior (6) (US$ 92933 millones
contra US$ 65004 millones)(7).
En segundo término, un dólar más débil permite una política
monetaria "blanda" como la necesaria en estos momentos (8).
En tercer término, hay un mensaje implícito para el resto
de los países industrializados. Obliga a Japón a superar sus
problemas internos al restar vigor a sus exportaciones como
fuerza impulsora de la demanda. Y por último, parece ser una
invitación
a los países de la Unión Europea, que hasta el momento se
han mantenido relativamente inmunes a la crisis, a compartir
la responsabilidad como líderes en el concierto económico
mundial.
En la medida que retorne el crédito en un contexto de menores
tasas de interés, las economías
en desarrollo podrían verse sumamente beneficiadas. Para nuestro
país, una vuelta a la normalidad con menores servicios de
la deuda y un mayor potencial exportador en virtud
de la depreciación del dólar, reportaría significativos beneficios
en lo que al frente externo
se refiere. Esta vuelta a la normalidad debería interpretarse
también como una reversión
del precio declinante de las materias primas lo que amplificaría
el efecto beneficioso.
Box I ¿qué países emergentes "emergerán"
de la crisis?
Existen hoy en el mundo alrededor
de 50 mercados emergentes. China, India, Israel, Sudáfrica,
República Checa, Polonia, México, Brasil, Argentina y Chile
son ejemplos clásicos. Hay también países que fueron emergentes
en un pasado más lejano pero ya no lo son, al haber logrado
avances significativos en las últimas décadas como son los
casos de Irlanda, Nueva Zelanda, Australia, Corea, Malasia,
Singapur o Taiwán (economías cuasi-avanzadas). Ahora bien,
a partir de la actual crisis internacional, todas estas calificaciones
podrían tener que ser reconsideradas. Así, aquellos países
que resistan los embates de la crisis, profundizando las reformas
emprendidas y manteniendo el crecimiento de la producción
y de las inversiones -aún a ritmo más moderado-, se transformarán
en los países que "emergerán" de la crisis y serán las economías
con mejores perspectivas de crecimiento. A su vez, los mercados
que fracasen -debiendo desviar su rumbo económico y soportando
recesión y caída de inversiones-, pasarán a ser los (emergentes?)
con futuro más incierto. En este último grupo, podrían aparecer
también países cuasi-avanzados, en la medida que el impacto
de la crisis provoque en ellos retrocesos pronunciados. Las
repercusiones de la crisis dependen, en gran medida, de cómo
cada economía se comportó en los últimos años. Los países
cuasi-avanzados crecieron a ritmo elevado y sin inflación
pero, en la mayoría de los casos, no fue la inversión el motor
principal del crecimiento. Se acumularon déficits en cuenta
corriente de consideración y, casi todos, perdieron participación
en las exportaciones mundiales. Los emergentes, por su parte,
mantuvieron -con la única salvedad de Rusia- altas tasas de
crecimiento pero con niveles acumulados de inflación no en
línea aún con los de las naciones avanzadas (la única excepción
es Argentina). Fueron muy pocos los que crecieron impulsados
por la inversión. Todos enfrentaron, en distinto grado, déficits
de la cuenta corriente y la respuesta exportadora fue positiva,
alcanzando, casi todos los emergentes, mayor participación
en los mercados mundiales (aunque el sostenimiento de esta
tendencia en el tiempo no pareciera estar asegurada en todos
los casos). La crisis ya generó una desaceleración del crecimiento
y del comercio mundial. Pero los efectos sobre la actividad
industrial y las exportaciones se está manifestando de manera
diferente entre los países. Surge un grupo de economías que
no deja
de expandirse, aunque a tasas más moderadas (Irlanda, Polonia,
Hungría, R. Checa, México, Argentina, Israel, China y N. Zelanda,
entre las principales). Una situación diferente atraviesan,
por ejemplo, India, Australia y Taiwán, que muestran niveles
de producción industrial superiores
a los de 1997 pero, a la vez, disminución de sus exportaciones
debido a los menores precios internacionales, caídas de demanda
o problemas estructurales de competitividad. Una tercera situación
es la que muestran hoy, por ejemplo, Sudáfrica y Filipinas.
Estas economías registran aumentos de sus exportaciones pero
acompañados de caídas o estancamiento en la producción industrial.
En estos casos, el impacto de la crisis ya se ha hecho notar
en los niveles de actividad
y las exportaciones mantienen una tendencia positiva debido,
fundamentalmente, al mismo escenario recesivo y al presentar
canastas exportadoras de poca sensibilidad a la caída de precios.
La situación más compleja, por último, es la de aquellas economías
en las que está cayendo tanto la producción industrial como
las exportaciones -por ejemplo, Chile, Perú, Ecuador, Venezuela,
Singapur, Malasia, Tailandia, Indonesia, Hong-Kong, Corea
y Rusia-. Las cuatro economías sudamericanas, aunque no son
epicentro de la crisis como sí lo es el resto, están vinculadas,
en mayor o menor medida con el Sudeste Asiático, y/o presentan
una estructura industrial y exportadora muy expuesta a caídas
de precios internacionales (por ejemplo, más de la mitad de
las exportaciones chilenas proviene del sector del cobre,
cuyo precio cayó más de un 30% desde el inicio de la crisis
y el el 80% del total de exportaciones venezolanas deriva
del petróleo, cuyo precio cayó más de 25% durante la crisis).
Si en 1999, la crisis se agravara, la mayoría de los países
no avanzados podría pasar a enfrentar situaciones de caídas
de producción y exportaciones. Si se ingresara en un período
de "administración" de la crisis, es factible que varias de
las economías que hoy siguen creciendo, pasen a situaciones
intermedias -de aumento de producción pero con caída de exportaciones
o de recesión con incremento de exportaciones-; un número
no menor de países podría caer en recesión con reducción de
exportaciones.
El escenario de "administración" de la crisis, pues, no es
neutro, sino que provocaría un empeoramiento de la situación
general. En el caso que la crisis comenzara a superarse,
es factible que las economías que continuaron creciendo en
1998, puedan esperar un 1999 similar y los países que están
hoy en situaciones intermedias volverían a mostrar, aunque
en forma moderada, crecimientos de producción y exportaciones.
En este escenario, la crisis dejaría de ser global y se focalizaría
en los países o regiones que resulten estructuralmente más
afectados.
Unión Europea: un Euro "fuerte" pero no tanto
Como prueba de la falta de coordinación de una estrategia
a nivel global, sólo los bancos centrales de las economías
periféricas de la Unión Europea redujeron sus tasas de interés.
El resto por ahora sólo mira con cierta preocupación una crisis
que los afecta sólo en forma marginal (9)
(por lo menos hasta el presente) y que pese a ello no les
impedirá alcanzar excelentes tasas de crecimiento para los
estándares europeos. A excepción del Banco de Inglaterra,
que recortó su tasa básica de 7.25% a 7.00% y que no formará
parte de la Unión Monetaria, España, Irlanda
y Portugal son hasta ahora los únicos países europeos cuyos
bancos centrales han adoptado
la decisión de recortar las tasas de interés. Y ello a pesar
del fuerte crecimiento que han registrado estas economías
en los últimos trimestres.
En Alemania principalmente han comenzado a percibirse
signos de desaceleración del crecimiento, lo que no es lo
mismo que retroceso (el PBI registraría un crecimiento ubicado
entre 2.5% y 2.7% durante 1998). El Indice de Compras de los
Gerentes de Empresas, que mide en forma relativamente eficaz
el "feeling" del sector empresario retrocedió levemente, al
mismo tiempo que se informó sobre un menor crecimiento de
la producción en el sector manufacturero.
También se acentuó la deflación en los precios de los inputs
para el sector industrial que muestran retrocesos por quinto
mes consecutivo. Por último, el fortalecimiento del marco
ha determinado una contracción de las órdenes de exportación.
Más importante aún, el Presidente del Bundesbank afirmó, si
se quiere contrariando declaraciones de hace unas semanas,
que llegado el momento oportuno, la institución procedería
a practicar una disminución de las tasas de interés.
Por el contrario, en Francia la demanda interna se muestra
muy fortalecida, quizás en exceso.
El consumo privado se encontraría creciendo 4% al año en tanto
que los ingresos lo harían en
el rango de 2.0% a 2.5% lo que implica una reducción en la
tasa de ahorro del 2.0% al 1.5%.
Con la inflación en retroceso, una renovada generación de
empleos durante el primer semestre
del año y un estado que pese a ello tiende a subsidiar el
consumo (los aportes patronales fueron reemplazados por una
suma fija y se otorgó un pago por única vez en concepto de
asignaciones familiares para aquellas familias que tienen
hijos en edad escolar) el ritmo de expansión de la economía
francesa luce tan dinámico como insostenible en el largo plazo.
Por lo pronto, en el frente fiscal no se perciben problemas
aunque esta holgura se basa más en factores cíclicos
que estructurales.
La citada reducción de tasas practicada por el Banco de
Inglaterra lleva a pensar hasta que punto la citada independencia
decretada al comienzo del gobierno laborista se ve plasmada
en los hechos ya que las presiones fueron intensas. Desde
hace meses el sector exportador venía reclamando una reducción
debido a que el fortalecimiento de la libra y la crisis asiática
habían comenzado a oradar las exportaciones, tendencia que
luego se vio acentuada con el default ruso.
El panorama para las economías periféricas es sumamente positivo
en materia de crecimiento, aunque en Italia la caída del gobierno
de Prodi abre algunos interrogantes. En términos generales,
la mayoría de los países europeos ya se encuentran bien adentrados
en la fase expansiva del ciclo, con bajas tasas de inflación
(ayudados por el contexto internacional), lógico descenso
de la tasa de desempleo a la par que la política de convergencia
de las tasas de interés evoluciona favorablemente. No obstante,
se presume que el Banco Central Europeo (BCE) podría llegar
a reducir el nivel de convergencia del 3.3% al 3% a comienzos
del próximo año. Existirían dos poderosos motivos para ello.
En primer término, se preve un endurecimiento generalizado
de las condiciones crediticias debido a políticas más restrictivas,
o si se quiere más cautelosas, de la banca comercial. En segundo
lugar, la no reducción de tasas podría llegar a causar una
excesiva apreciación del Euro, dando origen a presiones políticas
que podrían dar lugar
a conflictos entre la clase política y el organismo monetario,
algo indeseado por el ECB
y máxime en el preciso momento de su puesta en marcha a pleno.
Pero debe tenerse presente que, si tal como algunos afirman,
la entrada en funcionamiento
de la Unión Monetaria genera una nueva dinámica capaz de prolongar
el ciclo expansivo
de las economías europeas (a través de mayores inversiones
"cross border " dentro de la UE, desapariación del riesgo
cambiario y la ampliación de los mercados internos), ello
unido
a una relación cambiaria más favorable, tendría un impacto
sumamente positivo en nuestra economía que en el acumulado
a julio de éste año direccionaba el 17.7 % de sus exportaciones
a la región.
Japón
Las condiciones y las expectativas económicas empeoraron
aceleradamente en Japón desde el inicio de la crisis del este
de Asia. De una estimación oficial de crecimiento del PBI
para el año fiscal (1 de abril 1998- 30 de marzo 1999) de
1,9% se ha pasado a la proyección revisada recientemente anunciada
por la Agencia de Planeamiento Económico de Japón de - 1,8%.
Es la primera vez desde el shock del petróleo en 1973 que
el gobierno de Japón anuncia crecimiento negativo para un
año fiscal. Es además la primera vez que se espera evolución
negativa de la economía por dos años consecutivos. Para el
año calendario de 1998, el FMI acaba de pasar de una estimación
de - 1,7% a una de -2,5%.
La complejidad de la actual situación puede definirse
a través de algunos indicadores
· Desempleo récord
· Caída de los salarios
· Disminución de la producción industrial, pedidos de quiebra
que triplican los de los primeros años de la década, caída
en el inicio de nuevas construcciones, aumento del ahorro
privado interno y retracción de la demanda privada en paralelo
a la caída en términos reales de los salarios y a cierta sensación
de pesimismo en el ámbito de los negocios.
· Aumento del superávit en cuenta corriente en 70 mil millones
de dólares entre 1996 y 1999.
· Duplicación en términos reales del superávit comercial desde
principios de 1996.
· Preocupación por una eventual debilidad en la demanda de
los Estados Unidos, ante las dificultades por generar en Japón
crecimiento liderado por la demanda interna. La suba del yen
afecta las expectativas empresarias de centrar en las exportaciones
los planes de reactivación y crecimiento.
· Baja récord de la tasa de préstamos interbancarios al 0,25%.
El paquete de rescate
Luego de varios meses de deliberaciones y dos meses de negociaciones
en el marco del poder legislativo, el primer Ministro Keizo
Obuchi con el apoyo de tres partidos de la oposición ha presentado
un conjunto de leyes que duplican el rescate originariamente
planeado, llevando la suma total a los 67.000 mil millones
de yenes, o sea un equivalente de entre 504 y 560 mil millones
de dólares, según la paridad cambiaria que se considere. El
paquete de medidas permite al Gobierno enfrentar la descapitalización
de los bancos a través de la provisión de fondos distribuidos
que se distribuirán aproximadamente en un 28% para proteger
depósitos, 41% para recapitalizar bancos y un 30% para adquirir
acciones de los bancos que se nacionalicen. La magnitud de
los montos en juego ha generado desde su anuncio una sensación
de confianza en los mercados, sobre el supuesto de que el
gobierno ha tomado control real de la situación, al reconocer
la extensión de la crisis y al decidir enfrentarla con medidas
realistas. La aplicación de las medidas se hará a través de
un comité independiente presidido en una primera etapa por
el Primer Ministro Obuchi, el Financial Revitalisation Committee
que trabajará en relación con el Ministerio de Finanzas.
Las medidas propuestas contemplan distintas opciones para
enfrentar la situación de los bancos en crisis:
· Nacionalización temporaria antes de venderlos al sector
privado,
· Liquidación bajo el régimen de quiebras
· Control de la institución por un banco -puente a ser creado
dependiente de la Deposit Insurance Corporation
La evolución del yen:
La volatilidad de la relación yen / dólar sacudió a los
mercados financieros cuando en la semana del 5 al 9 de octubre
la moneda de los Estados Unidos cayó a una paridad de 112
yenes al comenzar a percibirse la concreción del plan de rescate
financiero de Japón. El cambio en la paridad se atribuye tanto
a una sensación de perspectivas de fortalecimiento de la economía
japonesa a partir de 1999 como a las acciones de los hedge
funds saliendo de sus posiciones en dólares por la baja hacia
el 5% en el rendimiento de los Bonos del Tesoro de los Estados
Unidos a largo plazo y por operaciones especulativas. Otra
interpretación indicaría que las fluctuaciones yen / dólar
no son una respuesta a una nueva situación de estabilidad,
sino que la volatilidad continuará y falta aún una apreciación
del funcionamiento de la economía japonesa bajo las nuevas
medidas para poder llegar a ver una paridad con mayor estabilidad-.
Según opinión del Gobernador del Banco de Japón, Masaru Hayami
la apreciación del yen ha sido muy rápida y abrupta, generando
intranquilidad en las expectativas de que un yen bajo cumpliría
la función de facilitar la reactivación de la economía japonesa.
El tema que queda por ver es si las medidas adoptadas pueden
ayudar en los dos campos necesarios para la solución no solo
de la crisis japonesa sino de la región: resolver estructuralmente
la situación financiera y retomar el camino del crecimiento
económico que opera como motor de crecimiento de toda el área
de influencia japonesa. Comercio más que ayuda parecería ser
la respuesta necesaria.
China: más sobre el tipo de cambio y otras cuestiones
Diversos factores parecen estar reforzando la decisión China
de no modificar el tipo de cambio en lo que resta del año
y posiblemente en un lapso importante de 1999. La fortaleza
del yen y la debilidad del dólar, pueden ser - coyunturalmente
- sostenes de tal decisión. Pero la evaluación acerca de la
conveniencia o no de devaluar está también fundada en consideraciones
más cuidadosas y de mayor plazo. Aún quienes dentro del gobierno
sostienen que una depreciación gradual del renminbi sería
necesaria para apoyar el proceso de reformas y transformación
económica, también aceptan que ello debería ocurrir sólo cuando
las condiciones globales y las expectativas domésticas acerca
de tipo de cambio y nivel de la actividad se estabilicen.
Mientras tanto, el gobierno seguirá manteniendo un control
firme sobre el tipo de cambio, demorando sine die la convertibilidad
del yuan en la cuenta de capital de la que se hablaba hasta
hace un año. Estas consideraciones "estratégicas" deben combatir
en tanto con un empobrecimiento en el desempeño exportador:
en septiembre, los embarques cayeron el 7%, caída que se suma
al 3% negativo de agosto. Las importaciones se mantienen prácticamente
estancadas: 0,5% de aumento en lo que va del año. La balanza
comercial sigue acumulando resultados positivos de aproximadamente
4 mil millones de dólares mensuales. El nivel de reservas
se incrementó levemente en septiembre, superando los 141 mil
millones de dólares.
En los primeros nueve meses del año, la economía ha registrado
un crecimiento del PBI real del 7,2%, que aún por debajo de
la meta oficial del 8% no deja de ser satisfactorio, teniendo
en cuenta las condiciones imperantes en el resto de la región
y en el mundo. A mediados de octubre se reúne el 3r Plenario
del 15° Comité Central del Partido Comunista Chino. En este
caso sus deliberaciones resultan de particular interés para
la Argentina, como proveedor de productos agrícolas al mercado
chino, ya que la reunión enfocará el sector agrícola y el
desarrollo rural.
Se esperan dos decisiones importantes: 1) el arrendamiento
de tierras a los agricultores se extenderá a un período de
treinta años, con el objetivo de aumentar los incentivos a
la inversión en las áreas rurales y 2) se ampliará más la
democracia en el área rural, con la inclusión de un número
mayor de cargos gubernamentales bajo mecanismos de elección
directa. Existe una profunda preocupación acerca de la situación
en el campo, donde vive más de las tres cuartas partes de
la población, los ingresos per capita son menos de la mitad
de los correspondientes
a las áreas urbanas, y la desocupación y el descontento son
crecientes.
Box II Aumentan las Reservas Internacionales
para respaldar las monedas Domésticas
El stock de reservas internacionales en la forma de oro, divisas
externas u otros activos en poder del Banco Central tiene
una naturaleza dicotómica, ya que si bien su abundancia fortalece
la moneda doméstica, también es posible interpretarla como
un símbolo de desconfianza en la misma. Para la mayoría de
las naciones en desarrollo, las bajas calificaciones de la
deuda soberana, estructuras productivas a menudo altamente
especializadas y dependientes de los vaivenes de los mercados
de commodities internacionales, unidas a una mala reputación
en cuanto al sostenimiento del tipo de cambio y la conducción
de la política monetaria, implican un mayor riesgo para los
poseedores internos y externos de activos valuados en las
monedas domésticas. Una vez que las reservas llegan a un límite
considerado "peligroso", los agentes de la economía generan
un ataque especulativo (10), porque las mismas no son
una garantía suficiente de la sostenibilidad del tipo de cambio.
Para este grupo de naciones, una disponibilidad elevada de
reservas es deseable ya que aumenta el respaldo y la confianza
en el sostenimiento de la moneda interna desalentando potenciales
corridas cambiarias contra la moneda interna que pueden afectar
seriamente el desempeño de la economía real. En el siguiente
cuadro se presenta un indicador que resulta del cociente entre
el stock de reservas internacionales que dispone el Banco
Central y el agregado monetario M2 (dinero y cuasi-dinero)
de cada economía. Es un indicador del respaldo y fortaleza
de la moneda doméstica y puede ser interpretado como la proporción
de circulante más depósitos respaldados por reservas externas.
Sin embargo, en la medida que el país que se analiza disponga
de una elevada confiabilidad en su moneda, entonces será menor
el monto de reservas -con relación a la masa monetaria- necesarias
para mantener la estabilidad del sistema monetario. En dichos
países, el mantenimiento de reservas por encima de las necesarias
podría tornarse ineficiente. La mediana (11) del coeficiente
(reservas / M2) evolucionó desde un 19% en 1992 al 28% y 29%
en 1997 y 1998 respectivamente. Ello indicaría que la mayoría
de los países presentados aumentaron el respaldo de sus monedas
internas y poseen en la actualidad un nivel de reservas que
respaldan en un 28% el agregado monetario M2. El grupo de
países latinoamericanos alcanza en 1998 un cociente en torno
al 46%, superior al grupo de países asiáticos que se ubica
en torno al 27%. El coeficiente de reservas de la totalidad
de países en la muestra aumentó en 9 puntos porcentuales entre
1992 y 1998, como consecuencia de los crecientes flujos financieros
internacionales y la necesidad de aumentar la fortaleza de
la moneda en sistemas financieros cada vez más interdependientes
y vulnerables a los movimientos internacionales de capitales.
Desde una perspectiva dinámica, debe destacarse que algunos
países presentan un notorio decrecimiento del cociente entre
1998 y 1997. Ellos son: Hong Kong, Malasia y Chile. Las causas
de la variación del cociente sucedidas entre 1997 y 1998 son
variadas dependiendo de la evolución de las reservas y el
M2. En este sentido, aun cuando ciertos países presentan un
incremento del cociente, el aumento del mismo podría indicar
un incremento de la desconfianza en la moneda doméstica y
en este caso se encuentran las economías de Rusia, Turquía,
Malasia, Filipinas y Bulgaria. En el gráfico se destaca que
en 1992 el indicador Correspondiente a Brasil se encontraba
muy por debajo del correspondiente a los países de la muestra,
sin embargo, el coeficiente aumenta aproximándose al estándar
internacional que alcanza en julio de 1998. Sin embargo, como
consecuencia de la fuga de reservas sufrida en este país a
partir del agravamiento de la crisis internacional en agosto
pasado, el indicador empeoró y se ubica actualmente en un
19%. El grupo de naciones Latinoamericanas aumenta la relación
reservas / M2, pasando del 39% en 1992 hasta el 45% en la
actualidad. Se destaca dentro de esta región a la república
Argentina, que junto con Chile son los únicos países latinoamericanos
donde el coeficiente descendió paulatinamente acercándose
al estándar de la muestra mundial, destacando las ganancias
de credibilidad de la moneda doméstica. La buena reputación
de la moneda chilena sugiere que este país mantiene niveles
de reservas internacionales elevadas (casi la mitad de M2)
por razones que son diferentes de la necesidad de brindarle
respaldo a la moneda doméstica. Vale la pena destacar los
casos de aquellas economías más avanzadas de la muestra como
Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, cuyos bajos coeficientes
(menores al 10%) son los más bajos de la muestra debido a
que la confianza en la moneda interna se basa en factores
distintos del respaldo en divisas que brinda el banco central.
También sobresale el caso de China, que pasó de presentar
el coeficiente más bajo en 1992 (4%), al 12% en la actualidad.
Este nivel relativamente bajo (aunque creciente) de respaldo
en reservas de la moneda China puede originarse en el escaso
grado de apertura externa que hasta hace pocos años presentaba
esta economía, mientras que el crecimiento de sus vínculos
comerciales, productivos y financieros con la economía internacional
en los últimos años explica que el stock de reservas internacionales
se haya multiplicado por 7 desde 1992 hasta la actualidad,
provocando la duplicación del coeficiente reservas / M2 que
se analiza en este apartado. Las reservas internacionales
son recursos valiosos que en la mayoría de las economías en
desarrollo permanecen ociosos para respaldar el valor de la
moneda. El debate internacional en cuanto a la creación de
un banco central internacional que cumpla el papel de prestamista
de última instancia con los bancos centrales de cada economía,
provocaría el aprovechamiento de estos recursos ociosos y
la expansión del crédito interno en estas economías.
Notas
1 Ello determinó una baja
instantánea de la Prime rate por parte de los bancos comerciales
de 8.25% a 8.00%.
2 Un "hedge fund" es un fondo cuya cartera se compone
de activos "non investment grade" o "grado no inversor", es
decir de elevado riesgo y preferentemente posicionada en instrumentos
financieros derivados (opciones, futuros, swaps). "Hedge"
significa cobertura
lo que puede dar una idea errónea del funcionamiento de estos
fondos que son eminentemente especulativos. En las épocas
de bonanza el riesgo se ve más que compensado por elevados
rendimientos que rápidamente se volatilizan cuando el panorama
cambia drásticamente...como en la actualidad.
3 El Long Term Capital Management contaba a la fecha
de su rescate con un capital de US$ 4800 millones y una posición
apalancada
por US$ 280000 millones.
4 Algunos pronosticaban un nuevo recorte de 75 puntos
básicos recién para comienzos de 1999.
5 Entre el 30/4 y el 12/10 el dólar retrocedió 8.1%
frente al DM y 10.5% frente al Yen.
6 Con cifras provisorias todavía para julio. En dicho
mes las exportaciones totalizaban US$ 75400 millones y las
importaciones US$ 89300 millones.
7 Desde el punto de vista política el retroceso del
dólar es favorable para el partido gobernante si se tiene
en cuenta que en noviembre hay elecciones.
8 Un dólar en los niveles anteriores a la crisis implica entre
100 y 200 puntos básicos adicionales de tasa para contener
presiones inflacionarias.
9 El default ruso afectó a la banca europea en mucho
mayor medida que a la estadounidense. Se estima que los fondos
involucrados
en el caso de la banca alemana ascienden a US$ 30000 millones
aunque gran parte de ellos se encuentran involucrados en operaciones
de comercio exterior por lo que se presume que la pérdida
es menor. En el caso de la banca francesa el monto llegaría
a US$ 11500 millones.
10 Se entiende por "ataque especulativo" a un salto
discreto en los stocks de oferta y demanda monetaria doméstica.
11 Dada la disparidad de coeficientes, la medida de
centralización más apropiada es la mediana de las observaciones
que se utilizará de aquí en adelante.
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