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Síntesis
de la Economía Real.
Síntesis Internacional - Julio
1998
Introducción
Las cuestiones dominantes en el escenario económico internacional
de mediados de 1998 pueden sintetizarse en:
· La profundización de la crisis de Asia, con los interrogantes
abiertos por los cambios políticos en Japón, el futuro del
yen y sus repercusiones en las economías vecinas, sobre todo
China,
· Las tendencias deflacionarias que afectan diversos mercados,
especialmente, pero no solamente a los de materias primas,
· La incertidumbre acerca del desarrollo de la situación en
Rusia,
· El horizonte del ciclo expansivo en los Estados Unidos y
Europa, y el grado de capacidad de esas economías - especialmente
la primera - para mantener su capacidad de actuar como "buffer"
global de las tendencias en contrario provenientes de Asia.
Estados Unidos
La cifra de crecimiento anualizado del PBI estadounidense
para el primer trimestre del año fue nuevamente corregida,
alcanzando un sorpresivo 5.4% frente al 4.8% provisorio anterior
y luego
de haber registrado un incremento del 3.8% para todo 1997.
Las fuerzas que subyacen detrás
de éste, más que firme, comportamiento fueron los gastos en
consumo personal, la inversión en equipo durable, las construcciones
residenciales y la inversión en inventarios. Compensando,
sólo en parte, su empuje, se verificó un aumento de las importaciones,
una disminución de las exportaciones y una reducción en los
gastos del gobierno federal.
Quien considerara aisladamente este
escenario, vería como inminente un aumento de las tasas de
interés por parte de la Reserva Federal. No obstante, en su
reunión de comienzos de julio, el organismo monetario resolvió
no modificar la tasa de los Fed Funds. ¿Motivos para no hacerlo?.
Muy variados y poderosos. En primer lugar, el arrastre del
último trimestre de 1997 y las benignas condiciones climáticas
beneficiaron indudablemente las perspectivas de crecimiento
del primer trimestre. En segundo término, la crisis asiática
no impactó todo lo fuertemente que se esperaba. Lo cual, no
significa que ello no vaya a acontecer. En efecto, las cifras
de los últimos meses muestran un creciente desequilibrio comercial
con los países de la región. Entre abril de 1997 y abril de
1998 el déficit aumentó en US$ 3656 millones (1). Mientras
que en el caso de Japón el resultado negativo del intercambio
comercial se amplió de US$ 4955 millones a US$ 5412 millones
(US$ 457 millones), con Corea la reversión es mucho más dramática:
de un superávit de US$ 544 millones en abril del 97 se pasó
a un déficit de US$ 519 millones en sólo un año. Algunos exportadores
de productos manufacturados ya han podido constatar una sensible
disminución de nuevas órdenes.
Los motivos restantes abandonan el plano
de lo meramente potencial. Si se analiza la evolución de los
inventarios del sector negocios, se aprecia que en 1995 y
1996 su variación fue negativa, 33.3% y 2.3% respectivamente.
No obstante, durante 1997 se observó un crecimiento del 40.7%.
En el último trimestre de dicho año, la acumulación de stocks
registró un aumento anualizado del 55.7%, en el primero de
1998 de 42.8%. Este ritmo no sólo es elevado: para la mayoría
de los analistas es insostenible. En línea con este comportamiento,
los beneficios de las corporaciones antes de impuestos han
retrocedido en los últimos dos trimestres: luego de haber
experimentado un aumento en el tercer trimestre de 1997 del
4.7%, retrocedieron en el cuarto 2.1% y nuevamente en el primero
de este año 1.8%. El Indice de Indicadores Avanzados parece
haberse estancado en el nivel de 105.2 entre marzo y mayo
(esta última cifra es preliminar) lo que parecería confirmar
una desaceleración del crecimiento hacia fin de año. El empleo
en el sector no agropecuario, más precisamente en el sector
productor de bienes ha retrocedido por segundo mes consecutivo
(pasó de 25339 miles de trabajadores en abril, a 25301 miles
de trabajadores en mayo y a 25291 miles de trabajadores en
junio). Por último, si bien la tasa de desempleo de mayo fue
revisada a la baja, 4.2%, la cifra de junio muestra un aumento
a 4.7%.
Resta ahora analizar lo que ocurre con
la curva de rendimientos. Si bien la volatilidad de los mercados
internacionales ha propiciado un "flight to quality", dando
origen a un considerable achatamiento de la "yield curve",
dicho fenómeno no hubiera sido posible si los propios estadounidenses
hubieran abandonado los USTB ante expectativas de mayor inflación.
Sin embargo, el diferencial entre el rendimiento del USTB
a 30 años y la tasa de Fondos Federales demuestra que, por
el contrario, las expectativas de inflación son inexistentes
(2). Desde una diferencia máxima de 450 puntos básicos
registrados en la segunda mitad de 1992, la brecha se ha tornado
mínima. Considerando los promedios mensuales, alcanza en junio
sólo a 10 puntos básicos. En este sentido, las evidencias
avalan la opinión de aquellos para quienes no habría que descartar
una reducción de las tasas de interés nominales en el mediano
plazo. Desde la óptica internacional (3), ello representaría
un fuerte alivio para las economías del sudeste asiático,
posibilitaría una disminución del desequilibrio comercial
vía corrección del dólar y contribuiría a corregir el significativo
diferencial existente para las colocaciones en esta moneda
frente al marco pero muy especialmente, frente al yen. Desde
la óptica local también reportaría sus beneficios: no sólo
aliviaría la carga de los servicios de la deuda sino que también
brindaría mejores condiciones de financiamiento en el mercado
internacional y, eventualmente, una mayor afluencia de capitales
hacia los mercados emergentes.
Europa
La conformación del grupo de once economías europeas (UE-11)
que integrarán a partir de enero próximo la unión monetaria,
mes a partir del cual el Banco Central Europeo, (ECB), comenzará
a fijar las tasas de interés, hace conveniente enfocar la
evolución de la economía europea desde un punto de vista regional.
No obstante, determinados aspectos como la política fiscal,
que seguirá siendo por el momento terreno propio de los estados
soberanos, comenzarán a tener una mayor gravitación. Deberá
ser consistente con el marco de la política monetaria y también
cumplir el rol de herramienta anticíclica.
Desde el primer punto de vista, la economía de la UE-11 luego
de registrar tasas de crecimiento interanuales de 1.6% y 2.5%
en 1996 y 1997 respectivamente, alcanzó una de 3.2%, anualizada,
durante el primer trimestre de 1998. Asimismo, no se perciben
presiones inflacionarias que pongan en peligro la aceleración
de la tasa de crecimiento. En efecto, mientras que en los
años citados el incremento de precios sufrió variaciones anuales
estimadas en 2.2% y 1.6%, para los primeros tres meses del
año, los incrementos anuales se ubicaron entre 1.1% y 1.2%
(4). Por su parte, la producción industrial, ajustada
por días laborables, había crecido 6.5% en marzo contra marzo
de 1997 (5). Dicho comportamiento se evidenció con
mayor intensidad en Alemania, con un crecimiento en marzo
de 1998 contra marzo de 1997 de 10.8%, Francia con 6.2%, España
con 5.8% e Italia con 0.9%. ¿Hasta que punto ello se evidenció
en menores tasas de desempleo?. El impacto fue leve si se
considera que en 1997 la tasa de desempleo de la UE-11 se
ubicó en 11.7% de la fuerza laboral y en mayo de este año
dicha cifra se encontraba en 11.2% (en marzo y abril fue de
11.3%) (6). Sin reformas estructurales y pese al crecimiento,
difícilmente la recuperación europea se traduzca en una marcada
caída del desempleo. El ECB estableció para los bancos de
los países que integrarán la Unión Monetaria requisitos mínimos
de reserva, los cuales serán remunerados por la tasa de pases
contra títulos. Aún cuando algunas instituciones argumentan
que dicha remuneración no es suficiente para compensar la
pérdida de competitividad ocasionada por el mantenimiento
de dichas reservas, lo cierto es que los bancos centrales
de Alemania, Francia e Italia utilizan el sistema. Se estima
que el encaje fraccionario se ubicará entre 1.5% y 2% de los
pasivos de las instituciones.
En lo que respecta al frente fiscal, en los distintos países
integrantes del sistema ya han comenzado las tensiones internas
y como suele ocurrir en estos casos, por el lado de los ingresos
fiscales. Mientras que en España una propuesta del gobierno
para reducir las tasas impositivas se encuentra bajo fuertes
críticas debido a que sólo afectaría muy levemente a los sectores
de ingresos medios, en Francia el gobierno de Jospin soporta
una fuerte presión para aumentar los gravámenes a la población
de mayor poder adquisitvo. En Italia, un crecimiento menor
al esperado podría llegar a comprometer el cumplimiento de
las metas fiscales. Dentro del seno de la UE, se encuentra
latente una disputa mayor: la posible prolongación de la UE
hacia los países del este haría peligrar los subsidios que
reciben los países mediterráneos (España, Italia, Grecia)
ante la resistencia de los países poderosos (léase Alemania),
a destinar mayores fondos hacia el presupuesto comunitario.
Como se aprecia, un tema que podría llegar a tener profunda
repercusión para los países exportadores de productos agropecuarios
en el largo plazo.
Rusia
La crisis en Rusia no sólo agrega una
cuota de mayor volatilidad en los mercados financieros internacionales.
También, en forma indirecta afecta al marco alemán y por consiguiente
al euro (7). Desde mediados de mayo hasta el presente
el euro ha perdido terreno frente a la moneda estadounidense:
de US$ 1.13 a pasado a cotizar en los primeros diez días de
julio a US$ 1.09. Un recrudecimiento de la crisis rusa bien
podría dar lugar al nacimiento de un euro no tan fuerte como
el que hubiera sido deseable. Hasta el 13 de julio, el escenario
en Rusia presentaba un elevado grado de incertidumbre. Las
dos principales firmas extranjeras interesadas en la privatización
de la petrolera rusa retiraron sus ofertas. El esquema de
salvataje de un importante banco comercial fracasó. A todo
ello se sumaba una creciente ola de reclamos políticos y económicos
que acentuaban la volatilidad de los mercados financieros
(8).
El anuncio de un préstamo en la fecha
indicada pareció infundir cierto optimismo. La cifra involucrada
asciende a US$ 22600 millones otorgados por el FMI, el Banco
Mundial y el gobierno de Japón. Será desembolsado en el curso
del presente año y el próximo. El tramo correspondiente a
1998 será de US$ 14600 millones (FMI US$ 12500 millones, Banco
Mundial US$ 1700 millones y Japón US$ 600 millones). De producirse
avances en materia de reducción del desequilibrio fiscal (9)
y reformas estructurales, en 1999 se liberarán los US$ 7800
millones restantes (FMI 2600 millones, Banco Mundial US$ 4300
millones y Japón US$ 900 millones) (10). Aun cuando
se realiza en dos tramos, el monto total involucrado es superior
a lo incialmente solicitado por las autoridades rusas (US$
10000 a US$ 14000 millones). Si a ello se suman los malos
antecedentes de la administración en materia de ajustes, puede
inferirse con facilidad la importancia, más allá de lo económico,
que asigna Occidente al restablecimiento de la estabilidad
(11).
Asia
En el este de Asia, a medida que pasan
los meses, el horizonte de salida de la crisis parece alejarse.
También se incrementa la desorientación acerca de las estrategias
aplicadas. En un principio pudo pensarse que en las economías
bajo acuerdos de ayuda del Fondo Monetario Internacional se
lograría restablecer el equilibrio a través de:
· Una recuperación en la performance exportadora como producto
de fuertes - y en general excesivas, devaluaciones, y al
· Retorno del flujo de capitales como respuesta al establecimiento
de condiciones macroeconómicas más firmes y a la caída en
el valor de los activos que los hiciera más atractivos La
reestructuración exitosa de la deuda de corto plazo en Corea,
pareció a principios de este año apuntar en este sentido.
La tendencia desde entonces ha sido a mejorar los resultados
de las cuentas corrientes, pero ello se ha producido más por
fenomenales caídas en las importaciones que por incrementos
en los embarques. En el caso de Corea, por ejemplo las importaciones
en mayo cayeron un 38% respecto del mismo mes del año anterior
- y venían disminuyendo a un ritmo similar desde principios
de año. Las exportaciones en tanto, crecieron a un promedio
del 6%. Pero los embarques han sido básicamente alimentados
por reducción de inventarios, exportados a precios decrecientes.
Tampoco se ha registrado una reversión positiva en los flujos
de inversión extranjera: el retiro de importantes flujos de
capital japonés de la región (12) - a fines de 1997
los bancos japoneses tenían allí US$ 250 mil millones en créditos
abiertos que no se han venido renovando -, no ha sido compensado
por ingresos desde otros orígenes, pese a lo supuestamente
atractivo que serían hoy los valores de activos financieros
y reales. En los hechos la inversión externa planeada sigue
cayendo respecto a 1997.
La situación pareciera conducir a un
segundo escenario, donde los gobiernos - más preocupados por
la caída en los niveles de actividad, debido entre otros factores
a la necesidad de mantener altas tasas de interés para defender
el valor de las monedas locales - decidan dar prioridad a
la supervivencia de las firmas amenazadas por la caída en
la actividad y el costo del crédito. Caídas adicionales en
el valor del yen japonés actuarían como un estímulo adicional
a la posibilidad de una nueva ronda de devaluaciones. De allí
la preocupación manifestada por las autoridades económicas
chinas a los más altos niveles del gobierno de los Estados
Unidos para la defensa del valor de la moneda japonesa y a
las presiones in crescendo, sobre el gobierno japonés para
que lidere una transformación consumer oriented de la economía
japonesa. En China, la situación en el sector externo, no
es preocupante pese a la moderación en el ritmo de crecimiento
de las exportaciones que ha sido de poco más del 7% en el
primer semestre (contra el 20% en 1997). Las presiones sobre
el reminbi yuan están más vinculadas a los niveles de actividad,
sobre todo por parte de las grandes empresas con capacidad
de hacer llegar sus preocupaciones a los niveles políticos
más altos. Algunas de esas empresas, todavía de propiedad
estatal, están acumulando inventarios, y no generan ventas,
justo en el momento en que se producen reformas en la gestión
y la propiedad y en que el sistema bancario - totalmente oficial-
está aplicando criterios más "comerciales" para el otorgamiento
de créditos. Las declaraciones terminantes de principios de
año "no devaluaremos" se han vuelto más matizadas, con el
agregado de un "siempre y cuando..." que tiene que mucho tiene
que ver con la evolución de la situación de Japón y el yen.
La derrota del LDP, el partido gobernante en Japón en las
elecciones del 12 de julio debería renovar la tendencia declinante
del yen, que podría alcanzar con cierta rapidez el nivel de
Y 150 por dólar. Pero al mismo tiempo, la reestructuración
de la coalición gobernante podría mejorar las posibilidades
de un avance en las reformas financieras menos sometido a
la presión de grupos conectados con el poder.
Qué significa este escenario para las economías del MERCOSUR?
· Desde el punto de vista de los flujos
comerciales, las devaluaciones ocurridas en la región desde
el año pasado, no pueden ser todavía vinculadas claramente
con un incremento en las compras argentinas desde ese origen,
que venía ocurriendo ya desde principios de 1997. En realidad
el mayor crecimiento en las importaciones se ha venido registrando
con Japón (86% durante los primeros 5 meses del año), como
consecuencia de mayores adquisiciones de bienes de capital
y equipos de transporte.
· Frente a la temida invasión de bienes de consumo asiáticos,
debe tenerse en cuenta que ellos representan poco menos de
un cuarto de las importaciones argentinas de ese origen y
un quinto de las importaciones de ese tipo de todo origen
en los primeros 5 meses del año. Mientras tanto las importaciones
brasileñas de origen asiático han caído: en el primer cuatrimestre
el descenso fue del 15,6%. En ellas resulta especialmente
notable el decremento en las importaciones desde las economías
del Sudeste de Asia y Corea, más afectadas por devaluaciones:
la caída en las compras desde esos cinco países alcanzó el
25% (el 32% de caída en el caso de Corea).
· La consecuencia inmediata más visible de la crisis ha sido
la caída en las exportaciones al área -de alrededor del 10%
en el caso argentino (13), del 18% en Brasil y del
25% en Chile en los primeros cuatro meses del año, caídas
que se agregan a las de los últimos meses de 1997. El impacto
pleno sin embargo podría hacerse sentir en esta segunda mitad
de 1998 cuando se refleje la demora entre ordenes y embarques
y el hecho de que parte importante del comercio de commodities
de nuestra región opera bajo acuerdos contractuales de mediano
y largo plazo.
· Respecto a los flujos de inversión directa, más allá de
lo que pueda ocurrir en sectores específicos - el caso de
la minería, afectada por una caída en la rentabilidad esperada
a mediano plazo - no pueden descartarse efectos desvío de
inversiones de origen asiático - básicamente de chinos de
ultramar, Hong Kong, Singapur y Australia hacia nuestra región,
atraídas por condiciones aparentemente más estables en el
corto plazo.
Situación de Australia y Nueva Zelanda
frente a la crisis asiática, julio 1998.
Al terminar el 30 de junio el año fiscal 97/98 Australia ha
revisado las cifras de su crecimiento.
A partir de la crisis asiática hay dudas en el sector privado
sobre la posibilidad de alcanzar la estimación oficial de
3% de crecimiento para el período en cuestión, a la vez que
se preve un déficit en cuenta corriente de 6,5% del PBI para
fines del año calendario 1998 -5,25% es la estimación oficial-
con componentes de baja del dólar australiano y de caída en
las exportaciones.
El dólar australiano ha seguido desde el comienzo de la crisis
una evolución casi paralela de desvalorización a la del yen
japonés. Los destinos de las exportaciones de Australia cuyos
valores de compra han aumentado, en términos de A$, corresponden
a quienes han mantenido sus tipos de cambio relativamente
estables, como Singapur, Taiwán y los Estados Unidos. Las
exportaciones totales de Australia crecieron el 7,1 % en abril,
cayeron el 1,2 % en mayo y se espera en junio una leve caída,
concentrada en el sector de commodities. Las exportaciones
de commodities para el año fiscal 98/99 se espera que disminuyan
el 1,2%, alcanzando un valor total de 40 mil millones de US$-
vs. el aumento del 7,2 % en el año fiscal 97/98. Será la primera
vez que se produce una caída del sector desde 1980.
Las exportaciones de commodities representan casi dos tercios
del total de exportaciones de Australia, y dicho total es
a la vez el 22 % del GDP. El comportamiento dinámico se está
dando en el aumento de las exportaciones de manufacturas cuya
composición es cada vez mas diversificada. Los problemas relacionados
con la crisis de Asia no sólo se centran en la caída en las
ventas de commodities sino que recientemente se han intensificado
las ventas de inversiones japonesas en los mercados de capitales
australianos. Nueva Zelandia depende de Australia como destino
de casi el 50% de sus exportaciones, y del Asia del Pacífico,
que recibe cerca del 37% de sus ventas. Como consecuencia
de la difícil situación en ambos mercados, la economía de
NZ se contrajo el 0,9 % en el primer trimestre de 1998. La
fuerte devaluación del dólar de Nueva Zelanda según informes
del Reserve Bank y del Treasury ha fortalecido la competitividad
de los exportadores de NZ. Sin embargo, el tradicional superávit
comercial de NZ está disminuyendo, pasando de NZ$ 401 millones
en el primer trimestre de 1997 a NZ$ 137 millones para el
mismo periodo de 1998 y el Gobierno ha anunciado un recorte
de cerca del 20% en el paquete de gasto originariamente presupuestado
para enfrentar la crisis con medidas para reducir los costos
a los empresarios y de ayuda a los exportadores.
Brasil
El hecho destacado durante el mes de junio es que tras registrar
durante 26 meses consecutivos un saldo de la balanza comercial
negativo, se alcanzó un superávit comercial de 12 millones
de dólares. La tendencia positiva del balance comercial parece
confirmarse con el superávit de 153 millones de dólares alcanzado
en la primera quincena del mes de julio. Estos resultados
alientan las expectativas que sitúan el déficit comercial
de 1998 en torno a los 4.500/5.000 millones de dólares, sustancialmente
menor a los U$S 8.400 millones registrados durante 1997.
La actividad industrial durante el mes de mayo registró un
crecimiento de 0.7% con respecto a mayo del año anterior.
La variación acumulada en los primeros cinco meses con respecto
a igual período del año anterior alcanzó la misma tasa de
crecimiento (FIESP), significativamente menor al crecimiento
del 6% registrado para el mismo período de 1997. A pesar de
la desaceleración en la producción industrial, las ventas
de productos industriales están creciendo a una tasa 5 veces
mayor que la producción, lo que podría sugerir que se está
atravesando por una etapa de desacumulación de stocks que
generará incentivos para expandir a tasas mayores la producción
industrial en lo que resta del año. Existe cierto consenso
entre los analistas en esperar mayores tasas de crecimiento
durante el 3er y 4to trimestre del año.
El comportamiento de los precios internos en mayo continuó
amesetado aunque en niveles superiores a los esperados como
consecuencia de factores climáticos sobre la cosecha de arroz
y otros productos alimenticios que implicaron por sí solos
un aumento de 0.55 puntos porcentuales sobre el IPC (FIPE)
que registró un aumento en el mes del 0.52%, mientras que
la inflación acumulada para los últimos 12 meses alcanzó el
3.1%. En ausencia de estos aumentos atípicos, la tasa de inflación
del mes podría haber sido negativa o cercana a cero.
Actualmente, el control de las tasas de interés es la variable
de política económica más importante a los fines de sostener
el objetivo de estabilización. El diferencial de tasas de
interés internas y externas sirve como atractivo para captar
capitales para financiar el déficit fiscal y el déficit de
cuenta corriente, a la vez que controla el exceso de demanda
agregada disminuyendo las presiones inflacionarias en la economía.
Simultáneamente la tasa de interés ha sido utilizada para
frenar los ataques especulativos a la moneda a raíz de la
crisis asiática y rusa. Una misma variable sirviendo a tantos
objetivos pone límites a la capacidad de modificarla sin alterar
significativamente el equilibrio fiscal y externo, especialmente
con respecto a la captación de capitales extranjeros. Las
recientes disminuciones en las tasas de interés (TBC y TBAN,
que en junio se encuentran en torno al 21% y 28%, alcanzaron
un pico de 41% y 45% en diciembre de 1997) fueron interpretadas
como excesivas por muchos analistas, aunque sirven a los fines
de reactivar la economía y mejorar el comportamiento de las
tasas de desempleo.
En el marco de un año electoral, las finanzas públicas en
todos los niveles de gobierno están empeorando. Las reformas
fiscales pendientes, especialmente en relación a la reforma
administrativa de los estados y la reforma previsional, que
podrían tener efectos significativos sobre las cuentas públicas,
se encuentran demoradas en el plano legislativo. Las estimaciones
revisadas sobre el déficit fiscal consolidado prevén para
1998 un aumento del mismo desde 6.1% al 6.5% del PBI.
Notas
1 El déficit global de la balanza de mercaderías y
servicios aumentó de US$ 8954 millones a US$ 14458 millones
entre abril de 1997 y abril de 1998. Estos US$ 5504 adicionales
se explican por un aumento del déficit de la balanza de bienes,
US$ 4972 millones (pasó de US$ 16505 millones a US$ 21477
millones) y a una disminución del superávit de la balanza
de servicios en US$ 533 millones (de US$ 7572 millones a US$
7019 millones).
2 Al respecto los índices de precios siguen sin mostrar
la más mínima evidencia de inflación. El CPI registró en mayo
una variación de 0.3% lo que implica una variación contra
igual mes del año 1997 de 1.7%. El PPI de junio sufrió una
deflación de 0.1%.
3 Se sostiene que unos de los motivos para no modificar
las tasas de interés que posee la Reserva Federal estaría
dado por los traumáticos efectos que ello tendría sobre los
mercados financieros internacionales y muy especialmente sobre
los países que han atravesado recientemente o se encuentran
atravesando situaciones críticas.
4 Tal como ocurriera en el caso estadounidense, se
sospecha que los índices de precios utilizados en el caso
europeo sobrestiman la verdadera tasa de inflación.
5 Si se considera la UE-15 (UE-11 más Grecia, Dinamarca,
Suecia y el Reino Unido), la tasa de crecimiento de la producción
industrial fue de 5.8% en igual período.
6 En este sentido, no se perciben modificaciones sustanciales
en el corto plazo. Y ello se debe a que las tasas de desempleo
estructural en los principales países, Alemania y Francia,
son sumamente elevadas. Entre 1990 y 1997 la tasa de desempleo
estructural se incrementó de 6.9% a 9.6% en Alemania y de
9.3% a 10.2% en Francia.
7 Esta afirmación se encuentra basada en la evolución
de un Euro "sintético" elaborado en base a las ponderaciones
obtenidas a partir de la participación del PBI de los respectivos
países en el PBI total de la UE-11.
8 El rendimiento del bono del Tesoro ruso a 45 días
de plazo trepó por encima del 100%. Asimismo, desde que comenzó
el año la bolsa registraba una caída del 70% en tanto que
se estimaba que la fuga de capitales en lo que va del año
ascendió a US$ 20000 millones.
9 En 1997 el déficit presupuestario fue de 6.7% del
PBI. Para 1998 deberá ser reducido a 5.8% y a 2.8% en 1999.
Las medidas destinadas a reducir el desequilibrio se encuentran
sujetas a la aprobación de la Duma, la Cámara Baja del Parlamento
dominada por los comunistas. También se intentará modificar
la estructura de la deuda de corto plazo que asciende a US$
45000 millones.
El objetivo es cambiar su denominación a dólares estadounidenses
y estirar el plazo de vencimiento.
10 El lunes 20 de julio el Directorio del FMI se reuniría
para aprobar el primer tramo por US$ 5600 millones. En realidad,
los fondos provienen de una línea de crédito del G-10 muy
escasamente utilizada, denominada General Agreement to Borrow
(GAB).
11 Se rumorea, que más allá del crédito mencionado,
el gobierno ruso estaría en contacto con bancos occidentales
para conseguir US$ 10000 millones adicionales.
12 El sistema bancario japonés está disminuyendo en
general su exposición externa, al mismo tiempo que los residentes
japoneses, abandonan posiciones en los mercados de valores
como parte de un pesimismo generalizado. A su vez este proceso
deteriora la posición internacional del yen, ya que los inversores
extranjeros se alejan de los activos denominados en yenes,
lo cual a su vez hace caer sus precios. Como muchos de esos
activos son a su vez colaterales de préstamos, esto renueva
la presión sobre un sistema financiero ya muy deteriorado.
13 Cifras muy provisorias; no incluyen ni Hong Kong
ni Taiwan.
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